El regreso de Góngora, por las ‘Soledades’

Ensayo sobre Las Soledades de Góngora. Giovanni Sinicropi. Prólogo de José María Micó. Traducción de Octqavio di Leo. Athenaica ediciones

Vuelve Luis de Góngora, y regresa con el rescate de un ensayo que se publicó por vez primera en 1976, y que apenas tuvo difusión más allá de los círculos de especialistas en la poesía del Siglo de Oro. Sin embargo, las aportaciones de Sinicropi, que no era un hispanista, fueron fundamentales, por su audacia, por su coherencia, por su capacidad de analizar las diferentes capas de significado y estructura que subyacen en un texto complejo que supone la cumbre del Barroco.

Las Soledades y el Polifemo son las dos grandes obras de la renovación de la lengua española. Sinicropi aborda el estudio de Góngora y las Soledades en primer lugar con un análisis del contexto histórico, y de la «polémica más virulenta que haya conocido España».

Las Soledades merecieron chanzas y preocupaciones. Burlas por lo que Jáuregui denominó «escabrosidad y bronco estilo» e inquietudes porque la visión de Góngora del mundo y de la naturaleza implica la apertura hacia un desafío ontológico que a Cascales le llevó a pensar que se trataba de la primera piedra de un ateísmo nihilista.

Recuerda Micó en el prólogo que muchos de los avances en la comprensión de Góngora en las últimas décadas tuvieron su primer impulso en el Ensayo de Sinicropi. Un ensayo que afirma que el poema gongorino es «un viaje exploratorio por un mundo nuevo, o mejor aún, por el mundo de la naturaleza visto de un nuevo modo, desde el interior de una conciencia moderna».

El argumento de las Soledades es sencillo: «consiste en el viaje de un joven náufrago a través de una naturaleza poblada por la vida primitiva de pastores y pescadores. El joven, arrojado a la costa de un país desconocido por una terrible tempestad, aferrado a un madero, llega al anochecer a la cabaña de unos pastores donde encuentra reposo». El joven participará en unos festejos nupciales. El la segunda de las Soledades, el joven prosigue el viaje en barca.

Sinicropi sitúa las Soledades en la crisis de un nuevo sentimiento hacia la naturaleza nacido en el siglo XVI y que supone la ruptura con los «instrumentos poco fecundos de la lógica aristotélica», «la realidad de las Soledades, su huida a la naturaleza, se origina en la misma crisis. Nace junto con el naufragio del peregrino errante». Un náufrago, un peregrino que remite al Ulises de la Odisea. Un náufrago, «por el que se reconoce extirpado y escindido de la realidad anterior» y peregrino que busca «una realidad aún por descubrir y conocer».

Y ese viaje, dice Sinicropi, «es un viaje exploratorio por un mundo nuevo, o mejor aún, por el mundo de la naturaleza visto de un nuevo modo, desde el interior de una conciencia moderna: de una naturaleza que ya no se deja aprehender con las categorías lógicas del intelecto, sino «juxta propia principia».

Estamos ante la primera publicación en España de un estudio profundo, riguroso y de gran capacidad analítica sobre un poema que funda la poesía moderna. Forma parte, con Góngora y el «Polifemo» de Dámaso Alonso, de las obras fundamentales para comprender al poeta cordobés.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

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