El viejo incendio. Elisa Shua Dusapin. Traducción de Andrea Daga. Automática Editorial
El viejo incendio es una novela corta que recoge unos pocos días del reencuentro de dos hermanas tras 15 años separadas, una de ellas con problemas de afasia, y que deciden vender la casa familiar. Estas circunstancias servirán para pensar en el pasado, en el presente y en el futuro.
Elisa Shua Dusapin es una joven escritora francesa, de padre francés y madre surcoreana, que crece entre París y Suiza. De esta misma escritora es uno de los libros que más me ha gustado de este año 2024: El salón de pachinko, del que ya os hablé en esta misma revista.
Agathe, guionista en Nueva York, a donde marcha a los quince años, tiene que convivir con Vera, su hermana afásica, en la casa familiar en la Dordoña, durante nueve días, que es el plazo que tienen para desalojar la propiedad tras su venta. El padre ha muerto y la madre desapareció de sus vidas hace mucho tiempo. El padre, guía turístico, es quien las ha visto crecer. En la historia aparecen además dos personajes más. Octave, el amor platónico de Agate, y Irving, el novio neoyorquino. El título, El viejo incendio, hace referencia al incendio hace 100 años de un viejo palomar para tres mil palomas que hay en la propiedad y que puede entenderse como un símbolo de las viejas heridas que hay entre las dos hermanas.
Vera no puede hablar desde los seis años, probablemente a causa de un pequeño aneurisma, y se ha quedado cuidando del padre mientras Agate vive en Nueva York, pero como la historia la cuenta Agate, es su punto de vista el que vislumbramos.
En estos nueve días, las dos hermanas proceden a hacer limpieza de la casa y no acaban de armonizar sus comportamientos. Agate se siente dolida por no tener las experiencias que ha tenido su hermana con su padre.
Al final, es una historia sobre los distintos elementos que componen el vínculo fraternal y cuáles de ellos son los más esenciales. Pero también sobre las relaciones amorosas, sobre la relación paterno-filial, sobre el papel de los espacios en nuestras vidas.
Dusapin desarrolla un estilo pulcro, con constantes cambios de lugar y temporales, hasta completar el mapa de la narración. Para mí Elisa Shua Dusapin es, de largo, mi gran descubrimiento literario del año.
Aquí un video de France Télévision en que Dusapin habla del libro.