‘Resident Evil 2 Remake’ — Análisis

Disponible desde el 25 de enero de 2019 en PlayStation 4, Xbox One y PC.

El lanzamiento de Resident Evil 2, allá por el lejano 1998, logró meter el miedo en el cuerpo a toda una generación de aficionados al terror. Aunque los survival horror ya contaban con algunos representantes, con precursores como Sweet Home (Capcom, 1989) o Alone in the Dark (Infogrames, 1992), sus desarrolladores supieron refinar cada uno de los apartados que lo componen, creando una obra que ha trascendido hasta nuestros días.

Tecnológicamente hablando, aquella obra era todo un portento visual. Las imágenes prerrenderizadas que se usaron para los escenarios, combinadas con un sistema de cámaras fijas, dotaban al juego de un estilo cinematográfico nada común para la época. Esto ya se había utilizado con éxito en su antecesor, pero aquí se hizo de una forma mucho más ambiciosa. Además, las cinemáticas de las que hacía gala eran impactantes, dejando escenas que se han quedado grabadas en la memoria colectiva de los seguidores del género.

Ahora, más de veinte años después de que la saga diera sus primeros pasos en la mítica PlayStation de Sony, volvemos a ponernos en la piel del policía novato Leon S. Kennedy y la joven universitaria Claire Redfield, para intentar salir con vida de las traicioneras calles de Raccoon City. Acompañadme en este escalofriante viaje, en el que vamos a descubrir si Capcom ha sabido mantener la verdadera esencia que hizo grande a la serie.

Un remake que rinde tributo a un clásico inolvidable

Para empezar, me gustaría comentar que esta puesta al día de Resident Evil 2 es tremendamente respetuosa con el material original. Cada una de las experiencias que vamos a vivir, son un constante homenaje a una obra que dejó una profunda huella en la industria de los videojuegos, sirviendo de inspiración a multitud de títulos que llegaron con posterioridad. Aunque se han introducido cambios, tanto en la trama como en el desarrollo de los acontecimientos, los aficionados que jugaran aquella entrega van a poder redescubrir situaciones y personajes, que han sido traídos a la actualidad con un gusto exquisito.

Una vez más, nos tocará asumir el control de Leon S. Kennedy, en su nefasto primer día de trabajo en la comisaría de Raccoon City, y Claire Redfield, que llega a la ciudad en busca de su hermano Chris. Los dos son protagonistas, muy a su pesar, de un argumento que incluye cientos de zombis y otras criaturas de pesadilla, una corporación farmacéutica con aires de grandeza, y un temible virus que transforma a personas corrientes en peligrosas armas biológicas.

La historia, sin ser un calco del original, sigue las líneas maestras trazadas por Resident Evil 2. Algunos acontecimientos y diálogos han sido reimaginados, para darle una mayor coherencia, pero no esperéis un cambio radical de rumbo. En la mayoría de los casos, nos encontramos con sutiles variaciones, cuya finalidad es dotar de credibilidad y consistencia al argumento, logrando que la trama tenga un tono más serio y adulto.

Survival horror al estilo ‘Resident Evil 2’

Cada protagonista cuenta con su propia ruta para escapar de este infierno, con elementos únicos y zonas exclusivas. Al empezar la aventura, tendremos la posibilidad de elegir entre Leon o Claire, para que ese sea nuestro primer compañero de fatigas. Una vez que finalicemos el viaje con uno de ellos, tendremos que hacer lo propio con el otro personaje, pero por un camino diferente.

Dentro del repertorio de enemigos, las estrellas del show vuelven a ser los zombis. Esta figura, ridiculizada en algunas ocasiones, regresan aquí como unos seres temibles y amenazadores. Aunque la mayoría caminan con lentitud, su capacidad para aguantar impactos de bala los convierte en adversarios peligrosos y difíciles de batir, en especial cuando hacen su aparición en grupos numerosos. Además, al avanzar con movimientos torpes y erráticos, es complicado apuntar a sus zonas más vulnerables.

No son los únicos que van a poner a prueba nuestra puntería. Conforme vayamos avanzando, nos tocará enfrentarnos a rivales de mayor entidad. Un ejemplo lo encontramos en los lickers: unas criaturas sin piel y completamente ciegas, que cuentan con un extraordinario oído y una tremenda agilidad. Intentar pasar junto a ellos sin hacer ruido es la mejor opción, pero si por un descuido escuchan tus temblorosos pasos, procura tener la artillería pesada a mano.

Visualmente escalofriante

Para el apartado técnico, sus creadores han optado por usar el motor gráfico RE Engine, propiedad de Capcom, que tan buenos resultados ofreció en Resident Evil 7: biohazard. El modelado de los personajes, tanto de los protagonistas como de los enemigos, está entre lo más destacado. Tampoco desentonan los escenarios, llenos de detalles macabros que transmiten sensación de angustia y desasosiego. Aquí, brilla con luz propia la comisaría, con sus lúgubres habitaciones e incontables recovecos por descubrir.

En cuanto a los efectos sonoros, lo que más vais a escuchar son los gruñidos de los zombis en busca de algún incauto superviviente al que hincar el diente. Las armas suenan con bastante contundencia, además de contar con efectos diferentes dependiendo de la munición que usemos. La música no tiene mucha presencia, dejando que sean los sonidos ambientales los que ganen protagonismo. Las voces, una vez más, llegan completamente dobladas al castellano, con interpretaciones sólidas y profesionales.

