Se cumplen 5 años de la muerte del inolvidable actor Robin Williams. TCM ofrece hoy una programación especial emitiendo 3 de sus películas más recordadas
Recordando a Robin Williams, hacemos un artículo sobre este entrañable intérprete.
En otoño del año 2013 Robin Williams rodaba en Nueva York una de sus últimas películas: El hombre más enfadado de Brooklyn, la historia de un hombre que sufría un aneurisma cerebral y al que le quedan, tan solo, 90 minutos de vida.
Nadie entonces podía imaginar que el reloj vital de Robin Williams había iniciado también una inexorable cuenta atrás. Casi un año después, el 11 de agosto de 2014, su cuerpo apareció colgado de un armario. El actor había decidido poner fin a su vida.
En casi todas sus apariciones públicas Robin Williams se mostraba como un hombre risueño y bromista, siempre dispuesto a hacer reír. Sin embargo, en los últimos años de su vida, el actor vivía un auténtico infierno. Un suplicio marcado por la enfermedad y la depresión que le llevó a tomar este trágico final.
Programación especial de TCM por el quinto aniversario de la muerte del actor
TCM, propiedad de WarnerMedia, compañía líder en entretenimiento, que se emite en España a través de Movistar+ (dial 37), entre otros, quiere recordar al Robin Williams que nos hizo reír y emocionar el día en el que se cumplen cinco años de su fallecimiento.
Este 11 de agosto la programación del canal estará dedicada a este queridísimo actor con la emisión de tres de sus películas más recordadas: El club de los poetas muertos, dirigida por Peter Weir y en la que interpretaba al entrañable profesor John Keating; Good Morning, Vietnam, de Barry Levinson, en el que daba vida al DJ radiofónico Adrian Cronauer, y El indomable Will Hunting, de Gus Van Sant y por la que Williams ganó el Oscar al mejor actor de reparto en 1998.
Queremos imaginarlo siempre con una sonrisa en los labios
Robin Williams nació en Chicago el 21 de julio de 1951. Ingresó en la prestigiosa Escuela Juilliard en Nueva York y después de graduarse comenzó a hacer teatro en San Francisco. Apareció en series de televisión como Días felices antes de que Robert Altman le escogiese como protagonista de su Popeye. Poco después intervino en El mundo según Garp o Un ruso en Nueva York, películas que le hicieron muy popular. En 1987 consiguió su primera nominación al Oscar por Good Morning, Vietnam y, desde entonces, protagonizó algunas de las producciones más taquilleras de Hollywood, como Aladdín, Toys, Señora Doubtfire, Papá de por vida o Jumanji.
Sin embargo, detrás de la imagen alegre que veía el público, se encontraba un hombre triste y atormentado. Desde joven Robin Williams tuvo problemas con el alcohol. También fue un consumidor habitual de cocaína. Fue muy amigo de John Belushi, pero tras la muerte del protagonista de Granujas a todo ritmo en marzo de 1982 debido a una sobredosis y, sobre todo, después del nacimiento de su primer hijo, decidió abandonar esos hábitos. En 2006 el actor ingresó en un centro de rehabilitación de alcohólicos porque, después de veinte años, había vuelto a caer en la bebida.
Problemas serios de salud
Además, Robin Williams comenzó a tener diversos problemas de salud. Le implantaron una válvula aórtica y empezó a sufrir distintos problemas neuronales. Se le diagnosticó demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad neurodegenerativa devastadora. No había cura posible.
La muerte era inevitable y el 11 de agosto se suicidó ahorcándose en su casa de la península de Tiburón, al Sur de la bahía de San Francisco. Terminaba así la historia de este cómico de alma triste, pero al que recordaremos siempre con una sonrisa en los labios. Gracias a él descubrimos que había profesores que enseñaban algo más que simples asignaturas; conocimos a locutores de radio en mitad de la guerra del Vietnam; juegos de mesa que deparaban infinidad de sorpresas y a genios deslenguados que habían permanecido metidos durante siglos en una lámpara maravillosa. Ese es el Robin Williams que queremos recordar con inmenso cariño en TCM este 11 de agosto.
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