‘La guerra y la gracia’, una conversación con Hélène Carrère d’Encausse

La guerra y la gracia. Conversación inacabada con Hélène Carrère d’Encausse. Darius Rochebin. Traducción de Miguel Martín. Editorial Rialp

Repleta de destellos de lucidez, esta conversación inacabada aborda algunos de los temas centrales de Hélène Carrère d’Encausse: Rusia, la Unión soviética, la historia, el mundo clásico, o la guerra. La guerra como partera de la historia: «padre de todas las cosas» que diría Heráclito de Efeso. La guerra como estado natural, la paz como excepción. La conversación con Darius Rochebin deriva hacia la decadencia de Occidente, y termina, a la hora del crepúsculo, con la luz inesperada de la caridad cristiana. Rochebin, autor de otras conversaciones con personajes relevantes de la historia reciente (Gorbachov, el Dalai Lama, Putin, Walesa, Zelensky, Macron) deja este diálogo inacabado, apenas comenzado. Pero las páginas de este libro son suficientes para difundir la claridad de esta hija de la nobleza rusa, de una familia que lo tuvo todo y pasó a no tener nada.

«Patriota, europea y cosmopolita», Hélène Carrère d’Encausse se nacionalizó francesa a los veintiún años. Fue su segundo bautizo. En la ceremonia burocrática y fría en la que adoptó su nueva nacionalidad tan solo tuvo que rellenar un formulario. Una decepción. Ella se había preparado para cantar La Marsellesa; había aprendido la Constitución francesa de memoria. Su pasión intelectual reside en la historia. No solo la estudia: la conoce a través de las heridas de su familia, que vive en un pequeño apartamento de veinticuatro metros, con los libros metidos en cajas, los padres empleados en oficios de parias. Sintió pronto que la cultura sería su salvación.

«Una brizna de paja arrastrada por la tempestad de los acontecimientos». Así se siente la joven Hélène Zurabichvili, apellido impronunciable, que en la escuela le despierta el deseo de llamarse simplemente Martin o Dupont. La guerra había determinado su existencia: niña apátrida, nacida de padres exiliados. La familia había huido de Rusia, de la Revolución bolchevique y de la atroz guerra civil. A la luz de esa historia trágica, Carrère d’Encausse explica Rusia a una Europa que tiene dificultades para entenderla: «La historia rusa está bañada en sangre. Los europeos no lo comprenden. Ellos parten del principio de que se emplea la violencia como último recurso». «La fuerza viene en primer lugar. La conciben como el medio más seguro, el más natural. Por desgracia, la regla vale tanto para las naciones como para los individuos».

Los principios y el interés

Habla la mujer que predijo, con más de una década de antelación, el hundimiento soviético, en el célebre ensayo L’Empire eclaté (1978) Terminó una pesadilla que empezó con Lenin, el hombre que tenía claro que «cuanto peor vayan las cosas, más grandes serán las oportunidades de los bolcheviques para apoderarse del poder». La Universidad despreció a Carrère d’Encausse en los años 60 y 70. Ella contaba lo que veía en sus viajes a la URSS. Los catedráticos de Ciencias Políticas y de la Sorbona peroraban sobre los beneficios del plan quinquenal. No solo en Francia. En EEUU Stalin fue un tipo simpático en los años 40. Se pasaron por alto sus crímenes. Como apunta la autora, «consciente o inconscientemente, nuestros intereses determinan nuestras posturas, mucho más que los grandes principios que proclamamos».

Mujer creyente («la comunión de los santos es uno de los más bellos descubrimientos del cristianismo«), formada en una educación victoriana («nunca quejarse. no hay que explicar nada» «si hay algo que no soporto son los lamentos») se declara «no-violenta contrariada, persuadida de que por desgracia la violencia es la ley en la tierra. Eso no impide la esperanza». Y apunta al final que su palabra preferida es caridad: «la búsqueda del bienestar material no basta» mientras recuerda el final del discurso del Discurso de Solzhenitsyn en Harvard en 1978: «nadie, sobre la tierra, tiene otra salida que ir siempre más arriba».

Hélène Carrère d’Encausse

Nació en París en 1929 y se crio en un ambiente familiar marcado por la historia y la política, y por exilio de sus padres. Descendía de una familia de aristócratas georgianos que conocieron la prosperidad y, después de la Revolución rusa y de la ocupación de Georgia, la pobreza . Su hijo, Emmanuel Carrère, también es un reconocido escritor y ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Hélène fue una destacada historiadora, reconocida por su profundo conocimiento de la historia de Rusia, especialmente de la Unión Soviética. Carrère d’Encausse se destacó como una de las principales expertas mundiales en la historia de Rusia. Sus análisis sobre la Unión Soviética fueron fundamentales para comprender la compleja dinámica política y social de ese país. Una de sus contribuciones más notables fue la predicción, con más de una década de antelación, de la disolución de la Unión Soviética. Su libro «L’empire eclaté» (1978) generó un gran impacto al anticipar este evento histórico. Fue la primera mujer en ocupar el puesto de Secretaria Perpetua de la Academia Francesa, un honor que refleja su prestigio intelectual y su contribución a la cultura francesa. Recibió numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, incluyendo el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2023, un galardón que la consolidó como una de las figuras más relevantes en el ámbito de las ciencias sociales. Murió dos meses antes de la fecha prevista para recoger el premio.

Alfredo Urdaci
Alfredo Urdaci
Nacido en Pamplona en 1959. Estudié Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Premio fin de Carrera 1983. Estudié Filosofía en la Complutense. He trabajado en Diario 16, Radio Nacional de España y TVE. He publicado algunos libros y me gusta escribir sobre los libros que he leído, la música que he escuchado, las cosas que veo, y los restaurantes que he descubierto. Sin más pretensión que compartir la vida buena.

Read more

Otras historias en FANFAN

Verificado por MonsterInsights