El relato de Pedro Alsina Mier aparece en su cuenta de LinkedIn como una narración en primera persona. Pedro confiesa que es una «necesidad interior de reordenar mis pensamientos y emociones después de la experiencia sufrida». Añade su intuición de que esa experiencia puede ser útil a muchas personas, además de servir para reconocer a los médicos y todo el personal sanitario y no sanitario del hospital Puerta de Hierro. El virus está entre nosotros y tardará en desaparecer. Por eso pensamos que es fundamental compartir experiencias, comunicarnos entre pacientes y confinados, saber qué se siente, qué emociones asaltan a los ingresados, cómo podemos prevenir, qué podemos aprender.
Los primeros síntomas
Pedro Alsina sospecha que se contagió en los primeros días de marzo, porque el 7 de ese mes ya tenía algunos síntomas: malestar general y cefalea. Sospechaba un contagio de coronavirus. Llamó al teléfono habilitado, visitó el centro de salud y después de muchas preguntas concluyeron que era un cuadro gripal. Guardó reposo y cuando la fiebre y otros síntomas remitieron, en un control telefónico le pidieron que se midiera el oxígeno. Pedro tenía el sencillo monitor (una pinza con pantalla electrónica) necesario para esa medición, y hoy subraya que esa precuación le salvó de situaciones más graves. El índice de oxígeno era bajo, y después de comprobarlo le pidieron que se presentara en urgencias sin perder tiempo.
En el primer test de coronavirus dio negativo «pero todo el resto de pruebas que me hicieron eran concluyentes y el médico tenía la seguridad de que estaba infectado. En ese momento, como todo son malas noticias, como estás alterado, piensas de todo y todo lo peor. Me confirmaron que tenía un trombo pulmonar, probablemente por estar inmovilizado en la cama. Tuve suerte porque el trombo se fue al pulmón y no al cerebro. Luego me confirmaron la neumonía y me subieron a una habitación de planta».
Días de hospital
Pedro evoca la relación con el personal sanitario: «solo puedo contar maravillas del personal de Puerta de Hierro. Cuando llegas a urgencias captas la preocupación del personal por la falta de material, y luego en planta el servicio y el trato es excepcional. Y luego los gestos. Imagínate ver a un señor, un médico, que lleva doble mascarilla, que solo puedes intuir su sonrisa, y ese hombre te da la mano. Ese simple hecho te reconforta: la mirada, la sonrisa, la confianza, te emociona».
A Pedro le sorprendió mucho la primera carta que rebició en el hospital: «Eran cartas a veces anónimas, de personas que estaban fuera, otras en el propio hospital, gente que nos daba ánimos. Con la prespectiva del tiempo hay que insistir en la prevención y en acudir a la sanidad en cuanto tengamos los primeros síntomas».
Cuando salga de la cuarentena
A Pedro le preguntamos lo que hará cuando salga del coronavirus, cuando deje la cuarentena: «abrazar a mi mujer, a mi hijo, a mi perro. Con mi mujer y mi hijo es más fácil porque tenemos Skipe y tenemos Facetime. Pero el perro no entiende que esté ahí y no le haga caso. Cuando salga de esto lo primero que quiero es recuperar mi vida. Cuando has estado cerca del pozo examinas tu vida. Yo he descubierto y aprendido a relativizar muchas cosas, a valorar cosas que no sabes si puedes perderlas.
En el tramo final de la entrevista, Pedro Alsina nos transmite un mensaje sobre la prevención: . «espero que la sociedad en general sea consciente de lo importante que es la prevención y la salud pública. Hay que invetir en recursos. No podemos comprar material cuando tengamos la pandemia en casa. Pandemias va a haber. La pregunta es cuándo. Tenemos que estar preparados».