Ediciones La Cúpula. Segunda edición. Autor: Max. Bicolor. Formato: Rústica. PVP: 5,50 euros.
Manifiestamente anormal, de Max, es un panfleto postpandemia, escrito con las entrañas, con el alma. Con un personaje cabreado y harto de todo como hilo conductor el autor nos suelta un auténtico chorro de humor salvaje y canalla, deslenguado y sincero, que a la vez nos sirve para reflexionar sobre lo que nos está pasando, a través de la función catártica del humor y, por qué no, del mal humor.
Max nos dibuja y nos cuenta el cabreo que tenemos todos. No es la primera vez que “se sale de madre”y exorciza los demonios de una realidad que no nos gusta a nadie. Ya lo hizo en 1993, dejando el circuito comercial del cómic y publicando un fanzine fotocopiado acerca del genocidio de Bosnia (Nosotros somos los muertos). Ahora lo ha vuelto a hacer con Manifiestamente anormal, un “panfleto postpandemia” en el que critica nuestra sociedad actual, la pandemia, el confinamiento, las caceroladas y “a los chamanes de la tontería”, que no hacen más que repetir el mantra de “todo irá bien”, cuando nada va bien.
Heredero de Peter Punk
En este nuevo cómic, Max se sirve de un personaje ya conocido, Ubrut lo Tacat (Ubrut el Manchado), que ya se convirtió en protagonista de alguno de sus últimos trabajos aparecidos en distintos medios, como el diario Ara o la revista Lardín. El personaje hace gala de un humor de lo más negro y gamberro, heredero de Peter Punk, uno de sus personajes más conocidos. A través de él, Max carga contra todo y contra todos, consiguiendo que el lector también acabe cabreado. Son dieciocho historias en las que el autor catalán pone en boca de Ubrut la opinión que le merecen los que se saltan el confinamiento, los policías de balcón, los conspiranoicos del 5G, los que aplauden a las 8, los bancos y las empresas que pusieron sus beneficios por encima de las personas, los manifestantes de extrema derecha que quieren derrocar al gobierno o los dirigentes que dejaron morir a miles de ancianos en las residencias y que ahora se pasan la pelota los unos a los otros. Para Max son todos ejemplos de la hipocresía y la irresponsabilidad que caracteriza al ser humano.
En pleno confinamiento
En la solapa del cómic, Max nos explica que esta obra se hizo “rápido y mal” en abril de 2020, en pleno confinamiento, y cuando todavía nos faltaba mucho para que empezáramos a sacar la cabeza, por lo que no se trata de una lectura fácil, rezuma pesimismo. El autor no se dejó llevar por el buenrrollismo de los arcoiris en las ventanas; sintió la necesidad de poner en papel su rabia y su dolor ante la deriva que según él esta llevando nuestra sociedad. Y lo hace a través de unos dibujos que han eliminado todo lo accesorio y que juegan con el blanco y negro, el gris y unos toques de amarillo.
Como ya nos advierte el propio autor en la portada, Manifiestamente anormal es un panfleto y una catarsis de lo que todos hemos vivido en primera persona, en definitiva, de lo peor que nos ha traído la crisis del Covid, con un humor salvaje y descarnado que no deja títere con cabeza.
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