En los días de enfrentamientos y revueltas en Francia después de que muriera un joven de 17 años enfrentándose a la policía, todos los medios con sus tertulianos y algunos llamados expertos activistas han querido dar una lectura simplista de lo que estaba sucediendo a pesar de la gravedad de la situación. Macron, desconcertado, se vio obligado a modificar su agenda.
La lectura simplista y maliciosa que se ha intentado colocar es la de que existe racismo institucional. Otro argumento absurdo es que la pobreza, la desigualdad social, provoca enfrentamientos y saqueos, como si los que somos pobres tuviéramos una predisposición natural a delinquir. El nuevo argumento es la guerra y la inflación.
Nadie se ha preguntado porqué un joven de 17 años se siente lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a la policía. Nadie se cuestiones lo que ha sucedido para llegar al punto de que los agentes de la autoridad no tengan ningún valor ni reconocimiento público ¿Cuándo y cómo un niño deja de ver a la policía como héroes a quien pedir ayuda? ¿Quien y como han educado a este joven de 17 años que ha muerto enfrentándose a la policía?.
En Francia hace años que vemos el resultado de las políticas del multiculturalismo y la diversidad. Estos días se ha mostrado el origen de la segregación y racismo, que nace de los que se sienten parte de una cultura y unos sentimientos religiosos superiores a los del país en que han nacido y han crecido.
Hace ya décadas que Francia dejó los barrios, municipios más humildes, en manos de organizaciones y activistas profesionales del multiculturalismo que han sabido usar muy bien la red europea del islamismo. El gobierno francés ha dejado que estas organizaciones cubran las necesidades de la población y más grave aún, ha hecho que los islamistas decidan qué son sus necesidades. Por eso durante años y años, antes de hablar del fracaso escolar, la salubridad de los barrios, el incremento de la criminalidad y la desigualdad, se exigían más mezquitas, más organizaciones multiculturales islámicas, el derecho del uso del hiyab, el burka, la enseñanza del islamismo.
Todo ello bien dirigido y organizado para segregar a la población impidiendo que tengan un sentimiento de pertenecía y arraigo en Francia. Así han creado y desarrollado la sociedad islamista de Europa, porque estas revueltas no surgen del mal estar social y de la desigualdad, surgen del rechazo a la democracia occidental, la identidad y cultura de Francia. Por eso es natural que el joven de 17 que creció construyendo su identidad y su pertenecía a un modelo en total contraposición al francés, del que les dicen que están excluidos, que ataca, les aseguran, su identidad étnica y religiosa, se convierten en la perfecta arma social y política de destrucción de la República Francesa porque si un día llega a ser dirigida por los islamistas seguirá la Torre Eiffel pero no sin la personalidad y la identidad francesa.
¿Es posible que a pesar de ver lo que esta sucedido en Francia nosotros sigamos la misma deriva? Paseando por Figueres, Salt, Reus, Mataró, Tarragona, Fuenlabrada, Valencia y más y más se ve claramente que seguimos los pasos de Francia con una distancia de unos cinco años no más de diez.
El gobierno hasta ahora no ha hecho más que usar como guía de política social las premisas del multiculturalismo reforzando las organizaciones islamistas y sus a líderes, abriendo mezquitas antes que crear planes de lucha contra el abandono escolar. Enarbolan las niñas con hiyab como ejemplo de superación antes de reconocer el esfuerzo y excelencia de los jóvenes, en lugar de luchar contra la segregación étnica religiosa en los barrios donde impera otro orden social político el islamista, donde las mujeres no pueden salir a ciertas horas, donde no pueden entrar a los bares ni se les puede oír reír, donde tienen que vigilar su vestimenta, comercios todos rotulados en árabe, barrios donde esta bien visto robar y drogar al infiel. a los kofars
En lugar de entender la dimensión de la amenaza social y política que nos viene encima el gobierno esta en perseguir a quienes no tienen la carta en catalán o boicotear a quienes solo piden debatir y trabajar sobre como somos y que queremos ser juntos en un futuro no muy lejano