‘La sexta trampa’, el final magistral de la saga del Cuarto Mono

La sexta trampa (El cuarto mono #3). J.D. Barker. Ediciones Destino. Páginas: 608. Traducción: Julio Hermoso Oliveras.

La caza del Cuarto Mono no ha terminado y los roles han cambiado. Sam Porter es ahora sospechoso, Anson Bishop se presenta como víctima y Chicago se enfrenta a un virus SARS que dificulta la investigación. ¿Lograrán cerrar el círculo de asesinatos de El Cuarto Mono?

Aviso previo: esta reseña puede incluir spoilers si no has leído las primeras dos entregas de la saga (El cuarto mono y La quinta víctima). Si aún no te has adentrado en la saga, te recomiendo que no sigas leyendo.

El abrupto comienzo

Portada de La sexta trampa, de J. D. Barker
Portada de La sexta trampa,
de J. D. Barker

Tal y como os comenté en la reseña de La quinta víctima, la saga de El Cuarto Mono tiene la peculiaridad de que es imposible de comprender sin sus antecesoras: “Al contrario de lo que sucede con otras sagas de thrillers policiacos, no es una serie protagonizada por un mismo detective. La trilogía del Cuarto Mono es una misma historia dividida en tres tomos”, dije en aquel artículo. Y me mantengo en esa opinión.

Comienza exactamente en el punto donde se interrumpe la novela anterior. Con Sam Porter apartado del caso del Cuarto Mono y convertido en sospechoso. Anson Bishop desaparecido, y su madre también. A su vez, el mayor hospital de Chicago está cerrado por riesgo de contagio de un virus SARS. La trama se completa con la aparición de varios cuerpos en distintos puntos de la geografía, pero todos ellos siguiendo el mismo patrón. La policía no duda, el Cuarto Mono sigue actuando y sospechan que no puede hacerlo solo. Empieza la carrera.

Una entrega tan sorprendente como trepidante

La historia en La Sexta Trampa se enreda y se resuelve al mismo tiempo. Con una maestría que ya intuíamos iba a desplegar J.D. Barker desde el primer volumen de la saga.

El autor se mantiene fiel a muchos de los elementos que se han convertido en su firma en esta trilogía. Una acción trepidante que te hace sentir que realmente estás inmerso en una carrera a contrarreloj. Giros inesperados que siembran la duda tanto en los personajes como en el propio lector. Te despista, pero te engancha. Y secretos desvelados y narrados en dos planos temporales diferentes: el presente, a través de la investigación; y el pasado, desde los cuadernos/diarios de Bishop.

Si de El Cuarto Mono destacaba que era sumamente adictiva, mantengo esta opinión en La sexta trampa. A pesar de superar las 600 páginas, es de esas obras que devoras en días, que te agarran del pecho y no puedes dejar de leer. Porque está muy bien hilado. Porque los capítulos son cortos y rápidos. Porque hay tantos puntos de vista como personajes. Y porque Barker es capaz de desvelarte los secretos en pequeñas píldoras, para que pidas más, y no te alejes de las páginas de libro.

Quién es quién

Lo más adictivo de esta entrega es que consigue que todo cobre sentido. Incluso, tiene el poder de hacerte cambiar de opinión sobre los personajes decenas de veces.

J. D. Barker
J. D. Barker

No sé si a vosotros también os pasa, pero a mí me sucede que cuando he leído más de una novela de un autor de misterio, veo venir al culpable. De pronto entre las líneas soy capaz de ver detalles que son invisibles cuando te adentras por primera vez en su escritura. Sin embargo, con La sexta trampa, eso no me ha pasado. Me ha confundido cien veces antes del descubrimiento. He dudado de todos. He sospechado de todos. He creído inocentes a los más culpables.

La sexta trampa es imprescindible no solo para cerrar el círculo de El Cuarto Mono, sino porque guarda las respuestas a todo lo que aparece en las otras entregas. Detalles que no parecían tener importancia en los dos primeros volúmenes, cobran protagonismo y se resuelven. Todo encaja y da paso a un puzzle más. Por eso te atrapa, porque cuando un misterio se desvela, otro aparece por detrás agarrándote de la mano para que no lo sueltes.

Capítulos cortos y diferentes puntos de vista

Para mí, hay dos elementos que consiguen que este libro, y la saga entera, sean tan interesantes. Uno, la extensión de los capítulos. Barker distribuye La sexta trampa en 135 capítulos de corta duración que te permiten no perderte nunca en la argumentación. Y dos, cada uno de ellos está narrado siendo uno de los personajes el protagonista: Poole, Nash, Clair, Anson o Porter introducen la acción y la convierten en una novela coral. Por supuesto, con participación estelar de Bishop y Porter, sobre todo.

El final

Pero, si hay algo que funciona en esta novela es el final. Al contrario que me sucedió con La quinta víctima, que ya comenté que me decepcionó el final porque no termina, se interrumpe la acción abruptamente y te enfada por ello, La sexta trampa es el final perfecto para la saga.

El desenlace sorprende, haciendo alarde J.D. Barker, una vez más, de su capacidad de introducir giros dramáticos interesantes.

Seguramente el lector que afronte La sexta trampa, sentirá que el final ha llegado unas 50 páginas antes de finalizar el libro. Pero esas páginas finales son tan definitivas como imprescindibles. Aquí nada es lo que parece, tampoco el final hasta que llegas a la página 608.

Una saga que ningún amante de la novela negra se debe perder

El cuarto mono, La quinta víctima y La sexta trampa, trilogía completa.
El cuarto mono, La quinta víctima y La sexta trampa, trilogía completa.

No hace falta que lo diga, porque ya se deduce de mis palabras, pero es una saga imperdible para los amantes de la novela negra.

Las descripciones minuciosas, la acción sin pausa, lo bien enlazados que están todos los acontecimientos y los personajes la convierten en una delicia para los amantes del género.

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