La marca Polestar tiene un propósito: ser un referente premium. Y ya tiene el producto. Ahora debe desplegar una buena gestión de marca para lograrlo. Ojo, hay una competencia muy asentada y que no se duerme en los laureles.
¿Qué es el lujo? Para mí el lujo es sentir más que poseer. Y no me cabe la menor duda de que la marca de origen sueco Polestar debe explorar vías de conexión con su público para convertirse, de manera contundente, en un referente del lujo. El producto ya lo tiene y lo sigue desarrollando, ahora falta lo más difícil, los intangibles: una marca con empaque en la que confiar y de la que sentirse orgulloso. No es tarea fácil, pero se puede conseguir.
Con 4,8 metros de largo y 2,1 de ancho, este gran SUV Coupé lo tiene todo: potencia, autonomía, espacio, conectividad, usabilidad, confort y deportividad. ¿Quieres más? pues toma dos tazas: una con 272 CV y otra con 544. Hemos probado las dos.
El coche pesa dos mil trescientos kilos, aunque una vez dentro se percibe mucho más ligero gracias a un muy buen diseño y desarrollo: las ruedas muy separadas, chasis rígido, peso asentado y bien repartido, suspensiones que casi saben hablar, dirección muy directa, respuesta ágil, frenos igual de ágiles y efectivos, buena insonorización, rematado para entrar a vivir y una percepción muy de lujo lo mires por dónde lo mires.
¿El precio? A partir de 65.900 el de 272 y 72.900 el de 544 CV.
La principal diferencia entre las dos versiones es que una tiene un motor en el eje trasero y la otra tiene dos, uno en cada eje. Pero la batería es la misma en las dos versiones, y esto es muy bueno.
¿Con cuál me quedaría yo? Después de conducir las dos versiones, me quedaría con las dos. Pero si tengo que elegir, me quedo con la versión de un solo motor: 272 CV y la misma batería que su hermano “el que ha ido al gimnasio”. El pequeño tiene potencia suficiente y una autonomía superior. El mayor tiene fuerza y potencia para dar y tomar y unas aceleraciones que llegan a asustar cuando vas dentro de este coche de casi cinco metros y más de dos toneladas. Un coche que se pone de cero a cien en 3,8 segundos. Innecesario.
Desde mi punto de vista y después de probar y probar, estas son las claves que pueden convertir al Polestar 4 en un éxito comercial y un ejemplo a seguir, incluso para las marcas que llevan la torta de años asentadas en el sector del lujo sobre ruedas: diseño, eficiencia, confort, deportividad y exclusividad.
01.- Diseño:
El Polestar 4 entra por los ojos. Su diseño exterior es moderno y minimalista: líneas limpias, silueta coupé con aire deportivo y aerodinámico y ausencia de luneta trasera que, aunque pueda parecer arriesgada, funciona a la perfección a nivel aerodinámico y práctico gracias a la cámara de visión trasera de alta definición y la pantalla espejo interior donde otros coches llevan el espejo retrovisor central. Por dentro el diseño sigue la misma filosofía minimalista, con materiales ecológicos, de muy alta calidad y un ambiente que transmite calma, lujo y sofisticación. Es un diseño que no deja indiferente y que atraerá miradas y también clientes.
02.- Eficiencia y desarrollo
En un coche eléctrico, la eficiencia es clave, y el Polestar 4 cumple con creces. Materiales ligeros, diseño aerodinámico y una buena gestión de sus motores permiten obtener un consumo contenido, especialmente la versión de un solo motor, que ofrece una autonomía de hasta 620 km. Esto, sumado a la carga rápida de hasta 200 kW, permite realizar viajes largos con relativa tranquilidad. Sin duda un punto fuerte de este modelo. En nuestras pruebas, hemos obtenido un consumo de 22Kw/h en el de un solo motor y de 23,5 en el de dos motores. Un poco por encima del consumo homologado pero dentro de lo razonable teniendo en cuenta prestaciones, peso, dimensiones y que la prueba la hemos hecho en diciembre con temperaturas máximas de entre y 5 y 8ºC.
El Polestar 4 se basa en la arquitectura SEA para coches eléctricos desarrollada por el Grupo Geely; que, junto con Volvo, cuenta con una participación en el accionariado de la marca Polestar. Esto le confiere al 4 una buena base en cuanto a rigidez y comportamiento dinámico.
La puesta a punto del chasis, especialmente en la versión Dual Motor con suspensión semiactiva, ofrece un equilibrio perfecto entre confort y deportividad. Las ruedas lo más separadas posible mejoran la estabilidad. La dirección es precisa y comunicativa y la respuesta de sus motores, inmediata.
La ausencia de luneta trasera que mejora aerodinámica, se suple con un sistema de cámaras y pantalla interior que funciona de manera satisfactoria, especialmente bien en condiciones de poca luminosidad.
03.- Confort y deportividad
El interior del Polestar 4 está diseñado para ofrecer una experiencia muy exclusiva y confortable. Los asientos ofrecen una muy buena sujeción, calefacción, ventilación y masaje. El espacio interior es generoso y cómodo, tanto para los pasajeros delanteros como traseros. La insonorización es excelente, lo que contribuye a crear un ambiente relajado a bordo. Y el espacio de maleteros es más que suficiente para maletas de cinco adultos. Su enorme pantalla central, ofrece acceso a los controles y configuración del coche de manera ágil e intuitiva, además de ofrecernos todo tipo de conectividades.
Si bien la versión Single motor ofrece una conducción suave y eficiente, es la versión Dual motor la que saca a relucir el ADN deportivo de Polestar. Con 544 CV y 686 Nm de par, las aceleraciones son salvajes (0-100 km/h en 3,8 segundos). La tracción total proporciona un agarre excepcional, incluso en condiciones de baja adherencia. En definitiva, una experiencia de conducción deportiva, emocionante y adictiva a pesar de sus más de 2,3 toneladas de peso.
04.- Exclusividad
El Polestar 4 no es un coche que se vea todos los días. Su diseño diferenciador, su enfoque tecnológico y su compromiso con la sostenibilidad lo convierten en un vehículo muy exclusivo. Es una opción ideal para aquellos que buscan un coche diferenciador, que represente y transmita sus valores.
He de admitir que el Polestar 4 ha superado mis expectativas. Ofrece un equilibrio perfecto entre diseño, eficiencia, confort y deportividad. Una propuesta atractiva para aquellos que buscan un eléctrico de grandes dimensiones y prestaciones con un diseño distintivo, una experiencia de conducción emocionante, tecnología innovadora y un fuerte compromiso con la sostenibilidad.
Su condición de marca emergente y su enfoque en la electrificación le otorgan a Polestar ventajas competitivas frente a marcas de lujo más tradicionales. Si bien no cuenta con el mismo reconocimiento de marca que Porsche, Mercedes, BMW o Audi, este puede ser precisamente uno de sus mayores atractivos para un público que busca diferenciarse y apostar por el futuro de la movilidad en un segmento premium.
