Nathalie Wood: Entre bambalinas. Documental. HBO
Natasha Gregson Wagner, la hija mayor de Wood, firma un documental dirigido por Laurent Bouzereau. Un homenaje a la persona detrás de la estrella que ensalza su vida personal y familiar y desestima la controversia en torno a su muerte.
Cuidarse de las aguas negras
Cuenta la leyenda que la madre de Nathalie Wood, una inmigrante rusa sumamente supersticiosa, escuchó de labios de una gitana la profecía de que su segunda hija sería mundialmente famosa y que ‘debería cuidarse de las aguas negras’. La muerte de Wood en circunstancias que la prensa se esfuerza año tras año en sugerir que no fueron claras, no ha hecho sino alentar la leyenda. Pero la realidad suele ser mucho más prosaica y como dice el dicho de la prensa escrita ‘no dejes que la realidad te estropee una buena historia’. Esto es lo que ha pretendido la hija de la artista. Recuperar a su madre para el público, a la mujer entregada a la familia, adorada por sus amigos y enamorada de su esposo y de la vida.
El documental recorre la vida de Wood y descubre una historia que, como pasa en muchas ocasiones en el mundo del cine, estaba alejada del glamur del papel couché. Desde la edad de cinco años, la joven Nathalie era quien mantenía a su familia, presionada por su madre, quien le torturaba psicológicamente si no se hacía con determinado papel. Era la época de Hollywood en la que los actores trabajaban como esclavos, sin poder de decisión sobre sus carreras.
Warren Beauty entra en escena
Ilustrado por decenas de fotografías privadas y películas caseras, descubrimos a unos jovencísimos Wagner y Wood en su primer matrimonio: indecentemente guapos y perdidamente enamorados, como demuestran sus fotos personales. ¿Qué les llevó al divorcio? Hay tantas teorías como opinadores. El sentido común contestará que eran demasiado jóvenes en un mundo demasiado difícil. Su biógrafa echa la culpa a un supuesto escabroso incidente de cama. El ayudante de producción de Esplendor en la hierba, jura que no fue Warren Beauty la causa. Mientras que el director de esta película, Elia Kazán, afirma en su biografía que sentía pena por Wagner cuando saltaban chispas entre los dos protagonistas del film en el set de rodaje…Solo los dos componentes de la pareja saben qué pasó. Lo demás son especulaciones.
Lo que sí queda demostrado es que tras el divorcio y un nuevo matrimonio para cada uno, se casaron de nuevo tan enamorados como la primera vez y más comprometidos que nunca. El documental muestra una familia feliz, capaz de integrar no solo a las hijas que ambos tuvieron cuando estuvieron casados con terceras personas, ¡sino a los hijastros de Wagner! Joshua Donen, hijo del legendario Stanley Donen, vivió durante años con los Wagner-Wood y era una persona muy cercana a la actriz.
Sin infancia
Muestra a una mujer generosa con sus amigos y con su familia, que daba unas fiestas memorables, adorada por todos y que en el corazón del corrupto Hollywood, era el ancla de sus hijas. Una madre que renunció en parte a su carrera por el bienestar de su familia. Una mujer que luchó por sus derechos como actriz, para poder elegir al menos una vez al año, hacer una película elegida por ella, y no por los estudios. Testimonios como los de Robert Redford, compañero suyo de instituto cuando ella era una celebridad y él un desconocido, o Mía Farrow ilustran estas facetas de su vida que son las que se nos han hurtado de ella. La de una madre que deseaba para sus hijas algo que tampoco tuvieron otras estrellas infantiles y que quedaron marcadas de por vida por ello, como Judith Garland, Elisabeth Taylor o Michael Jackson: una infancia.
Pero el documental es sobre todo un regalo para Robert Wagner. Un último regalo para el hombre que sacó adelante a las dos hijas de la artista y que ya tiene 90 años. Una oportunidad para que cuente lo que ocurrió en la noche aciaga de 1981 en la que Nathalie Wood se ahogó. Y que parece ser que no fue más que un triste accidente que no habría hecho correr ríos de tinta si la víctima hubiera sido otra. El documental, que en inglés tiene un título mucho más preciso, Nathalie Wood: what remains behind (Lo que queda atrás) es exactamente eso. Y lo que quedó fue una familia destrozada, como lo sería cualquier otra.