Netflix ha estrenado recientemente un documental que narra la vida del piloto de Fórmula 1, Ayrton Senna, fallecido trágicamente después de haber sufrido un accidente en el circuito de Imola (San Marino) en mayo de 1994.
34 años antes, Ayrton Senna da Silva había nacido en Sao Paulo (Brasil), en el seno de una familia acomodada. Hijo de Milton da Silva y de Neyde Senna, era el segundo de dos hermanos más: Viviane Senna y Leonardo Senna.
Su padre siempre fue el primero en decir que jamás planeó o soñó que su hijo se convertiría en un piloto de carreras. De hecho, él mismo le regalaría el primer kart donde el pequeño Senna aprendería a conducir.
Según cuenta un vecino de la familia de aquel entonces, “fue escalofriante. Él tenía unos cuatro años y todo el mundo lo veía andar en el kart. Ya en la primera vuelta en la calle de tierra, nos quedamos impresionados con la noción y el conocimiento que él ya tenía”. Y cómo él mismo reconocería varios años antes de su muerte: “El kart me proporcionó muchos momentos de placer y excelentes recuerdos (…) nunca el pilotaje fue tan divertido como en kart. Allí aprendí muchas cosas. Mucho de lo que uso en la Fórmula 1 lo aprendí en kart.”

Cuestiones que aborda
El documental estrenado por Netflix, titulado «Senna», aborda, de forma acertada, su relación con el piloto francés Alain Prost (1954), su mayor rival en los años de lucha por el título de campeón mundial de la Fórmula 1, que aumentó la popularidad de este deporte entre un número cada vez mayor de aficionados.
Para 1994, Senna finalmente firmó con el equipo Williams-Renault. El documental de Netflix muestra cómo el FW16 no resultaba ser un coche apto para el brasileño, ya que sufría problemas al introducirse en el estrecho habitáculo, aunque esto lo pudo solucionar durante la pretemporada. Sumado a esto, las pruebas de pretemporada mostraron que el nuevo Williams-Renault FW16 tenía velocidad, pero era difícil de conducir.

El día de su muerte
El día de su carrera final, se produjo un gran accidente a la salida del circuito de Imola y tuvo que ingresar el coche de seguridad que era mucho más lento que los coches en pista, lo que produjo que los neumáticos de los coches en competición se enfriaran, provocando un peligroso acercamiento de los chásis al asfalto, que en el caso de Senna, fue la razón por la que éste perdió su adherencia a la pista, provocando el trágico accidente. Un extremo que no apunta este documental, aunque sí algunos expertos a los que se pudo entrevistar en aquel entonces.

Sea como fuere, Ayrton Senna dejó un extraordinario legado y tras su muerte, no sólo se modificó el trazado de la curva de Imola, sino que también se llevó a cabo una extensa mejora en la seguridad en este deporte, que no se ha cobrado ninguna víctima mortal desde entonces.
Descanse en paz uno de los grandes a los que Brasil sigue recordando.
