Hacemos un breve repaso a los orígenes de internet y su evolución hasta nuestros días.
La palabra «lo» fue el primer mensaje que se transmitió a través de una versión muy primitiva de lo que hoy conocemos como internet. Ocurrió el 29 de octubre de 1969 en EEUU y, aunque el sistema falló nada más introducir esas dos primeras letras de la palabra «login» —inicio de sesión—, en un segundo intento, una hora más tarde, fue posible transmitir el texto completo. Al principio, se trataba únicamente de una pareja de ordenadores de dos universidades conectados entre sí a través de una red organizada de forma descentralizada, pero unas semanas después la cifra aumentaba a cuatro. ¡Internet había nacido!
Durante los años posteriores, fueron añadiéndose cada vez más ordenadores a lo que por entonces se conocía como «ARPANET». Sin embargo, los diferentes «lenguajes» de los equipos informáticos constituían un problema en aquella fase inicial, donde todavía no existía un sistema operativo estandarizado. El desarrollo de internet no continuó hasta 1983, momento en el que se creó un lenguaje informático común: el protocolo de red TCP/IP para transmisión de datos.
Originalmente diseñado para el intercambio de información científica y militar, el sistema hizo posible el avance del laboratorio de investigación nuclear CERN en Ginebra, Suiza. Era una red informática muy restringida que no solo enviaba y recibía datos, sino que también almacenaba toda esa información en una especie de enorme base de datos. Sin embargo, gracias al físico inglés Tim Berners-Lee, que desarrolló el protocolo http en torno a 1990, el sistema pudo hacerse accesible para más usuarios, sentando así la base para el nacimiento de la «World Wide Web».
Internet, la red de redes
En la década de 1990, internet fue estableciéndose cada vez más en España y otros países. Durante los primeros años, los usuarios se conectaban a través de un módem por la línea telefónica. Después llegarían las conexiones ADSL, hasta llegar a los sistemas que conocemos actualmente. Tecnológicamente hablando, el año 2003 supuso un hito por la llegada de las primeras soluciones del fabricante alemán devolo, que utilizaban la red eléctrica de los hogares para conectar ordenadores y equipos Hi-Fi, los productos Powerline 1.0.
Tras ellos, la marca evolucionó esta tecnología con modelos más rápidos y con mejores prestaciones. Desde los 200 mbps de los adaptadores dLAN AV de 2005, pasando por los 500 mbps de la gama dLAN de 2011, hasta llegar a los 1.200 mbps de los productos dLAN de 2014, el fabricante ha ido superando récords de velocidad hasta llegar a la gama Magic actual, capaz de ofrecer un máximo de 2.400 Mbps.
Lo que un día fue algo novedoso y revolucionario, hoy es indispensable. Ha pasado mucho tiempo desde que lo único que se enviaba de un ordenador a otro eran mensajes, pero desde entonces internet se ha convertido en una gran red de terminales informáticos que comparten datos entre ellos, y donde cada equipo puede enviar y acceder a información. En la actualidad, prácticamente la mitad de la población mundial tiene acceso a internet, si bien en Europa la cifra se sitúa por encima del 90% (fuente: Global Digital Report 2018). Además, hoy en día se ha transformado en una herramienta de uso diario, que abarca desde el acceso a ella como fuente de información, hasta la utilización como plataforma de compras o cine móvil.
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