Cine encantador con un mensaje positivo
Mientras se entregan los Premios Oscar y se programan superproducciones, sigue existiendo un cine más pequeño. Caramel nos trae esta cinta francesa (¿ya os he dicho que me encanta el cine francés?) producida en 2019 y con un estreno aplazado, como tantas, a causa de la pandemia de COVID-19.
Sinopsis de de Una veterinaria en la Borgoña
En el corazón de la Borgoña, Nico, el último veterinario de la zona, lucha por salvar a sus pacientes, su clínica y su familia. Cuando Michel, su compañero y mentor anuncia su retiro, Nico sabe que la peor parte está por llegar. «No te preocupes, he encontrado a la siguiente generación»». Excepto que…la siguiente generación es Alexandra, una recién graduada brillante, misántropa y que no tiene ningún deseo de enterrarse en el pueblo de su infancia. ¿Conseguirá Nico que se quede?
Comentario
Julie Manoukian debuta en la dirección con Una veterinaria en la Borgoña, cuyo guion también escribe. Esta es una cinta amable, llena de mensajes positivos. La historia es bastante predecible, al margen de las anécdotas que salpican la historia. Creemos que habrá un choque entre lo rural y lo urbano pero, realmente, es el choque pasado-presente el motor de la historia. Por supuesto, cuenta con la habitual sub-trama romántica de cualquier película que quiera transmitir buen rollo.
Lo mejor de la película son sus actrices y actores. Clovis Cornillac es un veterano todoterreno y se nota. Es el perfecto marido y padre superado por el trabajo, por el papeleo, las deudas y la imposibilidad de tomar vacaciones o prestar la atención necesaria a su familia. Vive entre las demandas de la producción agrícola y las necesidades de las mascotas de los vecinos del pueblo. Christian Sinniger está muy gracioso como Morilla, una referencia en la infancia de Alex y mecánico el pueblo. Además es un amante de los perros al que Alex ha de convencer de la importancia de la vacunación.
Noémie Schmidt es Alex. Un personaje con un encanto especial a pesar de su misantropía, su innecesaria sequedad y su nula empatía. Pero se nota su amor por los animales, y eso nos hace saber que su actitud es una reacción defensiva ante las heridas de su pasado. Y finalmente tenemos a la adorable Juliane Lepoureau, Zelda, una niña inquieta, que simpatiza con Alex y también ama a los animales. Los niños, podéis decirlo a coro conmigo, siempre están bien.
Hay una reflexión importante sobre el mundo rural, que puede pasar desapercibida. Cuándo la esposa de Nico le propone cambiar de aires, él subraya que si abandonan el pueblo, éste perdería hasta la escuela. Porque el problema de la España vaciada se puede trasladar a muchos otros países, cada uno con su idiosincrasia, y parece que existe un éxodo rural también en Francia.
En resumen
Tengo debilidad por los animales, así que mi juicio no puede ser ecuánime. Pero la película me ha encantado. Podría ser más profunda, más compleja. Los personajes podrían estar más desarrollados y sus conflictos interiores manifestarse de modo más doloroso. Pero en esta situación que ya se alarga más de aun año, al menos yo necesito cine de buen rollo. Y Una veterinaria en la Borgoña lo es.
¡Ah! Noémie Schmidt y Juliane Lepoureau están encantadoras.
Tráiler
Ficha técnica de Una veterinaria en la Borgoña
- Director: Julie Manoukian
- Guion: Julie Manoukian
- Reparto: Clovis Cornillac, Noémie Schmidt, Lilou Fogli, Carole Franck, Juliane Lepoureau, Victor Arveiller, Christian Sinniger, Michel Jonasz
- País: Francia
- Duración: 92 minutos
- Música: Mateï Bratescot
- Fotografía: Thierry Pouget
Póster
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