Picasso y Julio González: la escultura hecha poesía

Es la estrella del otoño, la exposición más importante de esta temporada. Julio González y Pablo Picasso. El orfebre que fue a París para aprender a pintar, y el pintor que le pidió al artesano del metal que le enseñara a manejar el hierro para hacer esculturas. El diálogo de dos gigantes del arte. No solo de González y Picasso. En esta conversación participan otros artistas como Pablo Gargallo. La bailarina de este último que se puede ver en la muestra es un prodigio de integración del movimiento en la estática materia del metal. La Fundación Mapfre recuperó el 21 de septiembre las inauguraciones con invitados. La apertura fue no solo una celebración de uno de los encuentros más revolucionarios del arte, sino una ocasión especial para agradecer a Tomás Llorens su magisterio y la preparación de esta exposición. Llorens murió sin verla abierta. Su hijo Boye recogió los elogios y el agradecimiento por un trabajo magistral.

Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura se abre en la Fundación Mapfre y es un análisis del diálogo entre los dos artistas entre 1928 y 1932. Un momento crucial para el arte, y sobre todo para la escultura, porque cambia los conceptos de la masa y la materia, la idea de volumen, por una estilización que la acerca a la poesía. La materia se hace poesía. González y Picasso coinciden cuando el malagueño necesita dominar el metal para construir un monumento funerario al poeta Guillaume Apollinaire.

En la muestra se apuntan influencias que están en el ambiente artístico de aquellos años. Por ejemplo la huella del arte africano, tan presente en Picasso, también en González. La idea del vacío como un elemento más de la escultura, o la presencia del deterioro de la materia como un rasgo de la escultura. La máscara incompleta de la Monserrat de González es como un resto arqueológico con marcas de siglos. La escultura camina en este momento hacia la abstracción: líneas y planos. Y ese paso se puede seguir en la muestra con precisión.

Picasso: proyecto para el monumento a Apollinaire (1928). A la derecha: Gran maternidad de Julio González (1934)

El visitante reconstruye ese diálogo, ese viaje, ese descubrimiento de un nuevo tipo de escultura a través de más de ciento setenta obras: pinturas, esculturas, dibujos, cuadernos de bocetos, agrupados en ocho secciones. Lo primero que verá será la célebre Cabeza de toro de Picasso, construida con un sillín de bicicleta. Picasso la hizo unos días después de la muerte de Julio González. Un homenaje a su obra.

Un homenaje a Tomás Llorens

picasso
Escultura de Julio González

El diálogo entre Picasso y González comenzó con la necesidad de Picasso de crear el monumento a Apollinaire, pero se concretó en once esculturas que realizaron de forma conjunta en una veintena de sesiones durante los cuatro años que abarca la muestra. Pero la exposición no se queda en ese momento sino que analiza y detalla la trayectoria de los dos artistas antes de su encuentro y el contexto en el que se produce la colaboración.

La muestra se abre además como un gran homenaje a Tomàs Llorens. Es el último trabajo del gran historiador del arte, que murió en 2021, sin ver abierta una exposición en la que trabajaba con la Fundación Mapfre desde 2019. Su hijo Boye ha sido el encargado de la función de comisario de la muestra, y por tanto el que ha culminado el trabajo.

El clima artístico

En la apertura de la exposición se recordó la idea de LLorens de que todo gran movimiento en el arte es el fruto del trabajo de al menos dos personas. En la muestra se concreta esa idea de forma evidente. Las obras, recordaba Llorens, están insertas en un contexto: «Cuando las estudiamos de cerca, se hace evidente que las obras resultantes de la colaboración entre Picasso y González respondían a las incitaciones del tiempo en que fueron creadas». Las obras que vemos son el resultado de las evoluciones que el cubismo había impuesto en la pintura, pero también del modernismo que González traía fresco de la Barcelona que había dejado atrás, y que Picasso había conocido en sus años en la ciudad. En la muestra verán, por ejemplo, una colección de manillas de puerta diseñadas por Antonio Gaudí. La forja entró así en el mundo del arte.

Dos trayectorias

picasso
Julio González

Picasso y González tienen trayectorias distintas, se cruzan en algún momento, pero su viaje es singular. Conviven y comparten un mismo clima cultural, tanto en Barcelona como en París. Amigos desde muy jóvenes, ambos vivieron en la Barcelona modernista de principios de siglo XX, trabajaron en París durante las tres primeras décadas y mantienen un vínculo que solo se rompe con la muerte de González en 1942.

En su obra, Julio González aborda dos grandes temas : las naturalezas muertas y las máscaras. En las primeras se aprecia la influencia del cubismo, y en las segundas, del arte negroafricano. En 1929, con las series El beso y El sueño, se aleja del cubismo para adentrarse en la abstracción. Su obra, sin vincularse del todo a un solo movimiento, es un constante ir y venir entre la figuración y la abstracción.

Picasso y González se encuentran en la Fundación Mapfre con Ilse Bing. Pocas veces se ha dado una consistencia tan sólida en exposiciones de artistas diferentes y de artes diversas. Ilse Bing es la fotógrafa alemana que tuvo un contacto muy estrecho con las vanguardias, las alemanas y las que se desarrollaron en París. Por tanto su convivencia con los escultores es pertinente, coherente y consistente. Nos ayuda a profundizar en la huella que el arte dejó en la fotografía, en sus motivos, en su composición, en el estudio del espacio y en la valoración de formas nuevas que Bing integró en la fotografía con un gran sentido visual.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

Table of contents

Read more

Otras historias en FANFAN