Alejandro Macarrón, ingeniero de Telecomunicaciones, comenzó a preocuparse por el declive demográfico de los países occidentales hace doce años. La natalidad llevaba años de caída. La demografía es una cuestión crucial en el futuro de las naciones, en el peso de su influencia y de su poder. ¿Quién dominará el siglo XXI? A esa pregunta que se repite cada vez más, le corresponde una respuesta en la que la demografía tiene un peso de factor crucial, quizá más que el poder militar y la fuerza económica.

Cambio de valores

Esta preocupación por la demografía comenzó para Alejandro Macarrón hace más de una década, cuando en una discusión con amigos, al ver los datos de la estadística comprobó que la caída de la natalidad a partir de los años setenta era abrupta. La pandemia no ha mejorado las cosas. Ya veníamos de una tendencia alarmante: «En España, antes de la pandemia, los nacimientos caían más que hace un siglo, cuando la llamada gripe española».

La caída de la natalidad no tiene nada que ver con la riqueza o la pobreza, sostiene Macarrón, son otros los factores fundamentales que hacen qhue las familias tengan menos niños. «Tenemos menos niños en sociedades más prósperas que las del pasado. Tiene más incidencia la pérdida de la religiosidad. Hay valores relacionados que tienen mucho peso. Estaba el llamamiento a crecer y reproducirse, que tiene influencia en las religiones monoteístas. Hay una cosa que tiene mucha incidencia, que es inocua, que es la caída de la mortalidad infantil. Los niños no mueren como antes. Esa caída se da en los primeros años del siglo XX. El problema viene cuando hay un cambio de valores muy fuerte: se separa la sexualidad de la procreación, se desvaloriza el matrimonio, que las familias sean estables, y el aborto, que pasa de ser un horror para las sociedades a ser un derecho».

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Alejandro Macarrón

El auge y caída de las naciones

Hay muchas razones para la caída de la natalidad y el declive de la fuerza de nuestra demografía. El problema es cuando la sociedad no reacciona, los políticos no dicen nada y el sector académico no dice nada. «Yo empecé en esto porque no veía reacción, y somos personas que nos preocupamos por el bien público y nos quedamos espantados de que nadie diga nada».

¿Y el triunfo de la ideología neomalthusiana? «Malthus ha hecho mucho daño. A mi me irrita, no era un gran pensador, se equivocó de forma grave. Es verdad que en los 50, los 60 y los 70 empezó a llegar la medicina occidental y se produjeron crecimientos de población explosivos. Eso fue una preocupación temporal que ahora no tiene sentido. La mayor parte de la población mundial vive en países donde no se llega a la tasa de remplazo. Esas ideologías han hecho mucho daño, y fueron propagadas de forma planificada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Lean el informe Kissinger. Esos miedos hoy están fuera de lugar, sobre todo en España y en Europa».

La natalidad china y su declive

Al hablar del peso de la demografía en la influencia de las naciones, Alejandro Macarrón cree que es más importante que la fuerza militar y la potencia económica. Y en ese análisis, pronostica que la segunda parte del siglo XXI verá una influencia de India por encima del peso de China. China una nación que será vieja antes de ser rica. Las políticas de natalidad del hijo único tienen consecuencias a largo plazo, que no tardaremos en ver.

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