Buenos días, tristeza. Editorial: Planeta Cómic; Encuadernación: cartoné; Fecha de edición: 10/11/2020; Autores: Françoise Sagan, Frédéric Rébéna; Traducción: Albert Agut Iglesias; Nº págs: 112; Precio: 20,90 euros.
Planeta Cómic nos trae a España la adaptación de la novela homónima de Françoise Sagan Buenos días, tristeza, debut literario de la autora francesa, que también fue llevada al cine de la mano de Otto Preminger en 1958, protagonizada por Deborah Kerr, David Niven y Jean Seberg.
Buenos días, tristeza está protagonizada por Cecile, una joven adolescente que vive con su padre, un viudo cuarentón frívolo y seductor, en una hermosa mansión a orillas del Mediterráneo. Se bastan a sí mismos, en una relación basada en la complicidad y el respeto mutuos, placentera y fácil en la que ambos hacen lo que les da la gana sin interferir en la vida del otro.
Un buen día aparece Anne, una mujer inteligente y culta que pondrá su vida patas arriba bajo el sol abrasador del verano. Se prepara entonces un juego cruel y maquiavélico típico de una adolescente, que intentará mantener a Anne lejos de la vida de su padre y la llevará a un inevitable encuentro con la tristeza.
Un trasfondo incestuoso
Adaptar una novela al cómic no siempre es tarea fácil, máxime cuando se trata como es el caso de una obra de gran prestigio literario. Pueden perderse muchas cosas por el camino, y esto es quizá lo que ha pasado con Buenos días, tristeza. Estamos hablando de una historia intimista de celos, traiciones y desengaños que pierde en su forma gráfica la visión subjetiva de la adolescente expresada a modo de monólogo interior en la novela. Pero, también hay que decirlo, mantiene el tono enfermizo y destructivo de sus intenciones y actos, lo que la convierte en una historia incómoda y llena de detalles espinosos, hasta el punto de insinuar una trama incestuosa.
Relaciones tóxicas
El amor y el desamor, los engaños y manipulaciones, el cinismo y el egoísmo están a la orden del día en esta novela gráfica que se cimenta sobre todo en sus personajes, que en su conjunto funcionan a la perfección. Ellos nos muestran las miserias del ser humano sin avergonzarse de ellas, en unas relaciones tóxicas y destructivas en las que usarán cualquier artimaña para conseguir lo que quieren, sin remordimientos ni moralidad ninguna, lo que les lleva definitivamente al desastre.
El desolador final pierde fuerza en la versión cómic de la obra, pero cuenta con el plus de unos dibujos cálidos y sensuales que hacen que la obra posea un aliciente para los amantes de los relatos intimistas con personajes marcados por su destino.
Los dibujos de Rébéna son muy esquemáticos, casi planos, con poco detalle, pero cuadran en la historia a la perfección. Son efectivos para la obra de Sagan.
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