Tim Cook ostenta muchos récords como CEO de Apple. Lograr la máxima capitalización de la empresa; optimizar todos y cada uno de los departamentos para hacerlos rentables; estar 10 años maltratando a sus usuarios y que no se note en la cuenta de los resultados. Mirar solo por sus accionistas y pasar de sus usuarios. Recortar la calidad y vida de sus productos, subirles a la vez el precio y conseguir que el público los siga comprando. Hacer en 10 años de una empresa puntera y a la vanguardia, una empresa gris como él.
Hacer esto y seguir en el cargo tiene un mérito que pocas personas en el mundo poseen, eso hay que reconocérselo a Tim Cook. Me atrevería a decir que si Tim Cook fuera Leonardo di Caprio en Titanic, estaría encima de la tabla mientras todo se hunde a su alrededor.
Presentaciones aburridas como pocas
Este martes Tim Cook nos deleitó con una Keynote centrada en el único producto que se ha lanzado en su larga presidencia de Apple: el Apple Watch. Ese producto que empezó como complemento de moda, pasó por complemento deportivo, y se ha afianzado como complemento de salud.
Ahora que podemos medirnos el oxígeno en sangre, si lo llego a tener puesto durante la Keynote hubiera detectado que me dormía. Y es que a Tim Cook no le quieren las cámaras. No emociona ni vendiendo las cualidades de la última evolución de su producto.
Todo lo contrario que hacía Steve Jobs, que era capaz de vender la cosa más innecesaria y hacerla pasar por imprescindible.
Novedades que no lo son
Este reloj es una evolución del anterior, no aporta más batería (no cabe) ni más autonomía: 18 horas. Pero es capaz de controlar tus constantes en todo momento y detectar cuando algo no va bien. Eso sí, viene sin cargador por el bien de sus accionistas, digo del planeta. Si compras la versión de lujo de Hermès, ahí sí que viene el cargador, el planeta no lo siente.
Además, al anterior, el series 5, le quitamos lo que le hacía único, el electrocardiograma y lo vendemos como Apple WatchSE. Nadie se va a dar cuenta.
Luego se centró en el último lanzamiento de Jobs, el iPad. Ese producto de Apple que no tiene competencia real y que debería cuidar un poco más. Ahora el Ipad Pro se llama Ipad Air que vale casi tanto como un Pro, pero no tiene el desbloqueo facial. Eso sí, ahora el Touch Id se incorpora en el botón de encendido.
El iPad, de entrada (el que merece la pena de verdad), recibe el chip A12 con toda su tecnología, que hace sin duda el Ipad más interesante de la gama. Hace prácticamente lo mismo que sus hermanos por la mitad de coste del “air” y un tercio de “pro”: ni tendrás un teclado molón ni unos marcos del siglo XXI.
Antes que acabe el año nos esperan dos de estas presentaciones aburridas más, como aburrida se ha vuelto la Apple de Tim Cook.
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