Descifrando enigma. Alan Turing: un genio de su tiempo. Jim Ottaviani y Leland Purvis. Oberon
Alan Turing es uno de los grandes personajes del siglo XX. Y Descifrando enigma una de las mejores novelas gráficas. Así fue elegida en 2017, año de su aparición en el mercado anglosajón. Turing es un hombre fascinante. No solo por su papel en la II Guerra Mundial, sino porque su trabajo juega un papel fundamental en nuestro tiempo, en el desarrollo de la inteligencia artificial. También porque fue un homosexual que sufrió la presión y la discriminación de la sociedad de su tiempo. Una vida que termina en suicidio.
El 10 de septiembre de 2009, el premier británico Gordon Brown se disculpó con Turing en nombre del gobierno británico. Sus palabras terminaron con un «Lo sentimos, merecías mucho más». Cuatro años más tarde, la Reina concedió su perdón a Turing en la Prerrogativa Real de Gracia y Clemencia. El texto dice así: «sabed que, considerando las circunstancias que nos han sido humildemente presentadas, nos complace extender Nuestra Gracia y Clemencia al mencionado Alan Mathison Turing y otorgarle nuestro Libre Perdón de forma póstuma con respecto a las mencionadas condenas…..» Después de repasar la historia de Turing todo eso suena a broma pesada.
Comics para difundir la ciencia
Jim Ottaviani y Leland Purvis han llevado la historia de Turing, y su papel fundamental en el descifrado de Enigma, la máquina de codificación de mensajes del Tercer Reich, al cómic. Estamos ante dos de los grandes de las novelas gráficas. Ottaviani está incluido entre los autores de las 10 mejores novelas gráficas, ha sido recomendado por The New York Times, y ha sido finalista del premio de Libros y Películas de Ciencias, que concede la Asociación americana para el Avance de la Ciencia. Leland Purvis ha estado nominado a los premios Eisner e Ignatz y es crítico del Comics Journal.
La versión española ha convertido el título original de esta obra («The imitation game«) en el más popular Descifrando enigma. El público español conoce bastante bien Enigma, la máquina de codificar mensajes que utilizaban los nazis. Recuerdan, entre otras cosas, la famosa película del mismo nombre que el título de esta novela gráfica. Pero el cómic de Ottaviani y Purvis va mucho más allá, porque narra la contribución de Turing a la inteligencia artificial y su famoso test, que se sigue utilizando. Hace unos días comentábamos en este Fanfan la reciente novela de Ian McEwan en la que Turing es uno de los personajes. McEwan sitúa su historia en los años 80, Turing no se ha suicidado, y sigue muy atento las evoluciones de los primeros robots, esas máquinas perfectas, que llegan a nuestro mundo imperfecto.
Múltiples narradores
Al final de la historia, Ottaviani recuerda que «A» y «B», los célebres personajes del test de Turing, son protagonistas de la historia que narra el libro, y dejan que sea el lector el que lance preguntas a la historia para descifrar, para decidir, cuál de las versiones de Alan Mathison Turing es la verdadera, y cuál la artificial. Estamos por tanto ante un juego que nos recuerda que las biografías, y más la de un personaje tan excéntrico y singular como Turing, son siempre un esfuerzo de investigación inacabado. Por eso Ottaviani deja en este tomo una abundante bibliografía, para quienes quieran profundizar en la vida de uno de los personajes más fascinantes del siglo XX.
Es probable que a quienes no estén familiarizados con el test de Turing la narración con varios puntos de vista, narradores que se alternan, les resulte confusa. La historia de Turing, y la novela gráfica lo resalta, tiene un enorme valor en la lucha de los homosexuales por sus derechos. Turing fue sometido a tratamientos para borrar sus tendencias sexuales, tratamiento que le dejaron profundas secuelas y que le llevaron a una situación que terminó con su suicidio. Turing sigue siendo una de las mentes más fascinantes del siglo XX, y uno de los científicos que más ha influido en las formas de vida y en la técnica de nuestro tiempo