De nada han servido las medidas de seguridad, las advertencias, las cautelas, las presiones de la administración, y el compromiso de Telefónica como anfitrión. El Mobile se cancela. Barcelona no recibirá a los 100.000 congresistas que tenían reserva, y perderá 14.000 empleos y un empujón a la economía de la ciudad. Las pérdidas se calculan en 500 millones de euros.
La decisión se tomó ayer en una reunión de la GSMA con las 26 compañías que forman parte de la patronal de la telefonía móvil. La decisión de suspender la edición MWC de 2020 se tomó muy rápido. La reunión, organizada a través de videoconferencia, empleó más tiempo en estudiar quién va a pagar los platos rotos. Porque los seguros no cubren una situación como la que ha provocado la suspensión. Recordemos que se trata de una medida tomada por la GSMA después del goteo de cancelaciones por parte de empresas de la relevancia de Sony, Nvidia, Facebook, Rakuten, Ericsson, LG, y ZTE. La puntilla se la dio ayer al Mobile el presidente de Orange, que es presidente de turno de la GSMA. Su decisión de no acudir al Mobile dejó sola a Telefónica, e incapaz de sostener una posición que se caía por todos los lados.
Para el resto, para los que sí tenían previsto asistir, los seguros no cubren esta situación, porque el cierre del Mobile se debe al pánico, y no a una emergencia sanitaria. y en Barcelona no se ha declarado ninguna emergencia sanitaria. Las declaraciones de la alcaldesa de la ciudad Ada Colau, asegurando el control de la situación no sirvieron de nada. Las hizo unas horas antes de que se conociera una noticia que para Barcelona es una muy mala noticia. También lo es para España, sin duda, porque perdemos el gran escaparate tecnológico mundial. Por cierto, mientras la GSMA discutía sobre el futuro del Mobile, el debate nacional se perdía por otros derroteros.
Gestionar la crisis
Ahora toca gestionar esta crisis, y también analizar los días previos a la cancelación. La GSMA sre comprometió ayer a volver a Barcelona el año 2021. El contrato del Mobile con la ciudad caduca en 2023. Mientras tanto tendrán que estudiar caso por caso las indemnizaciones y compensaciones a todas las empresas que se han quedado sin el negocio del Mobile. No a las que decidieron no asistir, sino a todas las que pensaban hacerlo y les han cerrado la puerta.
Por otra parte estamos seguros de que este será uno de esos casos que se estudian en las escuelas de comunicación y de negocios sobre gestión de comunicación de crisis. La GSMA ha demostrado una incapacidad comunicativa que ha permitido extender el pánico. Las crisis sanitarias, en las que está comprometida la salud de las personas, tienen siempre un componente psicológico de pánico, mucho más contagioso que el propio virus. Y su gestión exige un afán comunicador mucho mayor, mucho más comprometido, con implicación de autoridades sanitarias y de expertos médicos.
La GSMA no ha hecho ningún esfuerzo en esta línea. Más bien ha estado silente, ha dejado que se extendieran rumores y que se multiplicaran los mensajes, sin tener el control de la información, sin demostrar en ningún caso iniciativa. Y aquí cabe la gran pregunta de esta crisis: ¿por qué empresas que dijeron NO AL MWC si asisten a otras ferias en Holanda o en París?