Elvis Presley, Johnny Cash, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins, los cuatros jinetes de Sun Records. En la década de los años 50, hubo un conjunto de artistas que salieron del sello musical que dirigía el productor Sam Phillips.
En aquellos tiempos era habitual que los cantantes compartieran interminables giras y conciertos por carretera. En Estados Unidos hubo cuatro estandartes que arrasaban allá por donde pasaban, y todos, compartían el mismo patrón, habían pasado por la mano de este genio de la producción.
Una grabación histórica
Tal día como hoy, pero en el año 1956, un grupo de cantantes apodado como «El Cuarteto del Millón de Dólares», en inglés «The Million Dollar Quartet«, sembró la semilla de un estilo musical que después pasaría a conocerse como Rock and Roll. Sam Phillips, en su estudio de grabación en Memphis (Tennessee), improvisó una grabación que pasaría a los anales de la historia. Hay que decir que aquel día los astros se alinearon, y que en el estudio del número 706 de la Union Avenue de Memphis coincidieron las grandes referencias de la canción americana de la década. Carl Perkins, estaba arrasando con su último single, Jerry Lee Lewis, conocido en los alrededores de la ciudad por su maestría a la hora de tocar el piano comenzaba a hacer un nombre, que después él mismo iba a acabar tirando por la borda dada su envidia y su ferviente carácter; Johnny Cash llevaba apenas dos años en el mundo profesional de la canción, y ya era muy conocido por su aportación distintiva en la música country junto con su grupo «Johnny Cash y los dos de Tennessee«, y por último un Elvis Presley, que acababa de firmar por otro sello musical llamado RCA Víctor y que simplemente quiso hacer una visita informal a los chicos del estudio junto con su novia Marilyn Evans.
Ese 4 de diciembre de 1956, a los mandos técnicos estaba Jack Clement, una persona a la que hay que agradecer que presionase el botón de grabación por lo que estaba sucediendo. Sam Phillips, ante lo que observaba en ese momento, no dudó en llamar al periodista del diario vespertino «Memphis Press Scimitar«, Bob Johnson, que vino acompañado por un fotógrafo llamado George Pierce y un redactor de la Unión Internacional de Prensa con el nombre de Leo Sora. Al día siguiente en ese diario de Memphis, se publicó un artículo titulado «Million Dollar Quartet». Un cuarteto con el que el productor musical querría ganar ese tan ansiado millón de dólares.
Gospel con un toque macarra
Elvis Presley era la estrella más conocida a nivel nacional e internacional de todos los que estaban ahí, y por ello fue quien llevó la voz cantante en la mayoría de los temas que se grabaron durante aquella velada. Cash se metió en algunos, Jerry Lee sacó de quicio a todos por su manera de tocar el piano, y Perkins contribuía al momento. Hay que citar que la novia de Presley, Marilyn Evans, siguió muy de cerca la grabación postrada en el piano que tanto Elvis como Jerry Lee tocaron. Inclusive en algunos archivos se puede escuchar a esta dama de fondo. Las canciones que tocaron fueron en su mayoría himnos de Góspel y temas históricos de country que todos conocían, pero con los que buscaban dar un toque más macarra. Hablamos de una época en la que se empiezan a buscar nuevos ritmos.
Esta grabación, de la que a día de hoy se conocen 47 temas, sembró la semilla de un nuevo estilo que llegaría para quedarse, el Rock and Roll. Cierto es que con posterioridad se ha conocido por voz de los propios asistentes que hay algunas que no llegaron a grabarse. Johnny Cash afirmó que Elvis había cantado también ese día los temas «Vacation in Heaven« y «This Train Is Bound Of Glory», pero jamás han aparecido. Una sesión improvisada que llegó a Europa, con 17 temas en el año 1981 bajo el título de «The Million Dollar Quartet», que posteriormente se relanzó con más pistas nuevas como «The Complete Million Dollar Session», y que en 1990 se publicó en Estaods Unidos con el título «Elvis Presley-The Million Dollar Quartet» en una forma de intentar revivir éxitos del ya fallecido artista. Hay que decir que ese día a parte de los cuatro grandes cantantes había más músicos y amigos presentes.