Si me permitís el atrevimiento, os recomiendo encarecidamente que os hagáis con la banda sonora original que se puede adquirir por separado. Sí, estamos de acuerdo en que habría que darle un enorme tirón de orejas a Capcom por no incluirla «de serie», pero es que jugar con la música del Resident Evil 2 clásico añade una dimensión completamente diferente al apartado sonoro. Además, ha sido implementada de una forma exquisita, encajando como un guante dentro de la aventura. Es como volver a 1998 y entrar por primera vez en la siniestra comisaría de Raccoon City.

En ‘Resident Evil 2’, la muerte acecha en cada esquina

La ambientación es otro factor a tener muy en cuenta. Hay cantidad de detalles que consiguen meternos de lleno en la piel de Leon y Claire, con sonidos escalofriantes procedentes de otras habitaciones, salpicaduras de sangre chorreando por las paredes y la agitada respiración de los protagonistas, después de haber soportado la embestida de un licker por la espalda. En ese sentido, los desarrolladores no han escatimado esfuerzos para que nos sintamos amenazados y en peligro en todo momento.

Hacía tiempo que no tenía una sensación de inferioridad tan marcada al verme rodeado por varios enemigos. Luchar no siempre es la mejor opción, y una retirada a tiempo puede ser la diferencia entre la vida o la muerte. Enfrentarse a un zombi solitario es relativamente sencillo, pero cuando descubrimos que algunos de sus amigos están entrando por la ventana y la munición empieza a escasear, salir corriendo hacia la puerta del fondo ya no parece tan mala idea. Aunque eso no nos garantiza que estemos a salvo, ya que en el siguiente pasillo puede que encontremos algo peor.

Esta percepción de estar en desventaja frente a las criaturas de Raccoon City, se hace aun más patente cada vez que recibimos un susto o el juego nos pilla por sorpresa, algo que pasará varias veces durante el transcurso de la partida. Afortunadamente, es un recurso del que no se abusa, dejando su aparición para momentos puntuales que han sido seleccionados con sumo cuidado.

Espíritu clásico, dentro de un envoltorio moderno

A diferencia del título original, que contaba con escenarios estáticos y cámaras fijas, este remake se sustenta sobre un sistema de visionado que sigue las evoluciones de los personajes en tercera persona. Esto ya se ha visto en muchos juegos de esta y la pasada generación de consolas, permitiendo apuntar de forma cómoda y eficiente las diferentes armas disponibles.

En lo referente a la potencia de fuego que van a poder usar los sufridos protagonistas, no vamos a encontrar grandes sorpresas. Empezaremos con la clásica pistola, y poco a poco iremos ampliando nuestro arsenal. En el caso de Claire, la cosa empieza a mejorar una vez que consigue un práctico lanzagranadas, que permite disparar munición de varios tipos. Leon, por su parte, prefiere la contundencia de una buena escopeta, que causa auténticos estragos a corta distancia.

Los controles también han recibido un tratamiento acorde a los tiempos que corren, así que olvidaros de cosas como no poder andar al apuntar las armas, o las dificultades que tenían los personajes al intentar doblar una esquina. Aquí todo fluye igual que la mantequilla sobre pan recién horneado, lo que nos va a permitir centrarnos en la exploración y el combate.

También regresan los puzles y acertijos. Algunos son opcionales, así que es posible ignorarlos sin más, aunque no es nada aconsejable si queréis afrontar con garantías la parte final del juego, ya que os podéis dejar atrás algún artilugio que os hará la vida más sencilla. Ninguno de ellos es especialmente complicado, pero conviene tener los ojos abiertos y prestar atención al entorno, porque las pistas para resolverlos pueden estar en el lugar más insospechado.

Conclusiones — ‘Resident Evil 2 Remake’

Este remake es todo lo que llevábamos pidiendo los fans de Resident Evil 2 desde hace años. Cada uno de los apartados que componen esta obra, rezuman respeto y pasión por un clásico que se quedó grabado en el corazón de todos los aficionados a los survival horror. Cosas como la escasez de munición, la necesidad de administrar con cabeza el inventario, el tener que mirar cada rincón para no dejarnos nada atrás y la sensación de angustia que se respira a cada paso que das, es algo que se echaba de menos.

El cariño y el mimo que han puesto sus desarrolladores salta a la vista desde el primer minuto, con detalles y guiños constantes a una obra que marcó un antes y un después en la industria de los videojuegos. Quizás se le pueda achacar que tiene una escasa duración, pero eso depende de lo hábil que seas con el mando y tu capacidad para superar los desafíos que te salgan al paso. Sin embargo, una vez que finalizas la historia con ambos personajes, se desbloquea contenido adicional que también estaba incluido en el original, como la aventura de Hunk, el 4º superviviente.

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Una puesta al día de un clásico inolvidable, que ningún aficionado a las aventuras de terror se debería perder. Aunque recupera muchos de los elementos que hicieron grande a la entrega original, este nuevo Resident Evil 2 también sabe tener identidad propia. Ya no hay cámaras fijas ni escenarios prerrenderizados, pero conserva la asfixiante atmósfera de la que siempre ha presumido la saga. Sin duda, un fiel representante de los survival horror de la vieja escuela, con un aspecto visual sobresaliente.'Resident Evil 2 Remake' — Análisis