6 consejos de un fotógrafo para hacer un buen Camino de Santiago

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El verano, con sus meses cálidos y soleados, es el momento perfecto para aprovechar las vacaciones y aventurarse en nuevos viajes. Por eso, es durante esta temporada cuando muchos viajeros se embarcan en la búsqueda de experiencias únicas y lugares asombrosos. Un ejemplo de ello podría ser el Camino de Santiago, una ruta milenaria de peregrinaje que ha atraído a personas de todo el mundo. Entre ellas se encuentra Miguel López, un fotógrafo y escritor sevillano, más conocido como Fotolopz, cuya pasión por la fotografía de paisajes lo llevó a recorrer este famoso camino y compartir su experiencia en un libro titulado Caminando: De Sarria a Santiago.

Miguel López nació el 20 de mayo de 1992 en Sevilla, pero no fue hasta 2015 cuando le llegó su interés por la fotografía. Desde sus primeros días en este mundillo, mostró un talento innato para capturar la belleza de los paisajes que tenía a su alrededor y de los lugares que iba visitando. Incluso participó en varios concursos fotográficos, de los cuales pudo obtener algún que otro premio quedando en segunda posición. Su pasión por este arte lo llevó a compartir su trabajo en las redes sociales, donde rápidamente ganó popularidad y pudo crear su propia comunidad de aficionados por la fotografía, donde muchos de ellos ven las publicaciones de Miguel como una fuente de inspiración a día de hoy.

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Miguel López Fotógrafo

¿Cómo surgió entonces hacer el Camino de Santiago?

En 2019, tras acumular una valiosa experiencia, Miguel López tuvo la oportunidad y tomó la decisión de llevar su pasión al siguiente nivel. Combinó su amor por la fotografía con su deseo de emprender una aventura significativa. Y gracias también a la propuesta de uno de sus familiares fue entonces como surgió todo esto.

El resultado de esta experiencia única se plasmó en 2021 cuando Miguel decició autopublicar su primer libro, Caminando: De Sarria a Santiago. En esta obra, el fotógrafo nos lleva de la mano a través de su travesía por el Camino de Santiago. A través de sus fotografías y palabras, Miguel nos permite sumergirnos en la belleza del paisaje y en las emociones que lo acompañaron durante este viaje.

En Caminando: De Sarria a Santiago, el lector no solo encontrará consejos prácticos para enfrentar el camino, sino también reflexiones personales y anécdotas bastante interesantes. Cada página está llena de imágenes cautivadoras y descripciones detalladas que permiten al lector sentir que está caminando junto a Miguel, descubriendo así la magia del Camino de Santiago.

Entre todas estas reflexiones y fotografías, Miguel dedica un apartado muy importante a la organización, la preparación y el presupuesto total de este viaje. Es esencial, sobre todo, tener en cuenta la preparación antes de emprender una aventura o ruta de este tipo. Así que gracias a Miguel podemos conocer con detalle los 6 consejos para tener un buen camino:

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Contraportada del libro de Miguel López

Cuanto menos peso, mejor.

Siempre que tenemos en mente realizar un viaje de varios días es muy normal pensar en qué llevarnos y qué necesitaremos durante todos esos días, pero hay que saber diferenciar muy bien el tipo de viaje que vamos a hacer, porque no es lo mismo estar de vacaciones en un hotel con la posibilidad de dejar las maletas y todo el equipamiento en la habitación, que por ejemplo, tener que estar recorriendo rutas de senderismo con todo ese peso a la espalda. Entonces lo ideal sería cargar con lo justo y necesario.

En este caso, estamos hablando de un viaje que tiene una duración aproximada de seis días, dependiendo de las etapas que realices y el tiempo que quieras tomarte en completar cada una de ellas. Yo si tuviera que volver a hacer el camino, llevaría en primer lugar unos zapatos de repuesto por si sufrimos algún percance durante la semana y/o acabamos mojados. La ropa es algo que también ocupó mucho en mi mochila y aunque te hablaré de ella en el siguiente punto, te diré que a veces menos es más, y que no se necesita tanta como piensas en un principio. Más allá de la vestimenta, es importante llevar productos de higiene personal y también un pequeño botiquín en el que puedes incluir todo lo necesario para evitar o curar rozaduras. Incluso algún medicamento por si llegara a ser necesario. Por otro lado, hay que tener en cuenta la fecha del año en la que se va a realizar este viaje y consultar el tiempo de esos días. Yo tuve la suerte de que sólo caminé bajo la lluvia el último día del camino, pero como no podemos saber cuándo lloverá con total seguridad, te recomendaría llevar un chubasquero o ropa impermeable. Sobre todo, para no acabar empapado, pero también para proteger la mochila y todas tus cosas. La comida es algo que puedes comprar a diario en el lugar que te encuentres. Entonces tampoco hace falta llevar la mochila cargada de casa. A partir de aquí, todo lo que quieras echar de más, será cosa tuya, pero recuerda que más de 6kg es demasiado cuando lleves 20km caminando.

