El refugio de Sandrine – Jérome Loubry – Catedral editorial – 20€ – 405 páginas
Jérome Loubry ha logrado con El refugio de Sandrine una novela de suspense con toques escalofriantes y altamente adictiva, una historia que se escapa de los límites convencionales y te hace dudar de tu propia cordura
Sinopsis inicial
Año 2019, el profesor Francois Villemin se prepara para narrarles a sus alumnos un suceso, una historia que no han oído nunca y que no podrán encontrar en internet, por lo que si quieren saber qué ocurre deben estará atentos a su relato, un relato que se conoce bajo el nombre de El refugio de Sandrine y que tuvo cabida en los años ochenta, después de esa intervención podrían hacer varias cuestiones pero ahora tocaba prestar atención y es que este hecho no lo olvidarán nunca.
Fue en el año 1986, Sandrine trabajaba como periodista pero casi sin éxito porque nunca tenía una exclusiva y quizás de eso se valían algunos compañeros para burlarse de ella, pero ella tenía claro de que lo lograría. Es cierto que tenía un carácter solitario, que no le gustaba frecuentar bares o relacionarse en exceso con los demás y es que su vida siempre había sido la soledad; no obstante, recibió una carta que cambiaría su vida pare siempre en ella se le notificaba de la muerte de su abuela.
Ese fallecimiento apenas inmutó nada en Sandrine y es que ella no había tenido relación con aquella mujer, pero el notario le dejó explícitamente que en su testamento había algo para ella y debía ir a recogerlo, el lugar era lo más extraño de todo y es que su abuela vivía en una isla, un lugar remoto del que nadie parecía tener conciencia. Y hasta allí se fue Sandrine, con el único propósito de saber qué quería decirle de manera póstuma aquella señora. Tan solo tardaría unos días, una semana como máximo, pero aquel lugar hizo que todo cambiara y es que esa isla casi deshabitada sería su hogar por más tiempo del que a ella le hubiera gustado.
La isla desolada
Desde una ciudad cercana y en una pequeña barca la llevaron hasta allí, un amble señor le mostró quién era se abuela, le dijo cuál era su casa y le expreso que es lo que hacían en ese remoto lugar, y es que esa isla era un lugar apartado, donde no vivían muchas personas y nadie podía ir allí sin previo conocimiento de sus habitantes. Sandrien quería escapar, pero la próxima embarcación tardaría varios días en volver a por ella, o quizás eso no ocurriera nunca.
El miedo se apoderaba de Sandrine, allí había algo oculto, allí encontraría la exclusiva que anhelaba y es que el comportamiento de sus pocos habitantes empezó a cambiar a medida que se hacían preguntas, los ruidos de voces eran también algo presentes, Sandrine quería escapar pero solo podía hacerlo nadando, sin saber cómo huyó de allí y la encontraron días después con el rostro magullado y lleno de sangre, empezó a contar su historia pero nadie la hacía caso, creían que estaba loca y es que esa isla de la que ella había escapado parecía ser fruto de su imaginación, es ahí cuando la verdadera historia empieza y es que no solo sabremos qué había ocurrido con sandrine, sino también el hecho de porqué su abuela se adentró en aquella isla y abandonó a su hija, quizás ese monstruo quería hacerle daño a ambas.
Mi valoración personal
El refugio de Sandrine es una de esas historias adictivas narradas en dos tiempos, y es que Suzanne, la abuela de Sandrine, es también parte indiscutible de este elenco de personajes que te hace reflexionar y que te mantiene en vilo durante su lectura. El suspense está presente en todo momento y hay veces en las que te detienes y prefieres cerrar el libro porque te entra algún que otro escalofrío de miedo.
Me ha sorprendido gratamente, es un libro que desconocía y me arriesgué con él y no me ha defraudado. Sabe adentrarte en la historia poco a poco, conoces los miedos y debilidades de los dos personajes y a medida que ocurre la narración más buenas expectativas te da. Es una novela de reflexión y crítica, de las que debes volver a leer para captar más matices porque la primera vez solo quieres saber que ocurre al final con los personajes, pero una vez lo sabes puedes ir recogiendo más evidencias a lo largo de la novela.
Sin duda, mi primer contacto con el autor y con la editorial, y lo que os aseguro es que no será el último.
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