Somos (Netflix) es la historia de una masacre y de sus víctimas. Una matanza organizada por el cartel de los Zetas en Allende en Coahuila localidad mexicana, muy cerca de la frontera con los Estados Unidos. La DEA pone cerco a los delegados del narco en territorio norteamericano. Al otro, en México, los rancheros intentan evitar el paso de los cargamentos de la droga por sus fincas de ganado. Sin éxito. En Allende reinan los Zetas. Un estado de terror. La periodista Ginger Thompson levantó los testimonios de decenas de personas que asistieron a la matanza, personas que salvaron su vida mientras los sicarios ametrallaban a sangre fría a los vecinos de Allende. El pretexto fue una delación a la DEA. No sabían el origen de la información, y decidieron acabar con todos.
Somos tiene seis capítulos en los que se muestra una mirada muy diferente a la habitual sobre el narco. Conforme avanza la serie el clima en el que viven los vecinos de Allende se hace más denso, irrespirable. Viven en un tiranía de una crueldad espantosa. La historia se narra a través de varios personajes: doña Chayo vende perritos calientes por las calles de Allende. Ve, oye, y calla. Paquito es el novio de su hija, con la que va a tener su segundo hijo. Benjamín es el hijo descarriado de un ranchero que está harto de que le corten las alambradas de su finca para pasar droga al otro lado de la frontera.
No hay en Somos ni un atisbo de la vida legendaria que suele rodear en las series a los narcos. El jefe de los Zetas es un desalmado que tiene sometida a la población. Sus sicarios dominan la policía, apalizan a los bomberos para que no acudan a los incendios provocados por los narcos, y meten en la cárcel a quien quieren para luego utilizarlos como pistoleros. La DEA busca información y consiguen una filtración relevante, pero la policía mexicana está infestada de colaboradores.
La venganza del narco está narrada desde la primera escena: los sicarios asaltan una casa y matan a dos mujeres. La narración de los crímenes se corta en ese punto. No volverá hasta el capítulo final. El resto de la serie se emplea en contarnos la vida de los protagonistas de la serie: sus miserias, sus sueños, sus razones, sus relaciones familiares con toda su complejidad. Cuando llegue el capítulo sexto el horror que siente el espectador es máximo.
Josué Guerra, el actor que representa a «El Diablo» en la serie dice que “Para mí ‘Somos’ representa esta gente que quiere salir a delante a pesar de las adversidades que tienen; es una historia tan fuerte que tiene que ser contada y tenemos que hablar de eso, es una frustración que no se puede contener. Sé que se tiene que empezar hablar de eso y dejar el miedo atrás”. Y sus palabras resumen muy bien el espíritu de la serie.
Algunas de las escenas memorables están protagonizadas por Mercedes Hernández, doña Chayo. No duda en recorrer las calles entre incendios y sangre, mientras empuja su viejo carro de vendedora ambulante para rescatar a Paquito de las manos de los narcos. En esa profunda dignidad se puede sintetizar el alma de una serie que rescata con una narrativa novedosa un suceso terrible que ocurrió hace apenas unos años, en 2011, en Coahuila.
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