El Mago. La historia de Thomas Mann. Colm Tóibín. Traducción del inglés de Antonia Martín. Editorial Lumen
El Mago es la segunda de las obras de Colm Tóibín dedicadas a la biografía novelada de un escritor. La anterior fue The Master, en la que exploraba en la vida pública e íntima de Henry James. Es curioso cómo, en ambos casos, Tóibín elige para su análisis y reconstrucción biográfica la vida de dos escritores con una gran tensión entre su vida privada y su imagen pública. Dos escritores de prosa compleja, de largas frases. Contrasta con el estilo de Tóibín, sobrio, contenido, de una austera y fría sencillez. El Mago es la recreación novelada de la vida de Mann, el escritor en el paisaje del siglo XX, y un relato centrado en las tensiones y contradicciones entre el interior homosexual de Mann y su vida pública.
En El Mago hay mucha documentación, es obvio, pero también algunos pasajes donde la imaginación permite dar color o subrayar las líneas maestras sobre las que Colm Tóibín ha construido esta biografía novelada. El autor confiesa en alguna entrevista que la publicación de los diarios de Mann, en 1975 en Alemania, fue el detonante de la empresa de abordar el relato de la vida del Premio Nobel. Los diarios rompieron en pedazos la imagen que se tenía de un Mann sólido, estable, de una pieza, todo cálculo y orden.
Hay en El Mago un pasaje en el que Tóbín narra el miedo de Mann a que sus diarios caigan en manos de los nazis. Su hijo Golo cumple el encargo de que Hans, el abogado del escritor, guarde los documentos. Pero la maleta se pierde en el trámite de entregarla en el servicio postal. Mann pasa semanas de terror, atrapado por el miedo de que la maleta caiga en manos de los nazis, que ya lo han declarado persona non grata. Desde Lugano, en Suiza, mueve influencias para recuperar la maleta, y no dormirá tranquilo hasta recuperar esos tomos que guardan el secreto de su vida íntima: episodios de vida homosexual, él, un escritor burgués, casado, padre de una extensa familia.
Los diarios de Mann permiten a Tóibín entrar en el alma del escritor, y escribir con precisión el contrapunto interior de la vida pública. Tóíbín se reserva en la novela algunas escenas construidas con imaginación para marcar el interés de algunos sucesos. Por ejemplo cuando asiste en el sanatorio de Davos, en el que se inspira para escribir La montaña mágica, al revelado de una placa de radiografía que los médicos le han hecho para determinar si sufre tuberculosis. El autor anota la fascinación por una técnica que permite observar el interior, entrar en un santuario sagrado.
En el relato de El Mago emerge la figura del escritor ordenado y disciplinado. Mann escribe cuatro horas al día, encerrado en su escritorio, el mismo escritorio que viaja con él de Munich a Suiza, luego a Francia, más tarde a Princeton, para terminar en California. No admite interrupciones. Son contadas las veces que alguien ha entrado en su escritorio en las horas de retiro monacal. Una de esas veces es Katia, su esposa, que le anuncia el comienzo de la guerra mundial, septiembre de 1939. Un hombre entregado a la tarea de la escritura, que es capaz de utilizar la vida de los que tiene cerca para sus creaciones, que es capaz también de no interrumpir un ciclo de conferencias por Europa cuando conoce la noticia del suicidio de uno de sus hijos en Francia.
El Mago es una novela colosal, ambiciosa, épica, que tiene la capacidad de abarcar la complejidad inagotable de la vida de un escritor contradictorio envuelto en un tiempo convulso, trágico, con una vida familiar torrencial en la que el rico y burgués triunfador de las letras del siglo XX está rodeado de hijos que no encuentran su lugar, que reinterpretan las contradicciones de su padre, mientras la Alemania en la que nacieron se hunde, dividida, entregada al capitalismo americano o a la tiranía soviética.