Duración 1 hora 53 minutos. Recomendada para un público a partir de los 10 años. Director: Nicolas Varnier
‘Dame alas’ es el título original con el que llegó a los cines de Francia esta historia que cuenta un nacimiento, y un renacimiento. Dame alas es una expresión que significa lo mismo en francés que en español, y sin embargo aquí, en la versión española, han optado por un título ñoño. Ya hemos comentado en alguna otra ocasión, en libros y en películas, que detrás de estos cambios de registro debe de haber alguna mente cursi que los controla. La cursilería es una de las mercancías de la actualidad que me resulta más repugnante.
Pero en fin, vamos a la película. El nacimiento al que aludo se refiere a la aparición en la cinta de una docena de gansos salvajes enanos, tutelados por un científico, Jean Paul Rouve, que se empeña en sacarlas adelante en medio de la marisma de la Camarga, que es esa región francesa de paisajes llanos que alternan el mar con la hierba, en los que pastan los toros bravos de lidia de nuevos vecinos galos. Para los despistados en geografía hablamos del sur de Francia, en la zona cercana a Nîmes. Los aficionados al toro lo conocen bien. De allí es precisamente el torero apodado Nimeño.
El renacimiento de Louis
El renacimiento es el de un joven de 15 años, de nombre Thomas, encarnado por el actor Louis Vasquez, que llega media vida pegado a los videojuegos, es decir como cualquier chaval de los que uno se encuentra en el metro o en las aulas de un instituto. El chico es enviado a pasar las vacaciones a casa de su padre. Primer gran problema: no hay wifi. Al muchacho la naturaleza se la trae al fresco. No ha visto un animal que no sea digital. Hasta que, a falta de cosas mejores que hacer, el chico se acerca a los animales y, como es normal en todo adolescente que tenga un poco de sentido y sensibilidad, se enamora de los pajaritos y del proyecto de su loco padre: salvar a una especie que está en vías de desaparición. ¿Cómo? Queridos lectores, aquí viene lo bueno: tienen que guiar a estos pájaros en su primer periplo migratorio, hasta los confines del Ártico.
El márketing de la película nos dirá que se trata de una historia real, que en la realización se ha mezclado el documental y un poco de ficción. Esta es otra manía muy contemporánea. Parece como si la ficción hubiera perdido prestigio en beneficio de la realidad. Ahora una «historia real» parece que tiene más prestigio que las ocurrencias de un guionista por geniales que sean. A quien escribe, la realidad no le mueve más por el hecho de haber sucedido. El caso es que al muchacho, esta salida al mundo le reconecta con la realidad, y le hace consciente de que la naturaleza es de una belleza conmovedora, pero también muy frágil.
En busca de sí mismo
El joven se siente de repente útil, tiene conciencia de las cosas, sale de su «realidad virtual», se atreve a una aventura con su padre, asume riesgos, se enfrenta con su progenitor, desobedece. Lectores, se trata de un viaje maravilloso, un viaje aéreo, desnudo, acompañando a esos gansos enanos, por encima de los paisajes de Europa del Norte. Una película para disfrutar, y en familia. No se la pierdan.