Hasta que el infierno nos separe – Sarah Hogle – Espasa Editorial – 18.90€
Las comedias románticas son para el verano, muestra de ello es Hasta que el infierno nos separe una novela que empieza por el final y que nos prueba que una boda es quizás el principio del fin. Aquí lo absurdo es lo fundamental y el amor no es el único eslabón y es que la complicidad es lo más significativo
Conociendo a mi futuro marido
Naomi Westfield y Nicholas Rose se casan en menos de 3 meses, son a primera vista la pareja perfecta, la que sube en Instagram las fotos más tiernas y los que delante de todos se acarician, besan y se dicen cumplidos. Pero una vez quitas el foco la realidad es muy diferente. Ella se da cuenta de que solo le quiere a un cuarenta y dos porciento, una cifra muy baja para pasar con una persona el resto de tu vida.
¿Pero cuándo se dio cuenta de qué no estaba realmente enamorada? ¿Alguna vez lo había estado? Se conocen desde hace menos de cuatro años. Pero en ese tiempo pasaron de ser amigos a ser pareja y de ahí a vivir juntos, un pequeño margen de tiempo para conocerse y darse cuenta de aquello que tienen en común y también a saber qué cosas detestan el uno del otro.
Por ello quizás lo mejor para solucionar el problema fuese cancelar la boda pero quien hiciera eso acarrearía con todos los gastos. Ella estaba dispuesta a hacer todo lo posible por provocar esa ruptura, lo que no imaginaba es que su prometido pensaba justo de la misma forma, quizás no eran tan distintos como pensaban.
Acercando posturas
El tiempo acechaba tenían poco margen para romper el compromiso, para todos sus amigos y familiares sería una sorpresa. No imaginaban de verdad cómo eran ellos. Sus muestras de cariño parecían sinceras ¿todo era mentira? Si ellos estaban juntos sería por algo, ahora tocaba pensar que era aquello que les hacía especial, no todo podía ser malo.
Mientras intentaban parar esos roces y recuperar la complicidad que habían tenido en algún momento, también había tiempo para “jugar”. Ambos empezaron a hacerse la vida imposible a través de pequeñas jugarretas que ponían en situaciones comprometidas al otro, pero de esas peleas también sacaban una parte positiva, el decir la verdad.
Pequeñas decisiones
La verdad, esa que tanto les oprimía y que les impedía decir todo aquello que tenían guardado, esos pequeños gestos que les demolían por dentro y que no dejaban reflejar lo que de verdad importaba. Ninguno de los dos daría su brazo a torcer. Y menos cuando al frente de todo ello estaba Deborah, la madre de él, una mujer estirada y quisquillosa que se negaba a reconocer las cualidades positivas de su futura nuera y es que ella sería alguien muy significativo durante la organización de la boda.
Las decisiones de Deborah eran irrevocables, su opinión era la única correcta, nadie estaba a su altura y menos aún Naomi, por lo que ella no podía cancelar la boda, sería ya el argumento definitivo para “matarla” socialmente, aún tenía la esperanza de que Nicholas diera la cara por ella, quizás eso le demostraría que en algún momento la había querido.
Dicen que los preparativos de una boda hacen sacar lo peor de los novios, y en esta novela se muestra a la perfección pero aquí además viene influenciado porque los novios no se quieren, o al menos eso es lo que piensan, lo que sí sabemos es que harán todo tipo de cosas para impedirla porque aquí parece que el amor no es lo más importante, ya que se prioriza el dinero y el estatus aunque en el último momento haya más de un cambio a nivel personal.
Mi valoración personal
Tal y como decía al principio me gusta leer en verano novelas románticas, esas tramas ligeras que te hacen pasar un buen rato mientras disfrutas de una tarde en la piscina y al sol, y Hasta que el infierno nos separe es una perfecta elección para hacerlo. Tiene los clichés de las novelas de este tipo, pero con una perspectiva diferente y es que esta vez se tienen que dar cuenta de que están enamorados cuando ya están a punto de casarse.
La ambientación y la trama es fluida aunque en ciertos momentos te expone situaciones y anécdotas que luego no explican o no dan lugar a nada. La función de esta novela es entretener y su objetivo es más que correcto aunque hay ciertos aspectos que me han desconcertado, porque aunque sea una novela no entiendo el hecho de estar con alguien por el simple hecho de no pagar los gastos que conlleva una cancelación, ya que para mí es prioritario mi felicidad personal que el hecho de la parte monetaria y más cuando él expone que tampoco te quiere.
Pequeños detalles
Todos sabemos que es un simple argumento de una novela, pero a mí eso me trastocó un poco, pero quitando ese detalle la novela tiene aspectos divertidos, algo en parte diferente a lo que suelen ser las comedias románticas por antonomasia. Buena narración, capítulos no excesivamente largos y una caracterización muy propia de cada uno de los personajes que ahí aparecen.
La he disfrutado y eso es lo más importante, me ha gustado el cambio personal de los personajes dejándose mostrar como son en realidad y destapando ciertos tapujos y criticando la sociedad actual. Ellos nos reflejan que la vida real no es la que se muestra en redes sociales, que esos pequeños gestos ante la cámara no son más que pleno postureo, que la vida y las relaciones son otra cosa y nos muestra fundamentalmente que los pequeños detalles son los más verdaderos.
Ahora no sé si te animarás a leerla pero creo que si lo haces pasarás una agradable tarde de lectura, acompañada de alguna que otra risa y es que con los libros también uno puede soltar alguna que otra carcajada. Este libro ha sido una de las recomendaciones literarias que María Martínez, autora de Tú y otros desatres naturales y La fragilidad de un corazón para la lluvia recomendó en la entrevista para Fanfan.
Fanfan te mantiene al día de las novedades en entretenimiento, y te ofrece servicios de comunicación y herramientas estratégicas para gestionarla. Si quieres estar al día de la actualidad de FanFan y enterarte antes que nadie de todo lo que publicamos, síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, Ivoox, Spotify y YouTube