Cuéntame mi historia. Adriana Cavarero. Katz editores
Adriana Cavarero (Italia, 1947) es una filósofa contemporánea reconocida por sus aportaciones a la teoría feminista, la filosofía política y la estética. Influida por Hannah Arendt y la tradición hermenéutica, Cavarero ha cuestionado la noción abstracta del sujeto en la filosofía occidental. En su obra, propone una concepción relacional y narrativa de la identidad. Sus obras exploran temas como la unicidad, la vulnerabilidad, la voz y el cuerpo, siempre desde una perspectiva crítica y sensible a las exclusiones del pensamiento clásico. Entre sus libros más influyentes destacan Inclination, Horrorism y Cuéntame mi historia, donde reivindica el relato como forma ética de reconocimiento.
En Cuéntame mi historia, la filósofa italiana Adriana Cavarero retoma una preocupación tan antigua como el pensamiento mismo: ¿quién soy? Pero lo hace desde un ángulo que desafía la tradición filosófica occidental, particularmente aquella que, desde Platón hasta el existencialismo, ha insistido en buscar la identidad en la interioridad abstracta del sujeto. Cavarero no niega esta búsqueda, pero propone un giro crucial: uno no puede narrarse a sí mismo del todo; solo el otro puede contarnos verdaderamente quién somos. Y en ese gesto relacional, ético y profundamente humano, es donde nace la historia de cada uno.
Para el lector joven con interés por la cultura clásica, este texto resulta particularmente estimulante. Cavarero establece un diálogo constante con figuras como Ulises, Sócrates, Platón, Aristóteles y, más en la sombra, con la Odisea como arquetipo de vida narrable. Ulises, por ejemplo, es el paradigma del héroe cuya identidad se revela al ser contada por otros —por los poetas, los dioses, los hombres— más que por sí mismo. En oposición a la idea del sujeto autónomo moderno, la autora defiende una «unicidad narrativa», en la que cada ser humano es irrepetible y solo puede ser comprendido a través del relato que de él hacen los demás.
El libro, que se mueve entre la filosofía, la teoría feminista y la literatura, plantea así una crítica al sujeto universal y abstracto de la metafísica clásica. Frente a ella, Cavarero reivindica lo concreto, lo encarnado, lo narrativo. En esto, se pueden detectar ecos de Hannah Arendt —a quien Cavarero ha estudiado profundamente— y de Paul Ricoeur, aunque ella lleva el pensamiento un paso más allá: el relato de vida no es simplemente una forma de comprenderse, sino la única manera de ser alguien en el mundo.
La prosa de Cavarero es densa por momentos, pero nunca críptica. Es una autora que piensa en voz alta, con claridad conceptual y con una sensibilidad que interpela tanto la razón como la emoción. Para quienes se acercan a la filosofía desde la literatura o desde los estudios clásicos, este libro ofrece un puente fértil entre mundos. Es, también, una invitación a revisar la manera en que nos contamos (y dejamos que nos cuenten), y a reconocer que nuestra historia no está solo en lo que recordamos, sino también —y sobre todo— en lo que los otros han visto de nosotros.
Cuéntame mi historia no es un tratado cerrado, sino una conversación abierta. Como la propia vida, está hecha de relatos entrelazados, de fragmentos que solo cobran sentido en relación. Leer a Cavarero es entrar en ese tejido, y salir con la certeza de que no hay identidad sin relato, ni relato sin alteridad.
