Por Óscar Gómez
Este artículo está pensado para convertirse en un podcast. Está escrito para ser escuchado. Y tomando la licencia del vaticinio, esta será una tendencia muy habitual en los próximos años. Ocurrirá algo similar a cuando en los periódicos del primer mundo tecnológico comenzó a implantarse ya hace casi un decenio la filosofía digital first, que instaba a los redactores a pensar (y publicar) primero para la urgencia de las ediciones digitales, dejando para la versión impresa el análisis más extenso, sujeto a la dictadura de los caracteres de una pieza determinada. Pensaremos en podcast, en la necesidad de ilustrar nuestras colecciones de palabras no solo con imágenes, sino con los sonidos que conformen los testimonios de los protagonistas y las atmósferas de los escenarios que recrearemos para el oyente. Ya lo hacemos. También en Fanfan.
Y como siempre ocurre, no será una estrategia pensada desde las redacciones de los medios de comunicación de toda índole para crear hábitos entre nuestras audiencias, sino justo lo contrario: la reacción de los productores de contenido a las tendencias que la sociedad instaura de manera libre y espontánea. Ya ocurre.
Pero, ¿qué es el podcasting? ¿Cuál es su historia? ¿Cuáles son sus reglas? ¿En qué punto se encuentra? ¿Cómo transformará las estrategias de medios de comunicación y de empresas e instituciones? A todas esas preguntas pretende dar respuesta este artículo pensado para ser escuchado en su versión podcast. Un podcast de aproximación al podcast.
El bautismo de una tendencia
El podcasting tiene una fecha concreta de inscripción en el solemne registro de la historia que son los periódicos. La primera vez que pudimos leer el término fue el 13 de agosto de 2004. El lugar del bautismo, las páginas de The Guardian; el padre de la criatura, el gurú del periodismo tecnológico y de las tecnologías del periodismo, Ben Hammersley. Acuñó la definición uniendo los términos iPod y broadcasting, para referirse a la forma en la que comenzaba a producirse de manera tímida contenido específico para ser divulgado a través de los dispositivos de audio que ya llevaban muchos en sus bolsillos.
Realmente, lo que Hammersley estaba definiendo era el hábito, la tendencia, porque los podcast como formato han existido desde siempre, desde que existe la radiodifusión. Hay producciones de hace décadas que funcionarían hoy perfectamente como un podcast. El ejemplo más evidente sería la célebre adaptación de La guerra de los mundos que Orson Welles hizo para la radio en 1938.
Serial, la eclosión del podcast
También conocemos la fecha en la que el podcast alcanzó la mayoría de edad, y comenzó a ser considerado como un formato de narración y entretenimiento de pleno derecho. El 3 de octubre de 2014 se publicaba el primer capítulo de Serial, el podcast periodístico que investiga con todo detalle y sin la presión del tiempo de antena o del espacio en la maqueta del periódico distintos asesinatos en los Estados Unidos. Contaba con las voces de familiares, de investigadores, de testigos e incluso de los propios asesinos, y Serial supuso la verdadera explosión del podcast habiendo superado en sus tres temporadas los 400 millones de descargas.
El podcast como género no cuenta con una definición específica en cuanto a formato, duración, estética u otros parámetros y características. Apenas hay reglas que conformen un standard, y las que hay se esquivan con frecuencia. Una de ellas sería que el podcast es nativo digital, que está concebido para ser distribuido en plataformas como iVoox, SoundCloud, Google Podcast, Apple Podcast, Spreaker, Stitcher o Spotify. Pero también existen programas de radio e incluso de televisión que funcionan perfectamente como podcast, y que fueron creados cuando ni siquiera existía internet. Otro asunto es la llamada ‘radio a la carta’, que es la programación convencional de una cadena de radio troceada y colgada en una plataforma digital y a la que, con la intención de colonizar el salvaje y anárquico territorio del podcasting, las propias corporaciones radiofónicas llaman podcast.
No lo es porque incumple la que constituye prácticamente la única norma inviolable, aunque tampoco lo sea realmente: la de la ausencia de referencias temporales, para que el podcast sea un producto no sujeto a una fecha de consumo preferente, para que las producciones no ‘caduquen’. Un informativo de radio caduca con la siguiente edición. Un podcast debería ser imperecedero.
Probablemente porque la competencia en el mundo del podcast es democrática y no es necesario contar con grandes instalaciones ni con una estructura profesional compleja para alcanzar notables repercusiones, los medios tradicionales y los nacidos ya en el contexto digital han empezado a desarrollar estrategias de podcasting incluso al margen de sus programaciones. Vuelve a aparecer en este sentido The Guardian como pionero, llevando a su display contenidos podcast cuando son idóneos para contar una historia, e incluso contando con la misma relevancia que otros formatos. En castellano son reseñables los casos de Univisión y de RTVE, que tanto a través de su laboratorio de innovación audiovisual como de la web de RNE ya publica podcast que no se difunden en la radio o en la televisión convencional.
