El Gran Círculo. Maggie Shipstead. Traducción de Paula Aguiriano. Alianza de Novelas
En FANFAN conversamos con Maggie Shipstead, autora de El Gran Círculo, una novela trepidante que fue finalista de Premio Booker 2021, un relato en el que se combina la pasión por el viaje, con las aventuras de las mujeres pioneras de la aviación, como Amelia Earhart, aviadora que desapareció en el Pacífico en 1937. Pero El Gran Círculo es además una reflexión sobre el viaje, y también una exploración de los límites de la vida, y de las condiciones de la mujer. Shipstead es toda una exploradora, siempre dispuesta a reproducir las duras condiciones de las exploradoras del siglo pasado, para experimentar el riesgo que suponían aquellas limitaciones.
-¿Cómo surgió la idea de El Gran Círculo?
La idea inicial de escribir sobre una mujer piloto se me ocurrió en 2012, cuando estaba de viaje por Nueva Zelanda. Estaba tratando de averiguar qué escribir a continuación cuando, en el aeropuerto de Auckland, vi una estatua de Jean Batten, una piloto que fue la primera persona en volar sola de Inglaterra a Nueva Zelanda en 1936. Algo en mí se conectó con la idea. La idea de una aviadora y la era de los primeros vuelos. Pasaron otros dos años antes de que realmente comenzara a trabajar en el libro, no planifiqué la trama de antemano, pero ese fue el comienzo.
-¿Cuánto tiempo le ha llevado escribirlo y qué tipo de investigación ha hecho?
Empecé a escribir en septiembre de 2014 y me llevó tres años y tres meses escribir el primer borrador, que tenía casi 1000 páginas. Invertí un año en revisarlo antes de entregarlo a mi editor, y después pasaron dos años y medio antes de que se publicara. Seis años y ocho meses en total. Estuve constantemente investigando, principalmente a través de libros. También realicé viajes para investigar y me monté en aparatos históricos y avionetas diseñadas para entornos difíciles, para aterrizar sobre hielo, por ejemplo. También exploré un archivo donde se guardan documentos personales de algunas pilotos estadounidenses que volaron en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.
-¿Cuánto hay en la historia de inspiración en la vida de Amelia Earhart?
Lo que más me interesa de Amelia Earhart es lo reacia que es la gente a aceptar lo que muy probablemente le ocurrió, que se quedó sin combustible y se estrelló en el mar. Creo que como era una mujer vibrante y fascinante, la gente no quiere que su historia tenga un final tan sombrío. De ahí surgieron todas esas fábulas en las que ella había naufragado en una isla o era prisionera de los japoneses, etc. Todo esto me hizo pensar en la diferencia de cómo procesamos la desaparición y la muerte, aunque a menudo son lo mismo. Pero también, ciertamente, parte del impulso y la determinación de Amelia Earhart está en Marian, aunque esas son cualidades comunes a todas o la mayoría de las mujeres piloto de la época.
-Bob Ballard, que encontró el Titanic, se ha embarcado en la aventura de encontrar los desafíos del avión con el que se hundió en el Pacífico, ¿sigue esa empresa Ballard? ¿Qué podría decirnos el hallazgo de los restos de su avión?
Estaba obsesionada con el Titanic cuando era niña, así que siempre supe de Bob Ballard. ¡Su trabajo es tan emocionante y lleno de misterio! Pero lo que suele pasar con Amelia Earhart es que alguien afirma haber encontrado una pista o una señal de ella; esto se propaga a través de Internet, y luego todos se olvidan y nadie se cae en la destaca cuando la pista no llega a nada. Ballard buscó el avión de Earhart durante dos semanas en 2019 y no encontró nada, ese fue el final. Sin embargo la idea de que aún lo está buscando persiste. Algo similar sucedió cuando esta foto (supuestamente de Earhart sentada en un muelle como prisionera viendo cómo remolcaban su avión detrás de un barco) circuló por Internet. Nunca tuvo sentido para mí. Si era una prisionera, ¿por qué estaba sentada allí? ¿Por qué su avión estaba siendo remolcado en lugar de cargado en el barco? ¿No es más probable que esa persona sea un hombre asiático, dado el momento y el lugar? Luego se supo que la foto fue tomada incluso antes del viaje de Amelia, pero la desacreditación no causó tanto revuelo como la teoría original. De todas formas, si se encontrara su avión, sería increíble porque sabríamos con certeza qué le sucedió. Pero no creo que lo sea probable. El Pacífico es increíblemente grande y profundo y, dado que Earhart desapareció en 1937 y la guerra comenzó poco después, hay muchos aviones de la misma época. Es una tarea extremadamente improbable encontrar uno en concreto.
