Hampshire, por las tierras de Jane Austen

Llegamos a Hamspshire en una tarde que promete tormenta. Un cielo empedrado ha dejado caer algunas gotas sobre campos en los que la hierba está seca, algo anormal en estos lugares, incluso en agosto. Lo que hoy es un hotel Four Seasons se abre en una mansión de ladrillo, construida en la zona más alta de una finca de veinte hectáreas. La historia del lugar se remonta al siglo XVI. Pero el edificio principal es del XVIII. El jardín, flanqueado por dos palomares que albergaron en otro tiempo una colonia de aves mensajeras, tiene un aire salvaje y recoleto y un rincón cubierto desde el que contemplar las flores a resguardo de la lluvia. Las viejas caballerizas se han convertido en piscina y gimnasio. Temprano, por la mañana, se escuchan las órdenes de la instructora que gobierna un grupo de mujeres, en su mayoría árabes, que ponen a punto sus cuerpos en una sesión de gimnasia acuática. El resto es tranquilidad y sosiego.

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En el Four Seasons una puede montar a caballo, practicar el tiro con arco o el disparo con escopeta. Todo está preparado para pasar mucho tiempo en el exterior. Desde por la mañana. El paseo hasta el lago, al fondo del valle, es una buena forma de abrir el apetito para el desayuno. En el cielo hay palomas, y algún cuervo. La Europa de los cuervos.

Es bueno alejarse de la mansión, porque así tienes una visión de conjunto. En el campo hay bancos de madera para disfrutar de la vista de esta casa que fue seminario (algunos padres están enterrados en la fronda boscosa) y también escuela. Hoy los clientes más numerosos del hotel son orientales que buscan el agua y la lluvia, el verdor que no encuentran ni en sus desiertos ni en Londres.

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Un rincón de la masión, desde el jardín
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Campos de Hampshire desde la biblioteca del Four Seasons

Pero en Hampshire una no debe limitarse al Four Seasons por muy tentadora que sea la paz que se respira en la finca. Y salvo que le hayan convocado, como a esta reportera, para una sesión de trabajo de dos días. El lugar, pienso, es el perfecto para un retiro de reflexión y decisiones trascendentales. Si no es su caso, que sepa que estamos a 35 minutos de Winchester, a una hora de Portsmouth y a veinte minutos del South Downs National Park. Pero además, te apuntamos cinco lugares que no te debes perder.

La casa de Jane Austen

Ubicada en el condado de origen de Jane Austen, puedes visitar la hermosa casa de campo de Hampshire donde Jane Austen escribió, revisó, corrigió y publicó sus seis preciadas novelas. Está a muy poca distancia en automóvil del Four Seasons Hotel Hampshire. La visita te va a transportara 1816 y vas a  seguir los pasos de la novelista, ver las habitaciones donde compuso sus libros y creó sus personajes, explorar su hogar, descubrir objetos que le pertenecieron y pasear por el pintoresco jardín de la cabaña.

Castillo de Highclere

Highclere Castle es, para muchos, la casa de Downton Abbey. Sin embargo, los primeros registros escritos de la propiedad se remontan al año 749, cuando un rey anglosajón otorgó la propiedad a los obispos de Winchester. En 1842, Sir Charles Barry, quien también diseñó las Casas del Parlamento, transformó Highclere House en el actual Highclere Castle. Durante la Primera Guerra Mundial, el castillo de Highclere se convirtió en un hospital para soldados heridos dirigido por la quinta condesa de Carnarvon. Hoy en día, los visitantes pueden explorar el Castle Saloon, incluidas las principales salas de estado tan familiares de Downton Abbey, y disfrutar de la Exposición egipcia, que celebra el descubrimiento de la tumba de Tutankamón por parte del quinto conde de Carnarvon.

Mansión Waverley

No encontrará tiendas de regalos ni recorridos en audio en las antiguas ruinas de Waverley Abbey, pero lo que queda es maravillosamente pacífico. Citado como el primer monasterio fundado en Gran Bretaña por la reforma de la orden religiosa cisterciense, un pequeño grupo de monjes de Francia se estableció en este lugar tranquilo junto al río Wey en 1128, y Waverley pronto se convirtió en el trampolín para el asentamiento cisterciense en el sur de Inglaterra. Los restos incluyen el hermoso refectorio o comedor abovedado del siglo XIII para los hermanos legos, la mano de obra de los cistercienses.

Odiham

High Street de Odiham es el sueño de todo cazador de tesoros hecho realidad. A un corto trayecto en coche oa un paseo tranquilo de Estate of Four Seasons, las tiendas almacenan algunas de las piezas y antigüedades vintage más fascinantes, y están llenas de artefactos de años pasados. La historia de Odiham se remonta a la época anglosajona y se menciona en el Domesday Book de 1086 (el registro público más antiguo que se conserva), por lo que nunca se sabe lo que se puede encontrar en una de las tiendas de la ciudad. Desde relojes antiguos y tesoros antiguos hasta recuerdos de guerra, es la verdadera historia viva al alcance de tu mano.

Stonehenge

Un poco más lejos, un viaje de 50 minutos llevará a los huéspedes a uno de los monumentos más famosos del mundo, Stonehenge. Comenzando su vida como un simple banco y una zanja en el período neolítico hace más de 5000 años, Stonehenge ahora es famoso por su sofisticado círculo de piedra construido sobre el eje del amanecer del solsticio de verano. Hay muchas historias sobre la importancia de Stonehenge. Algunos dicen que pudo haber sido un observatorio astronómico, una base para rituales sagrados vinculados al sol, cosechas exitosas o incluso a los muertos. Los visitantes pueden descubrir los misterios con su recorrido de audio en el lugar y el centro de visitantes.

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