La película del director de Gladiator dedicada a Napoleón Bonaparte se estrenará en cines el 24 de noviembre. Anticipándose a las reacciones de sus detractores, el cineasta ha decidido responder para descargar la presión de los historiadores y extablecer el marco de su obra.
Desde que se publicaron los primeros tráilers, Napoleón de Ridley Scott -con Joaquin Phoenix en el papel del ambicioso general que se convertiría en cónsul y luego emperador de los franceses- ha recibido las críticas de los historiadores, de los especialistas de la época como Émilie Robbe, conservadora jefe del Heritage en el Museo del Ejército de París. Robbe señala en su análisis algunas inconsistencias históricas en las secuencias que se han anticipado en los tráilers.
Feroz defensor de su obra, Ridley Scott se anticipa así a sus detractores, incluso antes del estreno oficial de la película, previsto para el 22 de noviembre en Francia, Estados Unidos y Reino Unido y para el 24 en España. Ha sido en New Yorker donde el director de Blade Runner y Alien ha respondido a los críticos que señalan lo impropio de algunas «invenciones históricas», como los disparos a las pirámides o incluso la presencia de Bonaparte durante la ejecución de la reina María Antonieta. En la respuesta a una pregunta del periodista que firma el reportaje, Scott contesta ofendido: “¡No tienes nada mejor que hacer!”.
El director argumenta que su Napoleón no es una película histórica ni un documental histórico sino más bien una visión, una ficción en torno al destino de Napoleón Bonaparte. Preocupado por su libertad como autor, afirma que ha querido mostrar a través de este nuevo fresco napoleónico una nueva interpretación de la epopeya de un hombre que se convirtió en general de brigada a los 25 años, primer cónsul a los 30, emperador a los 35 y que acabó su vida exiliado en “una roca perdida en medio del Atlántico”, Santa Elena.
Ridley Scott, un perfeccionista, también ha prometido que se emitirá en Apple TV+ una versión “Director’s cut” de unas 4 horas y 10 minutos de duración… dando a entender que sólo allí, tal vez, los críticos podrán juzgar la calidad de su trabajo cinematográfico. .
