El cineasta, hasta ahora a favor del movimiento ecologista, estrena Planet of the Humans, un documental a favor del petróleo y en contra de las energías renovables.
El pasado 22 de abril se celebró el 50 aniversario del Día de la Tierra. Coincidiendo con esta fecha, el cineasta Michael Moore estrenó el que es el último documental producido por su firma: Planet of the Humans. El documental del cineasta quizá hubiera pasado desapercibido de no haber sido porque ha puesto en contra de Moore a ecologistas y científicos que le acusan de publicar una película “sorprendentemente engañosa” y “absurda”.
Planet ot the Humans
Planet of the Humans está producida por Michael Moore y dirigida por Jeff Gibbs. En ella, el ganador del Oscar a Mejor Documental por Bowling For Columbine ha dado un giro de 360º a su discurso cambiando de una postura ecologista y contraria al cambio climático, ha publicar un film en el que defiende el uso del petróleo y acusa a las energías renovables de ineficaces y corruptas.
Moore, que cargó contra el expresidente George G. Bush en Bowling For Columbine y que se ha mostrado contrario a Trump en Michael Moore in Trumpland, vira de dirección su discurso hasta ahora “ecosocialista”. En Planet of the Humans Moore y Gibbs comienzan la narración con una pregunta: “¿Cuánto tiempo le queda a la humanidad?”, adelantándose así a la crisis mundial que vivimos y cuestionando la relación que la humanidad tiene con el planeta Tierra.
El estreno del film en el Día de la Tierra ha sido visto por muchos como un caballo de Troya, ya que su estreno no se esperaba hasta 2021. Una estrategia que no le ha salido del todo bien al cineasta, puesto que su propia distribuidora ha retirado el film de su página web después de recibir las críticas de prestigiosos científicos medioambientales. Los cuales han publicado una carta abierta en la que afirman que el documental está sesgado y comete numerosos errores. El productor, por su parte, ha mantenido el documental publicado íntegramente en YouTube, donde ya ha sido visto por más de dos millones de personas en su primera semana, y supera los seis millones de visitas a fecha de 5 de mayo de 2020.
«Las energías renovables son ineficaces y corruptas«
Aunque la premisa de la cinta parece apuntar a la humanidad como diana de las críticas de Moore y Gibbs, en realidad, ambos cineastas contra quien cargan en el film es contra las energías renovables. A las denominadas energías limpias, Moore las tacha de no ser eficaces y de estar vendidas a fines económicos. En su propio Instagram, el productor ha dicho “la avaricia y el beneficio económico nos han descarriado”. Y continúa, “las organizaciones se agotan. Han pasado 50 años desde el primer Día de la Tierra y la Tierra se está desmoronando. La pandemia actual es solo el aperitivo”. Moore aprovecha la coyuntura actual de expansión del coronavieua para engrosar su discurso, ahora a favor del lobby del petróleo.
Gibbs, por su parte, también ha protagonizado un cambio de postura más que notable. De fiel defensor del medioambiente ha pasado a posicionarse a favor de los combustibles fósiles en un solo documental. Un cambio que justifica porque, según dice, las plantes solares y las granjas eólicas están supeditadas a intereses políticos y empresariales ocultos. “Estoy en contra de nuestra adicción a los combustibles fósiles”, explica Gibbs, “y durante años he sido forofo de las energías renovables. Pero ahora sé que no son lo que parecen”. Ozzie Zehner, profesor y autor de Dirty Secrets of Clean Energy and the Future of Environmentalism que aparece junto a Gibbs en el film, ha dicho que “es más peligrosa la confianza ciega en la energía limpia que los combustibles fósiles, porque en realidad es una quimera”.
Una mafia de políticos, activistas corruptos y multinacionales
La tesis que dirige el documental parte de la idea de que las energías renovables son tan perniciosas o más que aquellas producidas a partir de combustibles fósiles. Además, acusa a las conocidas como energías verdes de esconder a una mafia de banqueros, multinacionales y activistas corruptos preocupados por su propio beneficio, nunca por el del planeta.
Control de la población y medidas anti inmigración
Planet of the Humans culpa a la superpoblación de la Tierra y a la sobre explotación de los recursos naturales de la situación actual que vive nuestro planeta. Y proponen como solución el control de la población. Una teoría que suena a conspiración y que guarda una relación muy estrecha con políticas anti inmigración como las desarrolladas por el gobierno de Donald Trump y otro grupos ultraderechistas del todo el mundo.
Desinformación e imágenes obsoletas
Pero las quejas de científicos y ecologías hacia el film no se quedan en la premisa del documental. Van más allá y dicen de la información que presenta que está desfasada. Acusan a Moore y Gibbs de utilizar imágenes que tiene más de una década y que, en un sector que ha evolucionado rápidamente, están obsoletas. La propia distribuidora Films for Action ha dicho al respecto en un comunicado que les “desanima comunicar que la película está llena de desinformación”, motivo por el cual “decidimos retirarla de nuestro sitio web”.
En una carta escrita por Josh Fox (nominado al Oscar por Gasland) y firmada por científicos y activistas, se solicitó la retirada de Planet of the Humans, a la que califican de “sorprendentemente engañosa y absurda”. En la misma misiva explican que el film y sus creadores acusan en falso a las energías renovables y que ponen en cuestión las energías solar y eólica así como su asequibilidad y confianza. Uno de los científicos firmantes de la misiva y especialista en cambio climático, Michael Mann, ha afirmado que el documental “incluye varias distorsiones, medias verdades y mentiras” y acusa a Moore y Gibbs de haber “perjudicado gravemente” tanto al movimiento verde como al propio planeta Tierra.
El documental ha sido rodado en Estados Unidos y la industria de ese país es la que resulta directamente atacada en la película. Sin embargo, los dilemas que plantea son globales y afectan a la totalidad de naciones que han apostado políticamente por las energías verdes, entre las que se encuentra nuestro país.
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