La ventaja del inglés
El podcast en inglés lleva mucho terreno ganado, en cualquier caso. En Estados Unidos ya se habla de un negocio que mueve 900 millones de dólares anuales, y se dan casos como el de WTF el podcast en el que el cómico Marc Maron ha entrevistado en el garaje de su propia casa a más de un millar de personalidades entre las que se encuentran Barack Obama, Al Gore o Paul McCartney.
En cambio, en lo que se refiere a la puesta en marcha de iniciativas dedicadas a la producción y distribución, el podcast en español lleva cierta ventaja. El ejemplo más evidente es el de Podium Podcast, la plataforma de la compañía Prisa, que produce todo tipo de formatos, desde la ficción a la investigación periodística, y que marca indiscutiblemente la agenda del sector. O la iniciativa independiente Cuonda, nacida en 2017 y que contó con el apoyo de Google para dar sus primeros pasos, detectando talento e incorporando a su parrilla proyectos como Histocast o Las Raras, que se han convertido en dos iconos del podcast en castellano. En cuanto a su producción propia, destaca la serie Las tres muertes de mi padre, una investigación periodística sobre la muerte de un asesinado por ETA, desarrollada por su propio hijo.
En el caso de Podium, merece la pena reseñar el trabajo que ha hecho por recuperar la ficción sonora con producciones como la serie Bienvenido a la vida peligrosa, con guión de Arturo Pérez-Reverte, dirigida por Guillermo Arriaga y con interpretaciones como la de Juan Echanove. O los reportajes periodísticos como OLAFO, que recupera todo lo sucedido en torno al accidente del avión de Avianca en Mejorada del Campo.
Cuestión de números
El podcasting ha llegado a la era digital para convertirse pronto en una tendencia consolidada. Así lo demuestran estudios como el Digital News Report que elaboran Reuters y la Universidad de Oxford, y que ya apunta a un consumo mensual de un porcentaje de población superior al 54 por ciento en el rango de entre los 18 y los 35 años. El hecho de que sea una actividad que no requiere de atención visual hace que los hábitos de escucha de podcast se relacionen con actividades de ocio y tiempo libre, como el deporte, o con la ejecución de tareas domésticas o la conducción.
Producir un podcast no requiere de grandes inversiones en equipamiento. De hecho, bastaría con la grabadora que incorpora cualquier smartphone y con alguna de las aplicaciones gratuitas de edición que han lanzado Spreaker o Spotify en una estrategia que persigue vincular más podcasters a sus respectivas plataformas. Sin embargo, lo cierto es que los oyentes valoran una edición cuidada y un planteamiento original, vinculado normalmente a las técnicas de storytelling, por lo que tendrá mayor éxito un podcast al que se haya dedicado talento, tiempo y medios profesionales.
Pisando de nuevo el terreno del vaticinio (tan inestable en el ámbito de la comunicación digital) podemos concluir que de la misma manera que hoy nadie existe si no cuenta con perfiles en redes sociales, pronto llegará un día en el que profesionales, empresas e instituciones de todo tipo querrán tener su propio podcast. Y esa circunstancia abre nuevas e interesantes expectativas.
Diez podcast (en castellano) para explorar el universo del podcast
Bienvenido a la vida peligrosa
Un poderoso narcotraficante mexicano pide a un profesor de filosofía que ayude a su hijo en un examen. Así da comienzo una historia de amor, huida, asesinatos y narcotráfico.
Histocast
Tertulia independiente de periodicidad quincenal sobre temas relacionados con la historia militar de todos los tiempos.
Mejor vete, Cristina
Reportaje sobre una mexicana indocumentada que tuvo que escapar de su hogar y renunciar a sus hijos para salvar su vida, hasta que abrió un restaurante de barbacoa que logró colocar entre los mejores de EEUU.
https://www.univision.com/radio/mejor-vete-cristina
Las tres muertes de mi padre
Investigación periodística sobre la muerte de un asesinado por ETA, realizada por su propio hijo.
https://cuonda.com/las-tres-muertes-de-mi-padre
Radio Viajera
Colección de podcast sobre destinos turísticos de todo el mundo, realizados por blogueros de turismo y viajes.
Las Raras podcast
Relatos de no-ficción sobre historias inspiradoras de personas que con sus acciones y decisiones de vida desafían las normas, sus protagonistas y paisajes sonoros.
OLAFO
Relato del accidente aéreo que tuvo lugar en Mejorada del Campo en 1983, poniendo en primer término los nombres y las historias tras la tragedia.
Entrevistas con la historia
Ficción histórica, en la que se recrean conversaciones con personajes que nunca concedieron una entrevista, en el último día de sus vidas.
Soñadores
Cinco historias de españoles decididos a perseguir sus sueños en Nueva York, contadas por la corresponsal de RTVE, Almudena Ariza.
https://lab.rtve.es/sonadores/
Radio ambulante
Podcast narrativo que cuenta historias de Latinoamérica en español, y que persigue llevar la estética de la buena crónica de prensa escrita al podcast.
