Ayer tuvo lugar en Zaragoza el ciclo de cine viajero con una protagonista especial, Celia Rico, la directora y guionista de la premiada película Viaje al cuarto de una madre.
Ciclo de cine viajero en Zaragoza.
El ciclo constó de dos actos, uno al mediodía, en la sede de la B the travel Brand, patrocinadora, con Celia hablándonos de la película, y otro, por la tarde, con la proyección de la misma en el zaragozano Centro de Historias.
El Ciclo de Cine Viajero de B the travel brand y la Fundación Academia de Cine es una oportunidad de disfrutar del mejor cine nacional de 2018 en pantalla grande y de forma gratuita. El ciclo recorre las ciudades de Palma, Sevilla, Valencia, San Sebastián, Bilbao, Gijón, Valladolid, Málaga, Zaragoza y Barcelona, contribuyendo, una vez más, a llevar el séptimo arte español a diversos rincones de nuestro país. Las proyecciones se están realizando al aire libre, en teatros u otros lugares emblemáticos de las ciudades donde el público ya ha podido disfrutar de la presencia de Antonio de la Torre en Palma, Carolina Yuste en Valencia, Luisa Gavasa en Sevilla, Gracia Olayo en San Sebastián, Eva Llorach en Gijón y Jesús Vidal en Bilbao. Las próximas proyecciones contarán con los profesionales Isabel Peña, Francisco Reyes, Celia Rico (ayer día 13 de julio en Zaragoza) y Javier Gutiérrez.
La presentación de Celia Rico en la sede de B The Travel Brand de ‘Viaje al cuarto de una madre’
Celia estuvo acompañada por representantes de las instituciones organizadoras, la Academia de Cine y la agencia B The Travel Brand.
Su paso por Zaragoza fue breve, ya que, como ella nos contó, la película está “promocionándose” en el extranjero y han tenido que viajar desde China a México y de ahí a Miami, donde Viaje al cuarto de una madre se ha presentado.
La ópera prima de Celia Rico se ha estrenado también en Argentina y a un nivel pequeño en Estados Unidos.
No sólo fue una película premiada en San Sebastián, sino que tuvo además cuatro nominaciones en los Goya. Se estrenó en Octubre de 2018
Celia se mostró muy cercana en Zaragoza
Celia nos dijo los sitios que quería visitar en Zaragoza, entre los que se encontraban La Aljafería y algunos museos, y, lógicamente, nos habló de la película y de algunas curiosidades de su realización.
Inspirada en parte en su propia familia, la localización fue su pueblo natal de Sevilla. Celia pensó mucho en las mujeres que iban a ser las protagonistas. Y eligió precisamente a Lola Dueñas, que no es madre, porque, aunque en principio no la asocias con el papel, sin embargo, intuía que podía obtener todo su potencial para el mismo y además tuvo una estupenda sintonía con la otra protagonista, Anna Castillo, la hija. Anna también es muy diferente a su personaje, Leonor, una chica que es muy tímida, mientras que Anna tiene un montón de energía, es muy dinámica y “no para quieta”. Ambas actrices están extraordinarias en el viaje interior que supone Viaje al cuarto de una madre
Celia también nos habló de los “pueblos”, que es un recurso al que siempre volvemos los que lo tenemos, en referencia a la salida del nido familiar, algo que aborda en su obra.
Particularidades del rodaje
También se habló de la importancia y de la fuerza de las mujeres en la película. Y de hecho se animó a la directora a que en sus próximos proyectos incluya un papel masculino protagonista.
Respecto a sus nuevos proyectos, ella bromeó diciendo que lo próximo sería una película de acción, con muchos efectos especiales o de terror, y “es que una no puede separarse mucho de la que ha sido su trayectoria”.
Como particularidades del rodaje, mencionó por ejemplo la ubicación en interiores, de forma que el pasillo se hacía vital, porque se planteaba a veces como se veía la acción desde un lado u otro de él, o la singularidad del montaje, ya que previamente Celia había cronometrado la duración de las escenas imaginándolas -y casi interpretandolas- mientras las construía.
Otro punto muy comentado fue la inmediata empatía que surgió entre Lola Dueñas y Anna Castillo, algo que era imprescindible para hacer la película.
Proyección de ‘Viaje al cuarto de una madre’
Por la tarde, se proyectó el filme en el Centro de Historias ante un concurrido público que la aplaudió al finalizar.
Casi todo el mundo conoce ya el argumento o ha visto la película. Uno de los aspectos que impresiona de la misma es la oscuridad, lo cual es bastante normal si te paras a pensar, ya que aparte de estar centrada en el interior de un piso, muchas y algunas de las principales escenas ocurren por la noche y fundamentalmente en el invierno, en el que a las 6 de la tarde ya oscurece.
Otros aspectos en los que se puede incidir, es en la cantidad de detalles simbólicos, pequeños detalles que aparentemente no se pueden elevar a la categoría de decisivos, pero que lo son. Nos referimos a cosas como la máquina de coser Singer, como la mesa con su brasero, la plancha, el instrumento de música olvidado en el armario, etc. Cosas que quizá no pensamos en la importancia que cobran con el paso de la historia.
El crecimiento de madre e hija
Viaje al cuarto de una madre es un brillante recorrido interior de madre e hija. Cada una encuentra su forma de vivir ante la ausencia de la otra. La hija Leonor se abre al mundo, pero también Estrella, la madre, sale, con la marcha de su hija, de la intimidad a la que se ha dejado llevar tras la muerte de su marido. Es significativo que todavía hable algunas veces en plural a Leo.
Se aborda el tema del nido vacío, pero también la obligatoria salida del confort del hogar por los hijos. Igualmente está siempre presente la desaparición del padre y es como que ninguna de las dos ha hecho bien el duelo.
Igualmente es interesante el camino abierto que deja a las trayectorias vitales de ambas. Me refiero a lo que podría ocurrir, hipotéticamente, después. Y es que esa máquina de coser ha dado mucho de sí, y lo que iban a ser unas clases de inglés también.
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