El ex presidente de un país americano se lamentaba hace unos días: «¡El mundo está lleno de canallas!«. Un viejo ministro de su equipo le respondió desde el otro lado de la mesa: «Ese no es el problema, el mundo siempre ha estado repleto de hijos de la chingada, el problema ahora es que escriben con faltas de ortografía imperdonables»
Un manual para poner bien las comas
El último en llegar, el que hace el número 12 es el Manual práctico para un buen uso de los signos de puntuación, de José Carlos Aranda, de la editorial Berenice. El buen uso de los signos es una de las carencias más habituales. Cuando se enseñaba la ortografía con dictados (desparecidos de los planes de estudio y de la pedagogía) la música del texto nos ayudaba a aprender a colocar los signos de puntuación.
Son fundamentales para el sentido. Ayudan a leer con comprensión, y sobre todo a escribir con claridad. El mal uso pervierte el sentido de las frases, oscurece su significado, termina por ser ruido en la comunicación. Aranda ha escrito un manual en el que recuerda las reglas, pero sobre todo induce a la práctica, con muchos ejercicios que nos permiten practicar, y conocer el buen uso con ejemplos concretos. Como en los dictados.
El uso correcto del gerundio
El, el número 11, es De la lectura y del arte de escribir, de Rafael Tomás Caldera, un libro que tiene casi cuatro décadas y que sigue siendo actual. Está pensado para estudiantes y es un breve compendio de los mejores consejos que puedes encontrar para escribir bien. Lo más importante: la primera parte del libro está dedicada a las técnicas fundamentales para leer bien, con comprensión de aquello que se está leyendo. «El que lee bien lee mucho» recuerda Caldera.
Es posible que esa descripción responda a la realidad. Lo que es cierto es que el escribir bien es una de las competencias básicas, que se han ido perdiendo en un mundo cada vez más especializado. El especialista tiene conocimientos específicos muy altos en una materia muy concreta, pero por el camino ha olvidado algo fundamental: escribir bien y hablar bien son habilidades que nos hacen diferentes. Nos dan un gran valor por que nos permiten comunicar con eficacia y potencian nuestra capacidad de persuasión. Y el mundo se mueve por la persuasión. Siempre nos hemos quejado de que los italianos venden mejor lo suyo: son persuasivos. Hablan bien, narran mejor.
Hace unos días, paseando por una librería, encontré el primer libro del que les quiero hablar. Ya va por la tercera edición. Eso es señal de que hay una demanda interesante de personas que quieren actualizar su competencia en escritura. Escribir bien es fundamental, incluso para quienes solo utilizan el WhatsApp. El Manual de redacción de Luis Ramoneda está editado por Rialp, y es un instrumento básico imprescindible. Está organizado de una forma que va creciendo en la complejidad. Comienza por la ortografía, los acentos, la puntuación, para pasar luego a la morfología de la frase y los tipos de textos y los géneros. Es un manual que funciona como una obra de consulta y que le aporta al lector mucha claridad sobre el uso de verbos y conjunciones. Por ejemplo, sobre el uso del gerundio, tan bello y eficaz si se sabe colocar, tan horrible cuando se maneja con torpeza.
El poder de las palabras
En esto del escribir bien hay auténticos maestros. Algunos son incluso divertidos. La lengua entra también por el humor, arma persuasiva por excelencia. Luis Magrinyà es el autor de Estilo rico estilo pobre, editado por Debate. Aquí ya entramos en un nivel más alto. El autor viaja por los textos de escritores, grandes y pequeños. Rompe algunos esquemas sobre lo que es fino y bonito. Es liberador en la medida que destroza algunos prejuicios sobre lo que es normal en la lengua, e invita a reflexionar sobre el uso de verbos, locuciones y expresiones que se convierten en comodines de escaso valor.
Otro de los grandes autores que nos enseñan a escribir bien es Daniel Cassany. Tiene dos textos fundamentales, los dos en editorial Anagrama: La cocina de la escritura, y Afilar el lapicero. Guía de redacción para profesionales. Aquí tenemos un autor que nos va a enseñar a construir el texto desde la primera frase, a organizar la disposición de los elementos para conseguir lo que pretendemos. Ya saben: la frase más importante de un texto es la primera. Si no nos empuja a leer la segunda, hemos fracasado. Y así sucesivamente. Afilar el lapicero es lo mismo, pero llevado a un nivel superior. Escribir otorga poder. Como dice el autor en el epílogo, esa es una verdad que en «el entorno profesional se revela con una fuerza inusitada, de una manera descarnada, grave y variada».
Mostrar y decir
Decía Borges que Lovecraft era un autor de segunda división porque en lugar de hacerte sentir terror te lo decía: el inquilino se desmoronó de miedo. Phillip Lopate juega con estos dos caminos en su libro Mostrar y decir. El arte de escribir no ficción, publicado en España por Alba. Aquí el lector encontrará muchos trucos persuasivos para iniciar un discurso, para ilustrar una exposición o para armar una presentación. Lopate nos enseña a buscar caminos nuevos para mostrar, que es la forma más eficaz de contar algo sin tener que decirlo.
Todos los autores dicen una verdad radical, incontestable: para aprender a escribir bien hay que leer mucho, cuanto más mejor. Con esta frase entramos en el siguiente autor. Jorge Urdiales publicó en Ediciones Cinca Aprende a redactar con Miguel Delibes. Lo que hace Jorge es tomar como base algunos de los textos más celebres de Delibes para proponer una serie de ejercicios, con nombres, adjetivos, verbos, comparaciones y paso del relato al diálogo.
Los secretos de la persuasión
Para quienes necesiten mejorar en su capacidad creativa, les sugiero El arte de escribir. Manual de escritura creativa, de David Vicente, editado por Berenice. Lo pueden completar con Cuéntalo bien, de Ana Sanz Magallón, con técnicas básicas para captar y mantener la atención del oyente, del lector o del espectador en la narración de una historia. También es muy interesante el libro de Silvia Adela Taller de escritura: el método, que es una profunda reflexión, desde la experiencia, sobre los talleres de aprendizaje. Y sobre todos ellos, guardo para el final una obra que nos ha acompañado desde los tiempos de la Universidad, y que considero fundamental: Persuasión. Fundamentos de retórica, de Kurt Spang. Ese libro contiene los grandes secretos del buen decir. Es una obra imprescindible para todos aquellos que nos dedicamos a la comunicación, a la publicidad, o a la dirección de empresas y equipos, y que por tanto necesitamos dominar el arte, sutil y apasionante, de la persuasión.
Si quieres estar al día de la actualidad de FanFan y enterarte antes que nadie de todo lo que publicamos, síguenos en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, Ivoox, Spotify y YouTube.
