Maestros y amigos. Semblanzas y recuerdos. Andrés Amorós. Editorial Fórcola.
Andrés Amorós se define como un curioso apasionado, un eterno aprendiz. Maestros y amigos es el recuento de sus aprendizajes, y de su cercanía amistosa con los grandes de las letras, de la escena, de los toros, o de la vida académica. Maestros y amigos. Semblanzas y Recuerdos es una colección de eso, de semblanzas, un género clásico, como de «vidas ejemplares» que siempre es interesante cuando al perfil de la figura pública se le añade una visión cercana, de una proximidad en este caso amistosa. En la amistad, Andrés Amorós reconoce la sabiduría y el talento de su maestro, pero no por eso renuncia a tener con él un diálogo privilegiado, una comunicación lo más próxima posible de ideas y de experiencias. Sus estrategias son siempre amables. A Dámaso Alonso confiesa que se lo ganó a base de ofrecerle su coche para regresar a casa, al gran poeta, que dependía de los horarios de los transportes públicos. La foto que preside este artículo es de Javier Ocaña, y figura también en la solapa de esta edición.
La cortesía de la claridad
Andrés Amorós, también en Maestros y amigos, conserva intacta la virtud de la claridad. La misma claridad que le ha convertido en uno de los grandes divulgadores de la literatura, de la música o de la tauromaquia. Es un erudito. Lo es sin duda. Pero tiene el don de los comunicadores que saben trasladar la esencia de las obras, su valor intrínseco, sin avasallar o espantar al lector o al oyente con tecnicismos y adornos florales.

Y en Maestros y amigos esa claridad es otra de las grandes virtudes de un libro que reúne 25 semblanzas de otras tantas figuras de ámbitos como el teatro, el cine, la literatura, la filología, las letras. Esas semblanzas están mezcladas con recuerdos. El libro es también un recuento de vida de Amorós, un catálogo de sus curiosidades apasionadas, y una mirada muy cercana a figuras gigantes como Camilo José Cela, Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester, Francisco Nieva, Fernando Fernán Gómez, Nuria Espert, Antonio Gala, Francisco Ayala, Luis Miguel Dominguín.
El valor del magisterio
Así, quien se asome a las semblanzas de Maestros y amigos, tendrá una visión clara y de grandes pinceladas del valor artístico, vital o intelectual de los retratados. Pero también la experiencia cercana de entrar en sus casas, de mirar en sus bibliotecas, de conocer su sistema de trabajo. Un joven Amorós, por ejemplo, se sorprende de que Cela llevara un secretario para anotar las sugerencias de libros y lecturas que le hacen un joven catedrático. Con Amorós entramos en la biblioteca de Américo Castro, en el laberinto de datos, citas, y apuntes. O curioseamos en los sistemas de archivo del sabio Rafael Lapesa.
El propio autor reconoce en el prólogo que se atreve a hablar de maestros en una época en la que esa palabra está devaluada, desprestigiada. Un grave error el de un mundo que no reconoce la sabiduría, que prima la didáctica sobre el conocimiento, y que ha convertido en norma aquella pulsión del mayo del 68 de derribar a los gigantes sobre los que podemos ver el horizonte del mundo.
Ayala y Sopeña
De todos los Maestros y amigos que se evocan en el libro hay dos a los que el autor distingue con una posición preeminente. Uno de ellos es Francisco Ayala, a quien conoció en Nueva York y del que dice que ha sido «uno de mis más íntimos amigos». El otro es Federico Sopeña, musicólogo, sacerdote, al que conoció en sus años como capellán de la Ciudad Universitaria de Madrid. Sopeña se anticipó al espíritu del Concilio Vaticano II, y estuvo empeñado toda su vida en la tarea, «necesaria pero imposible» de conectar el mundo de la música con el resto de la cultura española.
Este es un libro sabio, un libro ameno, interesante por sus anécdotas y relevante por rescatar la figura y la obra de escritores tan modernos como Torrente Ballester, o conocedores de la lengua española como Cela, Lapesa o Alonso. Confiemos en que su lectura despierte en interés por figuras como Américo Castro, que soñaron y trabajaron por una España muy diferente de la que hoy nos proponen.
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