Vuelve Brian de Palma, y vuelven algunos de los trucos, de los guiños, de los elementos de lenguaje cinematográfico que le han hecho célebre. Domino tiene el típico guión de un thriller sin relieve, algo mecánico, y con un fondo ideológico mediocre. De Palma firma esta película que muchos verán por ser fieles a ese estilo del director de Carrie (¡mira que ha llovido desde entonces!), o de la primera, genial, Misión imposible. A de Palma el talento se le supone, otra cosa es que, como en esta película, funcione de oficio, sin mostrar nada nuevo. El mismo, cuando se estrenó la película, advirtió: «este no es mi guión, este no es mi proyecto, pero me interesaban los aspectos visuales de la película»
Polis contra el ISIS
Vamos con la trama. Dos policías reciben una llamada para ir a comprobar lo que en principio parece un accidente doméstico. Lo que encuentran es, en realidad, a un sujeto vinculado con el terrorismo. Se trata de Imram, un tipo de larga barba que les amenaza. En una de las habitaciones de la casa hay un hombre muerto. Los polis encuentran armas y bombas ocultas en cajones de tomates, y sangre, mucha sangre. De Palma siempre ha sido un derrochador de líquido rojo. Los polis detienen al barbudo, pero este consigue liberarse de las esposas y acuchilla a uno de los agentes. Y aquí viene una escena trepidante por los tejados para capturar a Imram, que consigue escaparse.
Bien, usted lector dirá que la cosa comienza bien y promete. Yo pensaba lo mismo. Pero a patir de la media hora, a pesar de ese comienzo intenso, oscuro, de ritmo acelerado, la peli se le cae al director de las manos. Primero porque la trama terrorista es muy inconsistente, y segundo porque el desarrollo es extremadamente lineal, sin sorpresas, sin tensión. De Palma resuelve bien el encargo, y sus aportaciones son lo único que se puede salvar de este film en el que se cruzan los terroristas, los agentes (Christian y Alex) y la CIA, que hace de las suyas: mientras los polis buscan a los malos, la CIA negocia en paralelo.
Aire de comedia
Los actores que asumen este guion son Nikolaj Coster-Waldau (serie «Juego de tronos») y Carice van Houten («El libro negro»). Coster Waldau se asociará con Carice para buscar al asesino de su compañero. Pero entre los dos no hay química ninguna, y eso contribuye a que la película tenga momentos dramáticos en los que el espectador se ríe, como si se tratara de una comedia. Completa el reparto Guy Pearce.
Interesante también la última media hora de DOMINO, con un atentado en España que los policías intentar evitar. Aquí De Palma vuelve a ser él mismo, y demuestra oficio y talento en una escena que está narrada a través de unos binoculares. Así que los 80 minutos de la película se pasan entre pequeños destellos de arte del director de Los Intocables. No es extraño que la crítica haya dicho que este thriller es solo un recordatorio de los días de gloria de su director que aparentemente se ha rendido, por cansancio, y que firma una película “desordenada, sin garbo”. Peter Sobcynzki de RogerEbert.com le dio a la película 3.5 de 4 estrellas, con este juicio: «Esta no es una gran película de Brian De Palma al final, pero sus mejores momentos te recordarán lo genial que puede ser»