En este capítulo de FANFAN conversamos a fondo con Jorge Sánchez López, autor de El túnel de Oliva, la novela negra con la que llegó a ser finalista del Premio Planeta. Ambientada en los años finales del siglo XX y primeros del XXI, en los barrios de la periferia de Madrid, Jorge confiesa que los personajes de su novela son mezcla de la realidad y de la ficción: «la novela tiene mi propio entorno, si tengo un asesinato lo voy a inventar, pero si necesito un portero de discoteca, lo saco de mi propia experiencia. Yo me formo una imagen compuesta por todos esos materiales». Sánchez es escritor vocacional, de los que comienzan a escribir en sus primeros años, y escribe poesía, relatos cortos, y novelas.
Alcorcón, Fuenlabrada y Parla. Ese es el triángulo en el que se mueve la novela: «se trata de llegar a temas universales, al margen de donde esté ambientada. La novela consiste en llegar a una experiencia que sirva para cualquier lector en cualquier lugar del mundo». Hablamos de una periferia que durante algunos años fue la zona urbana de Europa con más población joven. Jorge lo recuerda como un barrio con gente muy creativa, con inquietud y con ganas de vivir y de llegar a lo que otros tienen con más facilidad.
Oliva, que es la protagonista, está en la Universidad. Estudia magisterio y su pareja es policía. Tienen el sueño de independizarse, y lo que ocurre en la primera noche de la novela interrumpe sus sueños. El autor planta en la primera escena un crimen: «se trata de una excusa para tratar del cambio de niño a adulto, cuando las cosas no te salen como esperas, cuando te encuentras con una insatisfacción, o la dificultad para encontrar trabajo, la vivienda. Todo eso es el túnel del que hablo en la novela, el paso de una edad a otra. Es una novela de formación, con muchas influencias clásicas».
Jorge Sánchez López, autor de El túnel de Oliva, tiene una formación intelecutal como psicólogo, ahora especializado en la neurociencia, y en filología inglesa. Se gana la vida como profesor de inglés, pero su vocación es la de escritor. Escribe poesía y relatos cortos, y traduce autores anglosajones al español y sus propias obras al inglés. Su conocimiento de psicología le permite trabajar con detalle y a fondo a los personajes, una de las grandes fortalezas de sus narraciones. El túnel de Oliva la escribió durante la pandemia. Jorge piensa que las virtudes más necesarias para un escritor son la paciencia, y un trabajo de pico y pala que incluye la promoción constante de su obra.