-En la Historia ha habido grandes aviadoras, mujeres aventureras que encontraron en el vuelo la manera de emprender solas el viaje, ¿qué tipo de mensaje cree que nos envían esas vidas hoy?
No creo que ese impulso hacia la aventura o hacia aventurarse solo en el desierto esté congelado en el tiempo. La gente todavía da saltos y busca lo desconocido, aunque el contexto ha cambiado. Creo que siempre vale la pena considerar lo que queremos experimentar y presenciar en nuestras vidas y, si es algo práctico, tratar de realizar esos deseos.
–Al leer su novela, al compararla con nuestro mundo actual, nos dan ganas de aventura, pero por otro lado nos da la impresión de que nuestro mundo actual es muy miedoso, que tenemos mucho más miedo que esas aventureras, qué opina?
Creo que las primeras aviadoras eran atípicas en cuanto a su osadía, al igual que las aventureras extremas de hoy, que hacen cosas que parecen aterradoras y están fuera del alcance de una persona común. Creo que las mujeres promedio en las décadas de 1920 y 1930 tenían una idea mucho más restringida sobre qué tipo de actividades podían hacer y adónde podían ir que la que tenemos hoy. También creo que las personas aventureras experimentan miedo, pero sencillamente no le dan prioridad. Es imposible generalizar.
-Su historia tiene un ritmo trepidante que atrapa al lector ¿cuál es el truco o la herramienta para lograrlo?
Gracias, es un gran cumplido porque, cuando estoy leyendo, siempre busco que la lectura sea absorbente. Sin embargo, es un misterio, cómo provocar esta sensación cuando se escribo. No creo que haya un truco o una herramienta que funcione. . . Creo que nace de que el escritor imagina detalladaente el mundo de la novela y entiende a los personajes como personas complejas. Eso es muy difícil de lograr; es el arte de escribir ficción. Pero, diré, en un nivel más práctico, que mi primer borrador de este libro fue un 25% más largo. Hice pequeños recortes en el manuscrito, y creo que ayudó al ritmo, incluso si el libro aún es largo.
-Eres una viajera, lo podemos ver en su Instagram, ¿algún viaje ha cambiado su forma de ver el mundo? ¿Cuál va a ser su próximo viaje?
Acabo de regresar de una semana en Fiji, por encargo de una revista. Iré a Londres en junio para el Premio de la Mujer, y luego espero hacer una larga caminata por el Ártico sueco a fines del verano. Lo he estado planeando durante algunos años, y lo sigo aplazando, así que espero que este sea el año. Mis viajes, tomados en conjunto, han cambiado drásticamente la forma en la que veo el mundo. Entiendo mejor la variedad de paisajes y de vidas que existen. Probablemente el viaje individual que más me cambió fue cuando fui a la Antártida por primera vez, al Mar de Ross, en 2016. Estar en un lugar tan remoto, un lugar que es completamente indiferente a la vida humana pero vulnerable al mismo tiempo, a nuestro descuido fue un despertar.
-¿Viaja siempre en busca de historias o de aventuras personales? ¿Cuánto de sus viajes está en sus novelas?
Viajo por aventuras personales y, a veces, una historia me encuentra. También escribo para revistas de viajes, así que a veces viajo literalmente sola para escribir sobre ello. Great Circle incluye muchos de mis viajes: he estado en casi todos los lugares que figuran en el vuelo alrededor del mundo de Marian: Nueva Zelanda, las Islas Cook, Hawái, Alaska, Svalbard, Ciudad del Cabo, el Mar de Ross región de la Antártida. También pasé dos meses en Missoula, Montana, donde crece Marian. Nunca diría que los autores están obligados a ir a los lugares sobre los que escriben, pero haber estado en esos lugares me dio más confianza y también una mejor comprensión de lo que busca Marian: una idea de la escala del mundo.
-¿Qué llevas en tu maleta como imprescindible?
¡Depende de a dónde voy! Mantengo listas en mi teléfono de lo que debo llevar para un viaje tropical frente a un viaje al Ártico. Mis objetos esenciales son bastante prácticos y aburridos, como mi medicamento para la migraña y algo para leer y auriculares para escuchar música. De hecho, tiendo a llevar en exceso y, por alguna razón, eso me hace sentir muy culpable.
-¿Viajar como mujer soltera sigue siendo un problema? Creo que simplemente existir como mujer soltera puede ser un problema prácticamente en cualquier lugar a veces. Cuando viajo sola, soy más cautelosa que cuando viajo en grupo o con un hombre, y hay algunos destinos a los que probablemente no iría sola. Pero también hay mujeres que viajan solas a todas partes sin pensarlo dos veces y están bien, así que creo que se trata de con qué te sientes cómodo personalmente y también de tener un poco de