Andar. Thomas Bernhard. Traducción de Virginia Maza. Editorial Contraseña
Andar (1971) es la historia del paseo que realizan el narrador y Oehler, en el que este último cuenta al narrador sobre el pensar y el actuar de Karrer, ahora internado en un manicomio después de un incidente en una sastrería del que fue testigo Oehler. El escritor austriaco Thomas Bernard (1931-1989) es una de las voces esenciales de la literatura universal de todos los tiempos.

Andar es posiblemente el libro más filosófico de Thomas Bernhard, las ideas dominan sobre otros aspectos de la narración, aunque los juegos verbales y estilísticos, las repeticiones, el ritmo del fraseo y su peculiar sentido del humor son los característicos del escritor austríaco.
En el libro abundan afirmaciones que en ocasiones son enjuiciadas como pesimistas por el simple hecho que Bernhard nos exige ver la realidad, no ampararnos en una apariencia de realidad, aun a riesgo de acabar como Karrer, que no acepta que unos pantalones de saldo le sean vendidos como pantalones de la más alta calidad y acaba por romperse su mente a consecuencia de esa disfunción inaceptable.
En el libro también abundan las provocaciones: contra los padres, los médicos, …, críticas siempre razonadas, siempre hiperbólicas, con un marcado carácter humorístico.
Bernhard pone en boca de sus personajes un tema que desarrolla durante un par de páginas, hace una pequeña transición y salta a otro tema, siempre sin poner un punto y aparte (en este libro, de forma excepcional, hay tres). Para entender cómo hace esto hay que saber que trabajaba con una máquina de escribir, que favorece el escribir rítmicamente, y además con un rollo de papel continuo que encargaba expresamente, de manera que se esforzaba por no detenerse. Evidentemente, esto requiere de una gran concentración y un gran esfuerzo físico, de ahí que estas obras, que son como una fuente de agua que no cesa, sean obras cortas. Cuanto más se alarga la novela, hay un trabajo técnico detrás mayor.
La idea principal que se expone en este texto con referencias a Wittgenstein es que el pensamiento, su desarrollo, siempre lleva a una catástrofe, y que el ser humano lo que hace es de algún modo no realizar las últimas inferencias necesarias para llegar a este desastre. En realidad, esto sería para los pensadores, pero para el grueso de la sociedad lo que ocurre es que directamente vivimos en una sociedad que busca cualquier clase de aletargamiento que nos impida pensar. Cada vez somos seres más aislados de los otros y cada vez la interconexión entre nosotros es más y más limitada. Solo a través de herramientas como pueden ser los libros o Internet podemos conectarnos con otros de una forma muy inmediata y de ese modo seguir procediendo con el pensamiento.
Bernhard abunda en las críticas. Por ejemplo, considera que la sociedad no reconoce a los mejores, no los ayuda, de modo que quien quiera hacer algo realmente relevante para la sociedad debe ser muy consciente que la suya será una lucha del individuo contra el mundo, en la que lo más fácil es que cabe pereciendo agotado, suicidándose.
Bernhard insiste en algunos de los temas habituales de su narrativa: la patria inhóspita, la enfermedad, la inmanencia de la muerte, la locura, el mundo como ente insoportable, el desprecio de los familiares por el genio, la dificultad de la comunicación, la concepción del lenguaje como un muro que nos separa de la realidad, un muro infranqueable y que no se puede derribar, el desarraigo de la emigración.
Aquí os dejo un documental sobre Thomas Bernhard.