Netflix se puede transmutar en una major, algo bueno para el ecosistema tras los movimientos fagocíticos de Disney
El nuevo paradigma que parecía arrasar ya no funciona como antes. Parece que Netflix está estudiando un cambio de estrategia, y algunos nos alegramos. Tras sus últimos resultados trimestrales la compañía estudia distintas alternativas para poner en valor su extenso catálogo de contendido audiovisual.
La situación
Su política de absoluta estanqueidad y exclusividad de sus producciones va alcanzando su techo. Además, estamos en un mundo donde desafortunadamente se entiende que el arte es lo mismo que contenido (cosas para rellenar el tiempo de pantalla) y que ha de ser gratuito o casi gratuito. Así se hace muy complicado pedir más dinero por las suscripciones o establecer mecanismos para impedir que éstas se compartan sin que el suscriptor lo sienta como una agresión (no ocupamos un espacio, no poseemos algo físico y es complicado entender que se paga por algo virtual).
A esto se ha de sumar que las majors van apostando también por sus propias plataformas de video bajo demanda (VOD), lo que habitualmente se denomina como streaming. Incluso en ocasiones con carácter gratuito, contando con los ingresos de publicidad como una televisión clásica. Y que además éstas cuentan con otros canales de ingresos.
El nuevo paradigma se puede transformar en un ajuste del existente
A pesar del enfoque positivo que dan a los resultados económicos, Netflix parece decidida a buscar nuevas vías de ingreso. Y de este modo se plantea varias posibilidades. Por un lado está estudiando subir las tarifas, algo complicado en este momento de inflación y posible recesión.
Pero como ideas revolucionarias surge, de modo cada vez más sólido, la posibilidad de manejar sus contenidos de un modo más convencional. El nuevo plan incorporaría, entre otras ideas, la posibilidad de vender sus series más antiguas a otras plataformas o cadenas de televisión. Igualmente se plantea la posibilidad de dar ventanas más largas en los cines para sus películas, al menos para las que consideren más importantes. Esto ultimo obedece a dos motivos, es rentable y no recorta suscriptores, si la película tiene éxito se produce un boca-oreja genera visionados posteriores en la plataforma. Resumiendo, pasaría a ser una empresa de contenidos más convencional, con una apuesta mayor por su oferta online.
Si triunfa este enfoque, Netflix se estaría dando la vuelta como un calcetín. Pero vale la pena recordar que Netflix ya se reinventó en sus orígenes, yendo desde el alquiler de películas físicas con un enfoque innovador apoyado en servicios online hasta una plataforma de contenido completamente virtual. Así que parecen capaces de dar una nueva vuelta y su nuevo paradigma sería un regreso al paradigma existente, aunque algo modificado.
¿Por qué es una buena noticia?
La aparición de un nuevo estudio siempre es una buena noticia. Máxime con le perdida de diversidad en el ecosistema debido a las adquisiciones recientes. Por un lado Disney con la 20th Century Fox, Pixar y Marvel, entre otras, y por el otro con MGM en manos de Amazon.
Y además, a diferencia de las majors y de nuevo a favor de ampliar la biodiversidad (estirando la metáfoar del ecosistema), Netflix parece dispuesta a rodar y estrenar proyectos algo más arriesgados. Dicho de otro modo, que no sean todos familiares y descafeinados como por ejemplo hace Disney en la actualidad. Tómese esta última apreciación mía con una prudente distancia, Netflix también tiene bastantes películas algoritmo y otras que buscan artificiosamente dar nacimiento a una franquicia que poder explotar.
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