Vibración. José Ovejero. Galaxia Gutenberg
José Ovejero nació en Madrid, aunque sus orígenes maternos nos llevan hasta Valdecaballeros (un pueblo con una central nuclear que nunca se inauguró), espacio en el que se desarrolla esta novela rural con aires góticos, oscuros e inquietantes (sin llegar a los extremos de una Mariana Enríquez). José Ovejero es uno de los escritores españoles contemporáneos más prestigiosos, ganador del Premio Anagrama de Ensayo, del Ciudad de Irún de Poesía, del Alfaguara o el Primavera de Novela. ‘Vibración’ es una novela dividida en tres partes. La primera y más larga está compuesta por numerosas historias, fragmentos de un puzle que nos permiten hacernos una composición del lugar y sus personajes que me ha recordado la Antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters. La segunda parte es muy corta y es una justificación del título. Y la tercera parte sería una especie de novela corta que vendría a ser la conclusión o el motivo de ser de todo lo anterior.
La narrativa de Ovejero se caracteriza por un estilo rico que, más allá del argumento, hace que uno desee quedarse a vivir en los párrafos, leer todas y cada una de las palabras sin saltarse ninguna. Si se me permite, diré que la prosa, a ratos poética, de Ovejero, me sugiere imágenes propias del cine de Andréi Tarkovski.
La novela nos cuenta la historia de una pareja, Sara y Paul, y de su hija Ale, que llegan a un pueblo donde tiene sus orígenes Paul. Son una familia que huye de su pasado. Las tres primeras historias con las que comienza esta novela son, por un lado, una joven que asalta una tumba con sus amigos adolescentes, el asesinato de un cura y los razonamientos de un hombre primitivo en tiempos antiguos (muy anteriores a Salamina).
En ‘Vibración’ se muestra la vida en lo rural, que tiene una característica muy peculiar que aquí es especialmente resaltada, y es que en lo rural no se permite el error porque el error es siempre recordado, no es posible la reinserción, la justicia implica que cuando se comete un hecho maligno debe ser siempre recordado y sus autores y sus descendientes castigados. En la ciudad, por el hecho que las personas aparecen y desaparecen, eso no ocurre.
La cuestión es, cuando llegamos a la tercera parte, después de todo lo que hemos visto sobre la historia del lugar, un lugar oscuro, pero que en realidad las cosas que ocurrieron en ese pueblo son las mismas con pequeñísimas variantes que las que han ocurrido en otros lugares, pero nos hemos centrado sobre todo en lo oscuro, qué es lo que podemos esperar, qué clase de historia podemos esperar, respecto de los recién llegados.
La novela plantea la cuestión de la migración. En la primera parte de la novela básicamente es la gente que se marcha a la ciudad en busca de una vida mejor. Es básicamente la idea de un sueño, de mejorar, pero cuando lo que se hace es hacer un movimiento hacia atrás, defensivo, como ocurre en la tercera parte, ya no se trata de mejorar sino de huir, de protegerse, de aguantar, recomponerse. En el fondo, creer que uno puede vivir en cualquier lugar fuera de los vínculos creados por sus ancestros es algo un tanto ilusorio. Se trata de creer que se puede comenzar de cero, que realmente los seres humanos al nacer somos una tabula rasa.
‘Vibración’ es la historia de un pueblo normal condenado a ir muriéndose poco a poco que de repente tiene una lluvia de millones, unos millones que si tú quieres son absolutamente feísimos porque están manchados de energía nuclear, de energía que condenará a cientos de generaciones: los habitantes de ese pueblo. Sin embargo, ellos son felices. Y de repente el pueblo crece y crece y se transforman las mentes de las personas. Pero luego, de repente, la central nuclear se para y aquello es como visitar unas ruinas históricas, habitadas por viejos, y, sobre todo, habitadas por un sentimiento de decepción y de descreimiento en la sociedad absoluto.
En la novela hay algo oscuro, como si hubiese un espíritu que estuviese acechando, algo incomprensible, sobrenatural, una vibración que en cualquier momento puede convertirse en un estruendo o en la materialización de algo profundamente maligno.
Y con el paso del tiempo la familia de tres miembros formada por Sara, Paul y Ale va hundiéndose más y más. Para los adultos cada vez resulta más difícil hablar sobre ellos porque en el fondo saben que no hay nada que hacer, porque ambos dejaron de luchar hace demasiado. Mientras tanto su hija se va marchitando antes de haber florecido.
Cuando terminé de leer ‘La carretera’ consideré que lo más lógico era pensar que el chico acabaría devorado por sus nuevos amigos. Aquí me preguntó si Germán no será el padre de la hermana de Alejandra.