La guerra del streaming. El ascenso de Netflix. José María Aresté. Libros de Cine. Rialp
«La lucha por vencer en la guerra del streaming es feroz y no todos sobrevivirán«, dice José María Aresté en esta historia de Netflix, en la que se dibuja un paisaje completo en el que la N de la gran plataforma de streaming equivale a una corona de rey. Netflix reina. Pero otros no quieren perder posiciones. Se trata de una guerra florentina, en la que los golpes van acompañados de declaraciones de una corrección exquisita. El lector avanza con un creciente interés por un libro que tiene muchos valores. No solo marca los hitos fundamentales del ascenso de Netflix, las batallas cruciales, los errores más llamativos, sus aciertos y sus fracasos, sino que analiza la cultura de la compañía, en uno de los capítulos más valiosos de este libro.
Productora, distribuidora, exhibidora
El éxito de Netflix es una combinación de agilidad, valentía y capacidad de adaptación. Y todo eso combinado con una cultura empresarial propia, capaz de construir un «nosotros» que marca el comportamiento interno de quienes trabajan en ella o han pasado por sus equipos. Una historia de éxito hasta hoy, lo que no quiere decir que Netflix tenga puntos débiles, talones de Aquiles que pueden provocar la caída de un gigante.
Uno de ellos es el equilibrio financiero entre la deuda imprescindible para producir películas y series y el flujo de caja que le dan sus más de 195 millones de suscriptores. Uno de los riesgos es el de quedarse sin stock, por la parálisis que ha supuesto para la producción la pandemia. El otro es que una caída en picado de sus abonados le haga tambalearse.
Cine y empresa
El libro de José María Areste despertará el interés de todos los preocupados por el mundo de hoy, de los que tienen curiosidad por cómo se crean las grandes empresas, de los aficionados al cine y al mundo audiovisual. Pero también de aquellos que tengan inquietudes por las guerras culturales de nuestro tiempo. Netflix es una gran productora que ha desbancado, podríamos decir que ha matado, a Hollywood. La única batalla pendiente para ganarse la legitimidad de la producción es acceder a los premios de la Academia de Cine. Por eso una de las figuras más importantes de su staff sea una «vicepresidencia de premios y relaciones con los talentos».
La historia de cómo Netflix ha llegado hasta aquí es muy interesante, pero en parte conocida: su guerra con Blockbuster, la leyenda de cómo se creó a partir de una multa a uno de sus fundadores por devolver una película con retraso en un videoclub. Lo que nos resulta más llamativo es la cultura interna. No son una familia, como suele decir el capitalismo paternalista actual, sino un equipo. El que no se integra se va. Todos son responsables de mejorar el trabajo propio y el ajeno. La búsqueda de la excelencia es un camino colectivo en el que se contempla incluso la delación.
El lado oscuro de todo esto es el temor a ser despedido. Por contra, se fomenta el reconocimiento de los errores, también y sobre todo en quienes ocupan puestos más altos. Muy interesante también las posiciones ideológicas de una compañía con tanta influencia. Son pocos los temas en los que han tomado posición, por eso sorprende su marcado perfil abortista. Frente a esas batallas contra la legislación de algunos estados de EEUU, no dudan en plegar velas cuando se trata de cumplir las reglas censoras de países como Arabia Saudí.
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