Dice el material promocional del nuevo disco de Madonna que, hace un par de años, la artista norteamericana se trasladó a Lisboa para que uno de sus hijos pudiera entrenar en los escalafones inferiores del Benfica. Al parecer, David Banda Mwale Ciccone Ritchie, nacido en Malawi y adoptado por la diva del pop, no lo hace nada mal, y está empeñado en seguir los pasos de su ídolo Cristiano Ronaldo y convertirse en profesional. Y fue en esa ciudad donde la cantante comenzó a encontrar la inspiración para Madame X, su nuevo y esperado álbum tras cuatro años de silencio.
Allí encontró una pléyade de músicos que le abrieron un mundo que desconocía, y que le ha servido de sorprendente inspiración. Así, el fado, lo latino, la batucada brasileña y la música clásica se funden con el dance noventero y la electrónica para crear un pastiche infumable en el que destacan las innecesarias obscenidades de Maluma en un par de canciones y unos desarrollos instrumentales francamente ridículos.
Sin embargo, no toda su discografía es así. Sin tener una gran voz, con una limitada capacidad para componer y una gracia instrumental que desconocemos, Madonna ha conseguido ser la artista femenina de mayor éxito de la historia gracias a una inteligencia abrumadora, un talento envidiable para asociarse con grandes productores y un enorme olfato para encontrar buenas ideas, oportunidades y, sobre todo, para lanzar polémicas a los cuatro vientos. Aquí van algunas de sus gloriosas canciones (que también las tiene) y algunos momentos para el recuerdo.
‘Like a Virgin’, el inicio del mito de Madonna
Aunque no fue su primer éxito, sí que fue el más espectacular de ellos (al menos en los inicios). La historia de una chica que se siente como ‘tocada por primera vez’ se mezcla con una melodía pegadiza y un vídeo fresco y descarado grabado en Venecia. Una canción notable que presagiaba lo que estaba por venir.
‘Like a Prayer’, más leña al fuego
Si Like a Virgin marcaba el camino, en este tema rizaba el rizo. Una buena composición entre lo místico y lo bailable, una letra que combina lo sacro y lo profano y un vídeo en el que se mete en el papel de una devota pecadora que seduce a un santo negro, con quema de cruces incluido y una dudosa actuación policia, entre lo torpe y lo racista.
‘Erotica’, el culmen de la provocación
Cuando parecía que ya lo había dicho todo en cuanto a escándalos se refiere, apareció Erotica, acompañado de un libro titulado Sex y precedido por un documental (un año antes) denominado Madonna: Truth or Dare, que en España se denominó En la cama con Madonna. Un disco interesante, repleto de ritmos elaborados y con vídeos, como no podía ser de otra forma, pero que muy subidos de tono.
Con Martes y Trece, entrevista para la historia
No sabemos lo que pensaba sobre nuestro país antes de aquel día de 1992, pero podemos imaginar que hubo un antes y un después. Martes y Trece, en la cúspide de su popularidad, tuvieron la osadía de realizar una entrevista completamente sui géneris que ni ellos mismos se la creen todavía.
‘Ray of Light’ y el aplauso de la crítica
Pero Madonna quería pasar a la historia como algo más que un producto comercial y de markering. En 1996 ganaba el Globo de Oro a mejor actriz por el musical Evita, que protagonizaba junto a un Antonio Banderas que intentó seducir (aunque sin conseguirlo). Y en 1998 sacaba el producto de su asociación con músicos de la talla de Babyface, William Orbit y Marius de Vries para crear el primer disco que aplaudió masivamente la crítica, comparándola con la mismísima Björk. Frozen, el vídeo que apareció como primer single, es una copia descarada de algunos de los conceptos que manejaba la islandesa por aquel entonces, aunque el resultado sube notablemente la calidad musical y estilística de sus predecesores trabajos.
‘Confessions on the Dance Floor’, todo un discazo de Madonna
Y llega el que, quizá, será recordado como el momento cumbre en la carrera de Madonna, al menos en lo que se refiere a lo puramente musical. Su asociación con el productor Stuart Price dio como resultado un disco que podríamos considerar es un auténtico manual de cómo hacer canciones bailables, sudables y coreables a la vez que brillantes. Además, el vídeo de Hung Up, su primer single, nos muestra una diva que, rozando las cincuenta primaveras, se mantiene en una forma realmente estratosférica.
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