No nos moverán
El primer tema que me gustaría remarcar de esta improvisada grabación es una clásica canción espiritual americana. «I Shall Not Be Moved» es conocido por generaciones y generaciones de personas que crecieron con el movimiento por los derechos civiles. Habla de un hombre que no se mueve de sus ideales gracias a su fe en Dios. Ha habido muchos artistas que la han versionado a lo largo de la historia, y a mí me da la sensación de que tiene ciertos tintes al famoso «No nos moverán» que en España conocimos gracias a la serie «Verano Azul», el caso es que recomiendo enérgicamente escuchar la publicación que se hace en 2004 dentro del álbum «My Mother`s Hymms Book» de Johnny Cash a título póstumo. Quizá la mejor grabación de este tema. Pero ahora escucharemos la que los cuatro grandes figuras del momento realizan en el estudio de Sun en Memphis. Un tema que busca el rockabilly del momento.
Estoy en camino a la tierra gloriosa y no me moverán
En mi camino a la tierra gloriosa, no me moverán
Soy como un árbol plantado junto al agua
No me moverán
No seré, no seré conmovido
No seré, no seré conmovido
Como un árbol plantado junto al agua
No me moverán
La historia de los zapatos de gamuza (o de ante) azul es conocida. La canción “Blue Suede Shoes” que compuso y publicó Carl Perkins supuso el principio de un nuevo estilo musical llamado “Rockabilly”, una mezcla de country, Rhythm and Blues y los ritmos Do Woop del momento. Básicamente era un estilo musical que rompía los moldes clásicos de décadas anteriores y sumergían al público en un nuevo corte más actual. Hay que recordar que la música country, que era la más popular junto al Jazz y el Góspel en esa época estaba sumergida en una crisis tras la muerte de Hank Williams. Pues bien, otra de las canciones que se grabaron aquel mítico día fue “Blue Suede Shoes”. Tema el cual Perkins compuso entre bambalinas en un concierto de Elvis tras hablar con Johnny Cash. Estaba triste porque no encontraba la canción con la que de verdad conectase con el público, y Cash le contó una anécdota de un sargento y sus zapatos de gamuza azul, que usaba durante el periplo que estuvo viviendo en Alemania formando parte de la fuerzas armadas. Perkins rápidamente encontró la inspiración y compuso este tema que pasó a ser parte de la historia de la música estadounidense. Lo llegó a publicar y tuvo éxito, pero un accidente apartó al artista durante un tiempo de los escenarios, y ahí fue cuando, empujado por el sello musical que le llevaba en el momento, Elvis sacó ese sencillo y lo aupó hasta los altares de las listas. Este fue uno de los temas más relevantes, pero me quiero quedar con otro que es el tema de Elvis, conocido por todos, “Don’t Be Cruel”. Solamente había sido publicada unos meses antes y ya era todo un éxito. Fíjense en la improvisación de los artistas.
La tercera y última grabación de las 47 que quiero sacar a colación es este mítico «Down By The Riverside«. Es oro puro, una clásica canción de country- Góspel que en voz de estos genios se convierte en un material espectacular. Realmente es un himno de principios de siglo, y que se utilizó como canción protesta en tiempos de la Guerra de Vietnam. Se basa en el Antiguo Testamento de la Biblia, incluyendo algunas citas, y el bautismo en agua proponiendo esa metáfora de cruzar el Río Jordán y alcanzar la Tierra Prometida.
Voy a soltar mi espada y escudo
Abajo en la rivera
Abajo en la rivera
Abajo en la rivera
Voy a soltar mi espada y escudo
Abajo en la rivera
Voy a estudiar, estudiar, la guerra no más
No voy a estudiar más la guerra
En definitiva, un día que pasó a la historia de la música, y cuyas grabaciones recomiendo enérgicamente escuchar. Con los años se compuso un musical dedicado a esta sesión improvisada que ha dado la vuelta al mundo sobre los escenarios. Hay que elogiar también el trabajo que hizo en 1969 Shelby Singleton hojeando más de 10.000 horas de cintas de grabaciones tras comprar «Sun Records». El material es delicioso, pero contiene diversos errores, canciones que se entremezclan, otras incompletas, pero esa es la verdadera magia de este momento. Una cita clave en lo que hoy en día conocemos como «Rock and Roll».