Podríamos aprender del Real Madrid a dar un sentido positivo a lo que se nos viene encima.
Hay que intentar resolver las cosas cuando aparecen, no cuando queramos que sean como mejor nos convenga. Con una melancolía creciente en la sociedad, en la política, en el ambiente, cuando las cosas parece que no van como quisiéramos y entonces, en vez de tratar de resolverlas, aunque cueste, procuramos echarle la culpa de lo que pasa a los demás, incluso llegando al insulto, al intento de despreciar al otro, porque no se da cuenta de que yo siempre tengo razón y él no la tiene nunca, en mi modesta opinión, que sólo sirve para regodearse con una percepción inútil de la realidad que sucede, aunque nosotros no queramos que sea así.
El Real Madrid no juega ni bien ni mal, sino mirando más positivamente que los demás la solución a la que se puede llegar, si ponemos un cierto empeño, mayor que los otros, a los que nos enfrentamos, por alcanzarla. Esa es, tal vez, la mejor explicación de las 15 copas.