La ropa puesta y poco más.

Como te he dicho antes, en este punto hay que tener en cuenta que a veces, menos es más, y que aunque en un principio pensemos que necesitamos una prenda diferente para cada día, no es así. Lo bueno de alojarnos en albergues es que siempre vamos a tener la posibilidad de usar una lavadora o por el contrario, lavar nuestra ropa a mano. Entonces te diría lo mismo que con los zapatos; llevar lo puesto y algo de recambio es la mejor opción para evitar llevar prendas que quizá ni te vas a poner. Cuando terminas una etapa y vas a la ducha, la ropa que llevas en ese momento puedes lavarla a mano y dejarla secar hasta el día siguiente. Mientras tanto, puedes usar la de recambio y así vas alternando durante la semana. Yo cometí el error de echar demasiada ropa también y después me di cuenta de que fue en vano.

Usar el calzado adecuado.

Esto es una de las cosas más importantes a tener en cuenta, ya que el calzado que elijamos va a ser el que nos acompañe durante los 100km o más que tenga nuestro camino. Debe ser un calzado que te haga sentir comodidad y que no tenga la suela demasiado fina. Te recomiendo también que si decides comprar unos zapatos nuevos solo y exclusivamente para esta ocasión, no pienses estrenarlos en tu primera etapa, porque siempre cuando son nuevos cabe la posibilidad de que te hagan daño o aparezcan rozaduras. Por lo que sería aconsejable caminar un poco antes del viaje para que el zapato vaya cogiendo forma y se adapte a tu pisada. El terreno que te encuentras por el Camino de Santiago no tiene nada que ver al parque de tu pueblo o ciudad. Por lo que aunque tengas la costumbre de salir a pasear y darte unas buenas caminatas, nada será igual.

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Fotografía: Miguel López

Reservar los albergues por adelantado.

No todo el mundo piensa en la organización a la hora de planear un viaje. Algunas personas deciden ir más a la aventura y que sea como tenga que ser, pero en el caso del Camino de Santiago, yo personalmente, te voy a recomendar que te encargues de buscar, comparar y reservar los albergues con antelación para tener la ventaja de elegir bien y saber dónde te estás alojando. La opinión de otros peregrinos es muy importante, porque te darán a conocer las condiciones en las que se encuentra ese lugar o el trato que los dueños han tenido con ellos. Si decides ir a la aventura sin reservar, puedes encontrarte con que no haya disponibilidad en las fechas o en el momento de tu llegada y que te entre la desesperación, porque has terminado la etapa y no tienes dónde dejar tus cosas ni dónde pasar la noche. Por eso yo pienso que es importante terminar la etapa y saber hacia dónde dirigirte para descansar.

Aperitivos para cada etapa.

Ya hemos hablado de qué llevar en la mochila y de la importancia que tiene evitar el exceso de peso durante nuestra caminata, pero algo que no debe faltar bajo ningún concepto es una o varias botellas de agua y algunos aperitivos. Como por ejemplo, frutos secos para picar algo cuando apriete el hambre o varios plátanos para reponer energía y llegar al final con una buena dosis de carbohidratos. Esto último es esencial para no quedarnos tirados por el camino. Yo en algunas de las etapas también llevaba algún que otro sándwich preparado la noche anterior, pero como te digo, es mejor llevar lo justo y necesario. Piensa que cuando termines la etapa y llegues al albergue, podrás salir en busca de algún bar o restaurante para comer como te mereces.

Descansar bien cada noche.

El descanso es algo fundamental al final de cada día. Es la mejor forma de evitar lesiones o sobrecargas en los músculos de nuestras piernas y también en nuestra espalda después de tantos kilómetros, porque realmente puede no parecer tanto caminar 20km en un día, pero aquí no es un sólo día. Mañana serán otros 20km, al día siguiente otros 20km y así hasta llegar a Santiago. Esto puede dar lugar a sobrecargas musculares. Sobre todo para los que no están preparados o acostumbrados. Mi rutina era siempre la misma. Me despertaba muy temprano con la intención de empezar la etapa correspondiente y acabarla lo antes posible. De esta manera, podía evitar estar caminando durante las horas de mucha calor, porque aunque por la mañana haga frío y nos encontremos los paisajes cubiertos de niebla, cuando va llegando el mediodía la calor se nota bastante. Eso sí, dependerá mucho de la fecha en la que decidas ir. Al terminar la etapa, una búsqueda rápida para encontrar un sitio donde poder comer. Y por la tarde un paseo leve por el pueblo. Llegando la noche mi recomendación es dormir temprano para empezar a descansar cuanto antes y amanecer con las pilas bien cargadas y dispuestas a reventar la siguiente etapa.

En resumen, si estabas pensando en organizar y emprender tu propio Camino de Santiago, quizá sea el momento de decir que sí y aprovechar todos estos consejos que Miguel López nos ha regalado en su libro.

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