Disponible desde el 11 de noviembre de 2016 en PlayStation 4, Xbox One y PC
En el año 2012, Arkane Studios llevó a muchos aficionados a visitar las calles de Dunwall, una ciudad invadida por las ratas y asolada por la peste, que escondía la historia de venganza de Dishonored. El protagonista, Corvo Attano, era injustamente acusado del asesinato de la Emperatriz Jessamine Kaldwin, siendo despojado de su puesto como protector real y arrojado a las mazmorras de palacio, a la espera de su ejecución. El panorama no pintaba nada bien, pero gracias a su pericia, consiguió burlar a la muerte, prometiéndose a sí mismo dar caza a los culpables de tan infame conspiración.
A grandes rasgos, esa era la trama sobre la que se asentaba Dishonored, un título que transportaba a los seguidores a una grisácea urbe, de un marcado estilo victoriano, con calles impregnadas de oscuridad y desolación. El juego combinaba con acierto acción y sigilo, con un planteamiento similar al de un shooter en primera persona, pero que ponía mucho énfasis en avanzar sigilosamente, aprovechando las grandes dotes de nuestro personaje para la infiltración.
Padre e hija
El argumento de Dishonored 2 comienza quince años después de los acontecimientos de su antecesor. La hija de la Emperatriz, Emily Kaldwin, es ahora la regente del imperio. Aunque todavía es joven, ya ha tenido que soportar la responsabilidad de llevar la corona, convirtiéndola en una chica fuerte y decidida.
Su padre es Corvo Attano, el guardaespaldas personal de su madre el día que fue asesinada. Aunque este suceso le marcó de por vida, sus singulares habilidades le convierten en el candidato perfecto para ocupar de nuevo el puesto de protector de la emperatriz, siendo el máximo responsable de la seguridad del palacio. Desde que Emily era muy pequeña, ha entrenado junto a él, transmitiéndole todos sus conocimientos en el arte del sigilo y el uso de las armas.
La historia de ‘Dishonored 2’
Mientras ambos se encuentran rindiendo un sentido homenaje a la fallecida Jessamine, irrumpe en la corte el duque Luca Adele. En principio, todo parece indicar que sus intenciones son pacíficas, pero la presencia de unos extraños guardias robóticos entre sus soldados hace desconfiar a Corvo. Además, el duque lleva entre su séquito a una poderosa bruja, llamada Delilah, que extrae su inmenso poder de la magia negra.
Aunque todo esto solo es el prólogo de Dishonored 2, no quisiera contar más de lo necesario, para que descubráis por vosotros mismos las entresijos de la historia, pero estos acontecimientos desembocan en una de las grandes novedades de esta secuela: la elección de Corvo o Emily como personaje principal. Por suerte, el decantarse por uno u otro no condiciona la aventura, pero tiene interesantes matices, tanto en el manejo de los protagonistas como en la trama.
Acechando desde las sombras… o con la espada por delante
El sistema de juego nos brinda total libertad para avanzar de la forma que consideremos oportuna. Podemos ser cautelosos, evitando el enfrentamiento directo con los enemigos, o lanzarnos a por los guardias sin compasión. Los dos personajes tienen herramientas de sobra para inclinarse por un estilo u otro, aunque cada uno lo hará a su manera.
Corvo dispone de un interesante repertorio de poderes, que le son concedidos por un misterioso personaje: el Forastero. Esta enigmática figura ya aparecía en la primera entrega, otorgándole al protector real unas habilidades sobrenaturales que le ayudaron a cumplir su venganza. Nuevamente hace acto de presencia para entregarle su marca, lo que le da la posibilidad de usar estos mortales talentos.
El más útil es el teletransporte, que le permite moverse con gran agilidad por los escenarios. También podremos ver a los adversarios a través de los tabiques y puertas cerradas, invocar una enfurecida horda de ratas, ralentizar el tiempo, lanzar una potente ráfaga de aire o poseer a los seres vivos que pueblan las calles de Karnaca. Aunque el guardaespaldas de la Emperatriz ya tiene sus añitos, sigue conservando una gran maestría para el combate y el sigilo.
Los protagonistas de ‘Dishonored 2’
Emily, por su parte, también está capacitada para hacer uso de los poderes del Forastero. Comparte con su padre las habilidades de teletransporte y ver a los enemigos a través de las paredes, pero dispone de algunas de su propia cosecha. Puede invocar un monolito que hipnotiza a los guardias, atrayendo su mirada, crear un clon para causar confusión entre los rivales, o convertirse en una figura fantasmal, adoptando forma etérea.
El más original es uno que vincula el destino de los centinelas, de modo que si un oponente pierde el conocimiento, el que haya sido unido compartirá la misma suerte. Todos estos talentos, bien combinados y usados en el momento oportuno, consiguen que la joven siembre el pánico entre los soldados enemigos. Incluso, da la sensación de que supera a su padre en algunas ocasiones, por la gran eficacia de varios de sus poderes.
Un arsenal de lo más variado
Es posible mejorar las habilidades, usando unas runas que se encuentran dispersas por los escenarios. Al principio son fáciles de encontrar, pero conforme avanzamos se incrementa la dificultad para dar con ellas. Es muy recomendable dedicar algo de tiempo en buscarlas, ya que potenciar los talentos del personaje desbloquea opciones muy interesantes y de gran utilidad.
Un ítem que retorna de la primera entrega son los talismanes de hueso. Estos objetos conceden diferentes efectos beneficiosos, que van desde recuperar vida bebiendo agua en las fuentes, hasta poder aguantar la respiración durante más tiempo al sumergirnos. También hay talismanes corrompidos, que proporcionan una gran ventaja, pero nos perjudican de alguna forma, como poder infligir más daño a los enemigos, a cambio de hacernos muy vulnerables a sus ataques. Es posible equiparse con cinco de ellos en total, dejando que los combinemos a nuestro gusto.
