Lolita es una película que levantó controversia en los 60 por su temática: hombre de unos 40 o 50 que cae en el deseo irrefrenable por una chica adolescente de unos 14 años. Desenlace fatal, lo que mal empieza mal acaba.
Ahora puedes verla en Movistar + y recrearte con una obra en la que el morbo es un factor muy a tener en cuenta.
¿Lolita, ninfa o demonio?
Lolita es una película desasosegante. Basta con mencionar la escena del coche siguiendo a la pareja de amantes, maduro él y adolescente descarada ella.
El espectador intuye que Lolita le está engañando, prácticamente lo sabe, pero él no se entera, o quizá no quiere enterarse. Es lo que sucede cuando te casas con la madre porque te gusta la hija.
Humbert es casi el protagonista de Lolita. James Mason borda el papel. Y si Lolita es importante, igualmente lo es Humbert, el escritor, el poeta enamorado, obsesionado, cegado por una niña adolescente que le manipula y lo lleva a la locura.
¿Pero quién es ‘Lolita’, malvado ser pleno de belleza y satánico por dentro?
Lolita es la única del trío que se forma al principio (la madre, el hombre y la niña) que lo tiene claro, totalmente. Ella no va a renunciar a jugar, ella se lo va a pasar bien, porque si no, la cosa es muy aburrida. Así que no dudará en tener un lío con el joven del campamento de verano, ni dejará de salir con sus amigos del colegio después de clase llegando tarde a casa, por mucho que Humbert se obsesione y se ponga celoso, histérico incluso.
Lolita tiene el control casi en todo momento, y se arriesga siempre, se pone al límite, incluso cuando ya le cuenta a su padrastro con el paso de los años cómo y con quien le engañó.
El hombre que aparece en una serie de momentos clave en Lolita es Richard T. ‘Dick’ Siller (Gary Cockrell), especialmente al principio y al final. La historia se reproduce en flash back y vemos al principio lo que sucede años más tarde, después del desarrollo del romance entre Lolita y el marido de su madre.
«Me quedo en la casa, desde luego»
El escritor Humbert está dudando si se queda en la casa de Charlotte alquilando una habitación, pero cuando la madre va a enseñarle el jardín, ve a su hija Lolita (Sue Lyon) en el césped, una preciosa adolescente de 14 años, de la que Humbert se cuelga sexualmente. Decide alquilar la habitación en la casa, para estar cerca de Lolita. Y llegará a casarse con la madre solo por estar cerca de la hija.
Hasta cierto punto hay una lectura moral en Lolita película, en el sentido de que el juego sucio del hombre maduro para conquistar a la niña llevará aparejado un final trágico. Es como el castigo que Humbert tiene que sufrir por haber sobrepasado los límites éticos o morales
La vigencia de Lolita en pleno siglo XXI
El paso de la niñez a la adolescencia es desde luego atrayente para muchas personas, igual que el de la adolescencia a la edad adulta. E igualmente está claro que muchas personas jóvenes o muy jóvenes se sienten atraídos por personas de mayor edad.
Actualmente, está mal visto tener relaciones con una menor y si es tan joven como Lolita puede ser un delito, dependiendo de la legislación de cada país.
Y ¿qué ocurre a nivel moral? Pues en el fondo creo que dependerá también de cada civilización. Recordemos que en la antigua Grecia o en Roma era muy habitual que los mayores tuvieran relaciones con adolescentes, a la vez que tenían su esposa y familia
Si en los 60, escandalizaba Lolita, en 2020 se da la vuelta a la tortilla en cuanto a género Por ejemplo, este año se estrena en España la película El doble más quince en la que Maribel Verdú interpreta a una mujer que pasa un fin de semana con un chico joven después de haberse conocido en un chat.
Quizá las épocas son distintas, pero los deseos, la diferencia de edad en una relación, son siempre una cuestión duradera y una situación que muchos ven mal y otros no tanto.
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