Neruda y los placeres elementales

Odas a la comida y otros placeres elementales. Pablo Neruda. Ilustraciones de Javier Zabala. Editorial Libros del Zorro rojo.

Neruda tenía pasión por la comida. Esa inclinación por la mesa se puede rastrear en sus cuatro libros de odas, donde lo gourmet aparece como un canto a lo elemental de los alimentos. Sin adornos, la comida es esencial y primaria. De entre los libros de Neruda que se dedican al yantar debemos anotar también Comiendo en Hungría, escrito a cuatro manos, con Miguel Ángel Asturias. Ese texto se publicó en 1969. Ya para entonces en Hungría se comía poco, y mal. El comunismo nunca ha tenido una relación placentera y desinhibida con el comer. Neruda será una excepción.

Neruda

Neruda es un poeta terrenal, elemental, nada intelectual. Hay pocos rastros en su obra de otros libros, citas de otros autores. En Neruda la carne es cruda, el verbo es fresco, y el alimento que canta está todavía en la pescadería, en la huerta, en el puesto del mercado.

Neruda canta a la alcachofa, a la que ve como un guerrero, a la cebolla y al tomate, a la sal, al aceite, a las papas fritas, al metálico atún, esa «bala del profundo océano, proyectil natatorio».

Cuando canta a la papa se le va la pinza, y cae en los abismos de la leyenda negra: «España inquisidora, negra como águila de sepultura, buscó el oro salvaje en la matriz quemante de la Araucanía, sus uñas codiciosas fueron exterminadas, sus capitanes muertos, pero cuando a las piedras de Castilla regresaron los pobres capitanes derrotados, levantaron en las manos sangrientas no una copa de oro, sino la papa de Chiloé marino».

Hay en este libro una Oda al vino, una Oda al plato y otra a la mesa. Una oda al limón, otra a la naranja y hasta una Oda a la ciruela. También al pan al que el poeta Neftalí, por seguir con el tópico, pone como centro de la lucha de clases: » si el rico te acapara, si el trigo no busca surco y tierra, pan, no rezaremos, pan, no mendigaremos, lucharemos por ti con otros hombres, con todos los hambrientos, por todos los ríos y el aire, iremos a buscarte». Interesante, porque en la historia del acaparamiento del pan y del trigo, los más codiciosos están entre los amigos de don Pablo.

El congrio

Comida y poesía están unidas en este poeta que veía en el panadero la quintaesencia del arte. Transformar el mundo para ofrecer un pan, un alimento poético. En general, estas odas han envejecido mal. Tienen ritmo y un deslumbramiento a ratos excesivo. Pero hay algunas joyas que el lector no se debe perder. En particular la dedicada a una receta chilena.

Dice la leyenda que fue en una mesa del restaurante Chez Camilo, en la localidad chilena de El Quisco, donde Neruda compuso una de las poesías más célebres, de más concentrado sentimiento. Se trata de una de estas odas: Oda al caldillo de congrio: «En el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio, gigante anguila de nevada carne. Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo grávido y suculento, provechoso».

neruda

La sopa, el caldillo que canta Neruda, es el que permite, dice al final de la Oda, que lleguen a la mesa, como dos recién casados, el mar y la tierra. Neruda, que era miembro del Partido Comunista chileno, instauró que el primero de enero se sirviera el caldillo en su reunión. En la casa del poeta en Isla Negra, se sigue celebrando el homenaje al caldillo de congrio, esa sopa abundante en la que se reúnen «las esencias de Chile».

El lector celebrará los destellos y relámpagos de Neruda, que incluso en el vuelo bajo, cuando toca las cebollas o las sandías «esa ballena verde del verano», mantiene la vibración telúrica del Canto general. El libro editado por Libros del zorro rojo es además una obra de arte, por su tipografía, y sobre todo por las ilustraciones de Javier Zabala, un artista mayor. Sus ilustraciones van por un camino paralelo al de las odas, tienen una vida propia, un relato particular, entre el primitivismo y el expresionismo. Descubrirlo en medio de este mercado de frutas, verduras, tenedores y cucharas, ha sido un gran regalo.

https://youtu.be/Z8JWA-YpHpk
Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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