Ambos personajes pueden usar, además de sus mortales poderes, un variado repertorio de armas de corto y medio alcance. La espada será lo primero que empuñaremos, pero también vamos a encontrar pistolas, ballestas, minas, granadas y hasta una espiral cortante. Es posible potenciarlas, siempre que encontremos antes el plano que desbloquea su correspondiente mejora.
Piadoso o sanguinario, la elección es tuya
El juego está estructurado en misiones independientes, en las que debemos acabar, de una forma u otra, con los conspiradores que se han atrevido a usurparnos el trono. No esperéis encontrar un desarrollo de mundo abierto, ya que el camino hasta ellos es lineal, pero las posibles rutas de acceso son muchas, y aquí es donde encontramos otra de las fortalezas de Dishonored 2: su magnífico diseño de niveles. Cada escenario cuenta con su propio planteamiento, así que avanzar por ellos no se vuelve repetitivo ni monótono, al estar realizando tareas diferentes cada vez.
La elecciones que tomemos durante el viaje marcarán el caos que vamos sembrando a nuestro paso. Este sistema mide la violencia con la que actuamos, modificando determinados aspectos, como algunos diálogos de los protagonistas o el propio final del juego, ya que hay varios distintos.
Cuando pillamos por sorpresa a un centinela, tenemos la opción de asesinarlo a sangre fría o dejarlo sin sentido, perdonándole la vida. Cada muerte aumenta el sistema de caos, provocando que proliferen con mayor facilidad las moscas de la sangre. Estos molestos insectos cumplen una función similar a las ratas de la primera entrega, convirtiéndose en una auténtica molestia cuando se concentran en ruidosos enjambres.
Calles cargadas de estilo y personalidad
Para comentar el apartado visual, hay que poner de manifiesto un par de detalles. Gráficamente hablando, no estamos ante un portento tecnológico, pero cumple sobradamente con los estándares de calidad actuales. Donde sobresale este lanzamiento, es en el diseño artístico que impregnan todas la imágenes, dotando a personajes y escenarios de un acabado único.
Las calles de Karnaca brillan con luz propia, regalándole a los aficionados niveles llenos de detalles, que el ojo curioso sabrá apreciar. Esta urbe es bastante más luminosa que la sombría Dunwall, su tamaño es sensiblemente mayor y cuenta con diferentes barrios, que ponen de manifiesto las grandes diferencias que existen entre los habitantes del imperio. El lujo y la opulencia de algunos distritos, contrasta con la extrema pobreza que encontramos en las casas más humildes.
Void Engine
Este particular estilo visual también está presente en los personajes que pueblan la ciudad. Algunos llevan ropas llamativas, estrafalarias y hasta ridículas, y sus rasgos faciales son originales y diferentes. Buena culpa de ello la tiene el motor gráfico que a usado Arkane para la ocasión, el Void Engine, que ellos mismo moldearon para que se adaptara a la visión que querían darle a su creación.
La banda sonora es correcta, pero no destaca tanto como lo hacen las imágenes sobre las que suena. Cuenta con melodías de corte clásico, que amenizan nuestro deambular por callejones y tejados, pero no consigue encontrar el tono adecuado para sobresalir.
Los efectos de sonido, al ser de mayor utilidad para localizar a los enemigos, suele robar nuestra atención, en detrimento de la música. El doblaje al español es de buena calidad, con un notable repertorio de voces, adecuadas a los personajes que representan. Sin duda, las mejores líneas de diálogo son para el dúo protagonista, pero el resto no desentona.
Refinando la propuesta
Dishonored 2 es todo lo que fue su antecesor, pero potenciado, ampliado y mejorado. Destaca con fuerza en varios puntos: el primero es el apartado artístico, con imágenes cargadas de contrastes y personalidad. Después está un brillante diseño de niveles, dándole a los aficionados multitud de posibilidades a la hora de avanzar por los escenarios. También me gustaría resaltar lo divertido que resulta usar los poderes de Corvo y Emily, con sus diferentes matices y combinaciones.
Debo decir que existe la posibilidad de renunciar a los favores del forastero. Uno de los pilares básicos del título se encuentra en el uso de los talentos de los protagonistas, pero es posible rechazar la marca de este personaje, afrontando la aventura, de principio a fin, sin usar la magia. En esta modalidad, debemos confiar por completo en el músculo y el acero, ya que solo tendremos las armas y nuestro ingenio para salir adelante. Despreciar estas habilidades supone todo un reto, únicamente a la altura de los más osados del imperio.
‘Dishonored 2’
Es muy rejugable, al poder encarar las misiones de diferentes maneras. Hay herramientas de sobra para cambiar el enfoque de nuestro personaje, desde poder convertirlo en una máquina de matar, hasta transformarlo en un ser indetectable, que recorre los niveles sin que los guardias perciban su presencia. Los distintos tipos de munición que pueden usarse en las armas, también contribuyen a especializar a los protagonistas en un estilo concreto.
Vuelve a cometer los mismos pecados del pasado, con una historia bastante simple y unos minutos iniciales muy similares a la primera entrega, sin embargo, cumple su función como hilo conductor de la trama, para darle cohesión al argumento. El aspecto sonoro tampoco está entre lo más destacado, en especial la banda sonora, a la que le falta garra y contundencia.
Dishonored 2 hará las delicias de los aficionados a los juegos de infiltración, que gusten de usar la cabeza, en vez de apretar el gatillo continuamente. Su temática, aspecto visual y original planteamiento, lo desmarcan de otros lanzamientos, pero manteniendo unos altos valores de producción. El destino del imperio está en tus manos. Consuma tu venganza y recupera el trono.
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