Juan Carlos I, el rey de Arabia y una crisis de reputación

La ruptura, un libro de Fernando Jáuregui

La ruptura. Fernando Jáuregui. Editorial Almuzara

Las donaciones

La “donación” del rey de Arabia Saudita a Juan Carlos I con motivo de la adjudicación del AVE no fue la primera: antes, tras el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, que fue desmontado por el Rey, el monarca saudí entregó al Rey Juan Carlos cien millones de dólares, un crédito a diez años a interés cero, “para que garantizase la continuidad de la Monarquía en España”. Esa continuidad está hoy más discutida que nunca. Y quizá exige del rey emérito un sacrificio. Por ejemplo una retirada a Yuste, un cambio radical de vida, y un uso caritativo de la fortuna que ha amasado durante sus años de reinado.

Pero, llegado el momento de la devolución, el Rey, incapaz de afrontarla, pidió el dinero a Javier de la Rosa, a través de Manuel Prado y Colón de Carvajal, para hacer frente a su compromiso. Esta es una de las informaciones que sobre las actividades económicas de Juan Carlos de Borbón se recoge en el libro La Ruptura, que acaba de publicar la editorial Almuzara. de lo que no da mucho detalle es de cómo se consiguió reunir el dinero. Por ejemplo con algunas operaciones de venta de arte.

Conde, de la Rosa, Santaella

Una obra del periodista, Fernando Jáuregui, quien además cuenta en esta obra que Jesús Santaella, el abogado de Mario Conde, que también intervino en esta y en otras operaciones económicas de La Zarzuela, les dijo a la periodista Pilar Cernuda y al propio Jáuregui que “con la suma de informaciones que tenían Conde y De la Rosa (sobre el Rey Juan Carlos ) se podría poner el país patas arriba”.

En La Ruptura se narra también pormenorizadamente que ya a mediados de 1995 algunos círculos pensaban en la conveniencia de una abdicación de Don Juan Carlos, a la vista del cúmulo de informaciones acerca de presuntas actividades irregulares del monarca y de que su hijo Felipe ya había cumplido la mayoría de edad.

Acciones y otros valores

También se narran algunas operaciones de inversión de Don Juan Carlos, como la que, con un crédito de doscientos cincuenta millones de pesetas concedido por Banesto al entonces jefe del Estado, se dedicó a comprar acciones de Asturiana de Zinc, “una operación que acabó en desastre sin que nunca se haya sabido muy bien qué ocurrió con el crédito”. Lo que sí se sabe a ciencia cierta, según el autor, es que Mario Conde “iba soltando por ahí que tenía “cogido al Rey por un crédito”.

Según Jáuregui, los silencios de los medios y de los propios presidentes del Gobierno sobre estas presuntas actividades irregulares del jefe del Estado propiciaron, junto a la inviolabilidad constitucional del monarca, que algunas de estas operaciones prosiguieran. En el libro, el autor, que se confiesa “monárquico crítico”, hace una autocrítica de aquellos silencios.

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