Un reflejo de la crisis de los 40 cuando las personas se sienten abrumadas por la realidad, por la cotidianeidad y por la rutina. Eso es Una vida no tan simple
Regresa Félix Viscarret tras No mires a los ojos, y lo hace con otro análisis de las relaciones humanas. En este caso lo hace desde una perspectiva mucho más normal, más habitual y diríamos que más compasiva.
Sinopsis de Una vida no tan simple
Isaías (40) era un arquitecto prometedor, pero ya le quedan lejos los premios que ganó en su juventud. Ahora vive con la lengua fuera entre el parque donde juega con sus hijos y su estudio de arquitectura, donde se lamenta con su compañero Nico.
Dondequiera que esté, Isaías siente que no está donde debería. Y cuando está con Ainhoa, su mujer, se les nota lo agotadores que pueden ser los hijos cuando son tan pequeños. En el parque, entabla una amistad con Sonia, madre de otro niño del cole, con quien aprende que esto de criar a tus hijos y entrar en la vida adulta no es tan simple. Nunca lo fue.
Comentario
Viscarret cuenta una historia que sucede todos los días. Una mañana, o quizá poco a poco, te levantas y te das cuenta de que probablemente los sueños y proyectos de juventud han quedado fuera de tu alcance. Es un momento de crisis en el que muchas personas abandonan a sus familias buscando nuevos estímulos, buscando en otras personas la ilusión perdida. También hay quién cambia de ciudad o de país, decide aprender nuevas habilidades. practicar deportes que no conocía, cambiar de estilo… Lo hemos visto todos, es la sensación de que el tiempo, sobre todo el buen tiempo, se acaba.
Miki Esparbé dibuja perfectamente a ese padre de familia que iba a comerse el mundo pero que se ve anclado en la rutina y sin grandes logros de los que sentirse orgulloso. Álex García es Nico, amigo y socio, la otra cara de la moneda. Sin nada sólido a lo que asirse va de aventura en aventura. Olaya Caldera como Ainhoa, esposa de Isaías, es un ejemplo de sensatez y pragmatismo femenino.
Una vida no tan simple contiene unos diálogos muy trabajados y algunas verdades como puños. El guion en cambio no sorprende, aunque tiene momentos divertidos como la regañina de la maestra a los padres, o los encuentros con otros colegas arquitectos.
A su favor de Una vida no tan simple, hemos de indicar que hay escenas en las que queda claro el agotamiento de los padres, las mañanas de lucha para levantar a los niños, desayunar, vestirlos y llegar a tiempo al colegio, que no haya un accidente en casa, proteger a los hijos, el agotamiento que arruina la intimidad de los padres… Hay que decir que el final nos ha resultado encantador y, sinceramente, inesperado.
La fotografía es gris, sombría, completamente acorde con la vida que siente vivir Isaías. Lo mismo sucede con el vestuario, la decoración. Ayudan a reforzar esa sensación de vida sin alicientes, rutinaria y sin ilusiones.
En resumen
Una película que refleja no sólo a una generación, sino a una etapa de la vida que han sufrido múltiples generaciones. El momento en que se hace real que nuestros sueños y aspiraciones están muy distantes de nuestra realidad cotidiana. Es ahí, en ese periodo crucial, donde las personas demuestran su madurez, y su compromiso son sus convicciones y elecciones.
Sinceramente, en esta época de historias desesperadas, de falta de luz al final del túnel, de horizontes sin amaneceres, se agradece de verdad una cinta con un mensaje tan positivo.
Tráiler
Ficha técnica de Una vida no tan simple
- Director: Félix Viscarret
- Guion: Félix Viscarret
- Reparto: Miki Esparbé, Álex García, Ana Polvorosa, Olaya Caldera, Julián Villagrán, Ramón Barea, Xabi Valcárcel
- País: España
- Duración: 107 minutos
- Música: Mikel Salas
- Fotografía: Óscar Durán
Póster
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