Televisión española programó en alguna ocasión ‘El hombre que mató a Liberty Valance’ (1962) de John Ford, con John Wayne y James Stewart como protagonistas, y también con Lee Marvin como antagonista. Y debería repetirlo con alguna frecuencia porque es un relato impagable de unas elecciones al Parlamento de un candidato serio, firme y responsable, que hace viva la Constitución en un pueblo desnortado por las amenazas de lo que hoy llamaríamos terrorismo, violencia y falta de respeto hacia los demás.
En el discurso final, cuando le proponen como candidato, llama la atención la chulería de su oponente, que intenta por todos medios repetir en el cargo, despreciándole e insultándole con todas las artimañas de un político envejecido, pero que no convence a nadie.
Hay que ver la película hasta el último fotograma: el ambiente preelectoral de un pueblo deseoso de libertad y paz con la Constitución, que supera el temor a la violencia por el ejemplo de un candidato bueno. Sin olvidar la importancia que tienen los medios de comunicación en el relato, y el whisky para animar la historia en los momentos culminantes. Resulta extrañamente actual.